Lo esencial de la marcha

La aspiración por una democracia lleva vigente 200 años y muchas generaciones, incluidas miles de familias indígenas, han derramado su sangre por esas cosas intangibles como la libertad, la paz y el bienestar. Hoy, esta aspiración centenaria está colapsando con un gobierno autoritario.


¿Cuántos valores humanos fundamentales podemos enumerar? Les puedo hablar de la bondad, de la solidaridad, de la humildad. Ningún valor es tangible. Nos educamos en ellos. Crecemos percibiendo estos valores y los vamos separando los buenos de los malos. La bondad de la maldad. La solidaridad de la indiferencia. La humidad de la soberbia. Y empezamos a interactuar con otras personas a partir de lo que hemos aprendido e interiorizado. Logramos tener éxito o caemos en el fracaso en la medida que anteponemos nuestros valores en nuestras relaciones con el mundo. Nuestra vida depende mucho de los valores que hemos aprendido. Pero no podemos ignorar que también nuestra vida depende de lo tangible, como el alimento, el agua, el dinero para subsistir.

¿Han escuchado alguna vez a alguien decir que no importa la democracia, porque no se ve, pero que sí importa mucho el dinero en el bolsillo, porque sin ese no se sobrevive? Yo he escuchado, en síntesis, ese pensamiento muchas veces. Muchas personas se quedan sin votar el día de las elecciones porque no tienen tiempo y prefieren trabajar. “Yo no vivo de la política, vivo de mi trabajo”. “Si no trabajo, no como”. “Los políticos no me dan de comer”. Y así muchas frases que encierran una idea principal: no es importante lo que no se ve o lo que no sirve para sobrevivir, ni tampoco son importantes palabras supuestamente vacías como “democracia”, “independencia”, “separación de poderes”, “corrupción”. El materialismo puede ser tan predominante que no tiene discusión a la hora de definir necesidades humanas.

Lo que no podemos olvidar es que esas palabras supuestamente vacías sí tienen un gran valor. Porque no se puede tener un negocio verdaderamente próspero si no hay un buen clima económico, que a su vez tampoco puede existir si se vive en una dictadura o si hay demasiada turbulencia política y corrupción. Nadie quiere invertir su riqueza en un país corrupto, a no ser que sea de la misma calaña y mediante la corrupción se asegure su bienestar. Si no hay una independencia entre los poderes de la república, tampoco se puede esperar un juego limpio en la política, no se puede esperar que se respeten los derechos y las libertades, entre ellas, sí, una muy material como la económica. No podemos hablar de que queremos vivir en un país en desarrollo si se calla a la fuerza al que piensa diferente. No podemos aspirar a las grandes ligas de los países del primer mundo si mantenemos costumbres corruptas como la de consentir a un gobierno peleado con la transparencia y la rendición de cuentas.

¿De verdad a usted no le molesta que no le informen en detalle qué hacen con los impuestos que usted paga? ¿Cómo puede decir que solo le importa su trabajo y su dinero, pero no le importa qué hacen con el dinero que a usted le quitan con cada impuesto que paga? ¡También es su dinero! Siempre he concluido que todo el bienestar material que podemos alcanzar no puede estar bien fundamentado si no es mediante la solidez de esas cosas invisibles, de esas cosas que poco importan para algunos, de esas cosas que, dicen ellos, no se sabe qué son en realidad.

Hoy, 15 de septiembre de 2021, El Salvador cumple 200 años de que unos criollos españoles se separaron de la corona española y le dejaron de tributar. Dejaron de obedecer al reino español. Eso celebramos. Una independencia para dejar de llamarnos colonia y empezar a vivir como un país soberano y republicano. Esa aspiración lleva vigente 200 años y muchas generaciones, incluidas miles de familias indígenas, han derramado su sangre, muy material, por esas cosas intangibles como la libertad, la paz y el bienestar. Hoy, esta aspiración centenaria está colapsando con un gobierno autoritario. La democracia está muriendo y las marchas de este día son como latidos de corazón en un desahuciado, que aún da señales de vida, pero que necesita reponerse por completo.

Simbolismos. Demostraciones de fuerza. Una marcha multitudinaria tiene muchos significados. Pero llevan implícito un fin, y muy material: la búsqueda de un lugar mejor para vivir. Eso no tiene precio en este mundo. Y en estos dilemas existenciales sobre si estas palabras, si estos valores son en realidad importantes, aunque sean intangibles, piense qué sería de usted si no tuviera aire para respirar. Usted no puede ver el aire, pero lo necesita. Si es usted es un hombre o una mujer de fe, sabrá que usted no puede avanzar en su salvación sin profesar su credo. ¿Por qué cuesta tanto entones creer y darle la importancia que se merece a la democracia y al respeto a la constitucionalidad, a la separación de poderes, a la transparencia, a la anticorrupción, a la libertad, cuando sabemos que hay muchas otras cosas invisibles que también son importantes?

Creo que es peligroso no dar la importancia debida a estas cosas intangibles, por preferir lo inmediato, lo material, lo cómodo. Es posible, por ignorancia, vender  por unas monedas y pan lo más preciado : la libertad. Este día debe ser el principio de una recreación de los valores necesarios para fundarnos como una definitiva democracia. Aprender del pasado para no volver a cometerlo. Respetar las diferencias. Buscar consensos. Tender la mano. Encontrar soluciones en lugar de sobredimensionar los problemas. El fin de todo esto es bueno y los medios no son de ninguna manera siniestros. Exigir nuestros derechos y ser responsable con nuestras libertades nunca será una misión inútil o una pérdida de tiempo.

“He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos”, escribió Antoine de Saint-Exupéry a través del sabio zorro en El Principito. Feliz aniversario 200 de la independencia de El Salvador.

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