¿Pueden participar los menores de edad en actos políticos?

 

Ilustraciones FACTUM/Victoria Delgado


El pasado 17 de octubre, más de ocho mil personas salieron nuevamente a las calles a protestar contra el Gobierno del presidente Nayib Bukele. Desde antes, durante y después de la marcha, funcionarios públicos y políticos afines al oficialismo intentaron deslegitimar la marcha a través de redes sociales.

Uno de los tuits de la policía causó debate en redes sociales: “Hacemos el llamado a los participantes de la marcha a no exponer al peligro a los menores de edad. Recordemos: ellos son vulnerables y no tienen ni la más mínima idea de lo que ocurre”. En dicho mensaje, la cuenta de la institución publicó imágenes de niños que acompañaron la marcha. 

El mensaje fue replicado por funcionarios y empleados públicos como la diputada oficialista Lorena Fuentes y el Gerente de Comunicaciones del MOP, José Valdéz, quienes criticaron la participación de niños en protestas contra el gobierno.

Horas antes, la Policía publicó imágenes en redes sociales de retenes instalados en las principales carreteras hacia San Salvador. Estos retenes entorpecieron la llegada de cientos de manifestantes que viajaban desde el interior hacia la concentración que partiría del parque Cuscatlán, pero además sirvieron para incautar explosivos y algunas armas blancas. En El Salvador es común que en las manifestaciones se usen explosivos. 

Factum consultó con dos expertos en derechos de la niñez para buscar una respuesta a esta pregunta: 

– ¿Es correcto o no que niños participen en marchas o eventos políticos?

Zaira Navas, ex directora del CONNA y actual parte del equipo de Cristosal, explicó que la Ley de Protección Integral de la Niñez y la Adolescencia (LEPINA), en su capítulo cuatro, establece los derechos de participación de la niñez. “Los niños y niñas tienen derecho a ejercer su ciudadanía y a demandar sus derechos, [pero] la forma en que ejercen este derecho está vinculado a su desarrollo evolutivo. Difícilmente un niño de dos, tres o cuatro años va a dar un discurso, pero un niño de 12 años ya puede participar activamente”, dijo Navas consultada por este medio. 

Según la experta, aunque los niños y niñas tengan derecho a ejercer su libertad de expresión, agrupación y su derecho a exigir otros derechos como el acceso al agua, entre otros, existe un “bien superior”, que es su integridad. Por ello, los niños no deben ser expuestos a condiciones de violencia o condiciones climáticas que los puedan perjudicar. 

“Así como los padres hacen que sus hijos vayan a misa o los llevan al estadio a ver fútbol, también los pueden llevar a las marchas, siempre y cuando no se vulneren los derechos del niño o niña”, dijo Navas.

Ulices Rivas, procurador adjunto para la defensa de los derechos de la niñez y la adolescencia de la PDDH, opinó que las protestas en El Salvador van “aumentando de tono”, por lo que los niños podrían estar expuestos a situaciones peligrosas. Sin embargo, para Rivas, “la PNC ha incumplido con su tarea de brindar seguridad a los ciudadanos durante las protestas al no hacerse presente durante las últimas dos marchas contra el gobierno, la del 15 de septiembre y la del 17 de octubre”.

Ambos especialistas consideran que los niños pueden participar en protestas o actos políticos siempre y cuando no sean utilizados, lo hagan de propia voluntad y no sean expuestos a situaciones de riesgo.


  • Para esta publicación, Factum también buscó la postura de Save The Children, una organización referente en defensa de derechos de la niñez a nivel mundial, pero tras varios intentos y correos gestionando una entrevista, esta nunca se concretó.

¿TE HA GUSTADO EL ARTÍCULO?

Suscríbete al boletín y recibe cada semana los contenidos en tu email.