Viva la Vida [más Luis que Napoleón]
Para El Salvador, un profético sentido del humor rodea a “Viva la Vida”, la canción que la banda inglesa Coldplay suele cantar en casi todos sus conciertos.
Para El Salvador, un profético sentido del humor rodea a “Viva la Vida”, la canción que la banda inglesa Coldplay suele cantar en casi todos sus conciertos.
Guatemala cumplió este martes su noveno día de paro indefinido. Hay manifestaciones y toma de carreteras en todo el país para exigir la renuncia de quienes iniciaron una cruzada contra el partido Movimiento Semilla, después de ganar las elecciones.
Es irónico e invita a la introspección nacional asimilar cómo el Gobierno, en distintas ocasiones, ha fracasado en su obsesión por apuntalar su sed de controlar patria y gloria a través del único deporte con la posibilidad de hacerlo: el fútbol.
Antes había tecnócratas; hoy hay publicistas. Y estos que aconsejan a quienes nos gobiernan quieren que creamos que “la sabiduría del pueblo” nos dará un mejor futuro. Y es una mentira. Eso que llaman “pueblo” se ha equivocado una y otra vez.
Detrás de la propaganda hay una persona que vive escondida en su palacio y, de vez en cuando, tiene la mala suerte de que se note su incapacidad y su mediocridad. El emperador, como en el cuento de Andersen, está desnudo y algunos lo están viendo.
Contrario a lo que relata la canción, los sueños no se convierten en realidad detrás del arcoíris. Lejos de un país enchulado, sobrevive una verdad incómoda.
El Salvador corre el peligro de que un caudillo se perpetúe en la Presidencia de la República. Por ello, 2023 es crucial para la moribunda democracia.
La realidad es más densa de lo que la propaganda difunde y merece ser estudiada con rigurosidad científica para una comprensión más amplia.
Uno de los problemas de las dictaduras es que, siendo por naturaleza ilegítimas, a su paso van dejando ilegítimas constituciones y leyes e ilegítimos funcionarios.
En Centroamérica, con gobiernos que persiguen a la prensa libre y a defensores de derechos humanos, Brasil es un mensaje a contracorriente.
La historia nos ha enseñado que hay que tener cuidado en la forma de suceder el poder. Y en este país, como dice nuestro himno, obtener la paz es nuestro eterno problema.
Creo que la tolerancia tiene un límite para estar leyendo y escuchando mentira tras mentira de este gobierno. Y también creo que el mismo miedo tiene un límite: el hartazgo.
Veamos esta serie y ojalá que con ella aprendamos a ver a los líderes de nuestro mundo, de nuestro país, con la desconfianza con que ven los hombres libres a quienes les gobiernan.
La Cumbre de las Américas de 2022 se celebrará sin países que viven bajo dictaduras como Nicaragua, Venezuela y Cuba. Es una incógnita qué aportará El Salvador sobre anticorrupción y democracia.
En la era del populismo, ya no se busca la densidad intelectual, se buscan influencers, porque un país sin educación es fácil de intimidar, controlar y engañar.