Los salvadoreños viven en una nueva cárcel
El Salvador es el tercer país a nivel mundial que más retrocesos ha tenido durante la última década en el índice de libertades, respecto a Nicaragua y Túnez.
El Salvador es el tercer país a nivel mundial que más retrocesos ha tenido durante la última década en el índice de libertades, respecto a Nicaragua y Túnez.
El miedo es alimento que usan los cobardes para no perder el poder. Es lo que los separa del ostracismo, la cárcel o el exilio. Por eso lo alimentan constantemente, por eso muchos de los empleados públicos viven al límite sin atreverse a opinar.
Bukele sabe que para gobernar a su antojo y perpetuarse en el poder necesita sostener la ilusión más allá del paisaje de sus recientes y misteriosos cafetales. Para eso es necesario dar discursos absurdos ante la ONU. Para eso es necesario mentir.
En su discurso ante las Naciones Unidas (ONU), el presidente Nayib Bukele aseguró que en El Salvador “ahora son los buenos los que viven libres” o que “no censuramos opiniones”. En este Factum Live analizamos el discurso de Bukele.
El problema, sabemos ahora, no era tratar a El Salvador como una finca. El problema es que no era su finca. Y ahora ya lo es. Por eso buscan bloquear. Por eso ponen a mentir al comisionado presidencial de derechos humanos. Por eso buscan ocultar sus huellas.
La calma que hoy se respira en El Salvador es menos parecida a la libertad y más a la esperanza de tener a un amo benevolente. Un tirano bueno con los que considera buenos y malo con los que considera malos. Ver, oír y aplaudir.
En su primer discurso como presidente de facto, Bukele se comparó con un buen doctor. La jefa de redacción de Factum lo retoma y hace un manifiesto por el derecho a pedir explicaciones: “No me diga que es un milagro, doctor. Quiero saber más”.
La FilGua nos debe una explicación sobre por qué actuó como títere y aceptó la censura impuesta por el gobierno salvadoreño. El embajador en Guatemala, Hugo Rodriguez, aunque sea un pasa papeles, también nos debe la misma explicación.
Hay un país centroamericano que, reconociéndose ignorado por los reflectores de la cobertura mediática internacional, anhela destacar en la Escuela de los Tiranitos del Mundo.
La petición de la Fiscalía General de la República para intentar callar a Factum y la resolución judicial posterior son una clara censura, un acto que atenta a la libertad de expresión.
Las formas de censura y/o autocensura que pueden estar detrás de la salida de Focos de Canal 33 nos recuerdan que en este país se mantienen los grupos de poder económico y político que siguen negociando con derechos fundamentales como la libertad de expresión.