Romeo murió y sus hijas terminaron desplazadas

Romeo Mauricio Posada Urrutia falleció 41 días después de haber sido detenido bajo custodia del Estado. La Policía Nacional Civil tenía indicios de que fue asesinado, pero se lo calló. 

Foto Factum/Natalia Alberto


La casa donde vivía Romeo es de láminas y ha empezado a oxidarse. A un lado quedó un promontorio de tamarindos que bien podrían rebosar dos cubetas de pintura de cinco galones cada una. Los árboles de tamarindo siguen dando sombra y la maleza ha crecido desde que él murió, hace seis meses. 

Romeo Mauricio Posada Urrutia  tenía 57 años cuando fue detenido bajo el régimen de excepción, el 5 de abril de 2022. Vivía en Guatajiagua, en el departamento de Morazán. El terreno donde estaba su vivienda forma parte de uno más grande, compartido con otros familiares en porciones amplias y rurales, con piso de tierra. Él ni siquiera tenía servicio de agua. Le tocaba jalar dos garrafones para poder bañarse y cocinar, dijo una familiar. 

En un documento policial que contiene una base de datos bajo el nombre “Reos fallecidos 26Mar al 18May de 2022”, el último rastro de Romeo quedó plasmado en apenas seis líneas con una descripción espartana sobre su muerte: dice que un grupo de policías lo trasladó desde el Penal de Izalco, porque “ya tenía problemas de salud”, hacia el Hospital Jorge Mazzini, de Sonsonate; que cuando llegaron ya había fallecido y que “el cuerpo presentaba grietas en manos y pies, el médico forense manifestó que el cuerpo presenta edema generalizado con esfacelación de piel en miembro superior derecho”. Romeo murió el 16 de mayo de 2022. 

El reporte consta en los documentos y correos electrónicos de la filtración efectuada por el grupo de hackers Guacamaya, que extrajo información de las policías y milicias de al menos seis países; y a los que Revista Factum ha tenido acceso a través del grupo de hacktivistas DDoSecrets. 

Para la familia de Romeo, el último reporte de él en libertad fue cuando el cobrador de un bus les llegó a contar que había sido detenido por la Policía, el 5 de abril de este año, en el centro de Guatajiagua. Romeo llevaba “un pocito de maíz negrito, lo mandaba para donde un amigo de los Estados Unidos”, dice una familiar, cuando policías los arrestaron. 

Desde entonces, agrega, no supieron nada más de él. 

El caso de Romeo ha sido uno de los pocos que trascendió públicamente; a diferencia de 11 casos más que constan en la misma base de datos y de los que ni el gobierno, ni los familiares informaron a la población. Todos detenidos durante el régimen de excepción y fallecidos bajo la custodia del Estado. 

Las pocas palabras dejadas en el reporte policial oficial hablan de un tipo de lesión que tiene similitudes con quemaduras, e incluso pueden tratarse ya de tejidos necróticos. Pero los agentes policiales obviaron el detalle y únicamente añadieron a su reporte que la causa de muerte sería determinada mediante una autopsia. 

Una de las familiares de Romeo cuenta precisamente que “a mi quien me contó que le habían dado una muerte tremenda fue una hermana que vive en los Estados Unidos. Las cipotas (hijas de Romeo) no lo conocían, porque estaba como que agua hirviendo le hubieran tirado”. 

Desde que Romeo falleció la familia denunció públicamente su muerte como un homicidio. Sostienen que desde su arresto los policías lo presionaron para que entregara a su hijo, un supuesto pandillero que aún permanece libre. Pero también aclara que el hijo de Romeo dejó de tener contacto con la familia desde hace cinco años, cuando murió su madre, esposa de Romeo, en 2017. 

Cuando la esposa de Romeo falleció, dice la familiar, el cementerio bullía de policías: buscaban capturar al joven al que se refieren como “Chon” a toda costa. 

La insistencia para capturar a Chon, según los parientes, ha dejado ya a una de las hijas de Romeo capturada bajo el régimen; y a sus otras dos hijas como desplazadas. Se cansaron de la angustia de ser acosadas por policías para que entregara a su hermano, dicen. 

Sin avisarle a su familia, las dos mujeres se fueron con sus hijos; y con el hijo de su hermana previamente arrestada, todos los niños entre los 2 y los 6 años. Su casa está abandonada desde hace más de un mes, con candado y con la maleza creciendo alrededor.

Romeo Mauricio Posada falleció el 16 de mayo de 2022. Sus restos yacen junto a los de su madre en el cementerio municipal de Guatajiagua, Morazán. Foto Factum/Natalia Alberto

Romeo fue enterrado en la misma cripta que su madre, en el cementerio de Guatajiagua, pero no tiene una lápida propia. Su familia y dos enterradores confirman que está ahí, aunque su nombre no aparezca; así como en los registros policiales: lo saben asesinado, pero prefieren callarlo. 

 

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