El ministro de Defensa le cargó la factura del 9-F al jefe del batallón presidencial

La Asamblea Legislativa entrevistó por doce horas al ministro de la Defensa Nacional, Francis Merino Monroy, quien se desentendió de la invasión militar a la Asamblea Legislativa el 9 de febrero de 2020. En su lugar, señaló al general Manuel Antonio Acevedo López, jefe del Estado Mayor Presidencial, como el responsable de haber ordenado el ingreso al Salón Azul de decenas de soldados armados con fusiles de asalto para rodear las curules de los diputados.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


El diputado arenero Ricardo Godoy tomó una fotografía impresa en papel y se la mostró al ministro Francis Merino Monroy. Era una fotografía del 9 de febrero de 2020. En ella aparecen el diputado  GANA Guillermo Gallegos, el presidente Nayib Bukele y, detrás de Bukele, parado, con un traje militar de gala verde olivo, el general Manuel Antonio Acevedo López, jefe del Estado Mayor Presidencial, también conocido como batallón presidencial, también conocido como la seguridad militar de los presidentes del órgano ejecutivo.

—¿Es este, señor ministro, el militar en cuestión Acevedo López, parado justo atrás del señor presidente de la República, cuando usurpó la silla presidencial de este órgano de gobierno? —preguntó el diputado Godoy.

—Sí, el jefe del Estado Mayor Presidencial es el que asiste al señor presidente en todas sus actividades —contestó el ministro Merino Monroy, sin responder en realidad a la pregunta.

Godoy volvió a preguntar a Merino Monroy si el de la foto era el general Acevedo López y recibió, textualmente, la misma respuesta del ministro.

—Queda claro, señor ministro, que sí es él y que es él quien giró las órdenes (de invadir con militares la Asamblea Legislativa el 9 de febrero de 2020) —concluyó Godoy.

Foto de archivo del pasado 9 de febrero de 2020, muestra al presidente de El Salvador Nayib Bukele orando en la silla de la presidencia del Órgano Legislativo, en el Salón Azul, mientras el diputado Guillermo Gallegos le acompaña. Atrás, el general Acevedo López.
Foto Archivo FACTUM/Salvador MELENDEZ

Corrían minutos después de las 8 de la noche del viernes 21 de agosto y Merino Monroy estaba a punto de llegar a su duodécima hora de estar siendo interpelado por la Asamblea Legislativa. El ministro de la Defensa, como principal responsable político-militar de la Fuerza Armada de El Salvador, respondió a los diputados que lo cuestionaron por los acontecimientos del 9 de febrero de 2020, cuando soldados de varias unidades militares irrumpieron en el Salón Azul de la Asamblea con fusiles de asalto cargados, chalecos antibalas y cascos, y rodearon las curules de los 84 diputados del congreso salvadoreño. Todo para preparar, esa misma tarde, la entrada al presidente Nayib Bukele, quien llegó a sentarse en la silla del presidente del parlamento y, sin ninguna atribución constitucional, abrió una sesión plenaria con menos de treinta diputados que lo apoyaron. 

La mayoría de los diputados aprobó que se proyectara un video dentro del Salón Azul con imágenes de la irrupción de los militares en la Asamblea Legislativa el 9-F, contra los deseos de los diputados afines al gobierno de Bukele, entre ellos los de los partidos GANA y CD. Las imágenes recordaron los acontecimientos y recordaron también que el diputado directivo Reynaldo Cardoza, miembro de la comisión dentro de la junta directiva de la Asamblea que se encarga de la seguridad interna, aseguró que hubo amenazas del director de la Policía, Mauricio Arriaza Chicas, y del ministro Merino Monroy de abrir las puertas del Salón Azul para que Bukele entrara al Salón Azul o lo harían por sus propios medios.

Cardoza, clave para comprender mejor los acontecimientos del 9-F y la actuación de Merino Monroy, no llegó a la interpelación de este viernes 21 de agosto. 

El baile del ministro y los diputados

Merino Monroy mantuvo un discurso único en toda la interpelación. La línea inamovible del ministro militar se resumió en puntos de semántica, como que la toma de la Asamblea por soldados el 9-F no fue un “operativo militar”, sino solo un dispositivo de seguridad personal del presidente, y en su insistencia de que él no ordenó a sus soldados invadir el congreso. Eso sí, en sus intentos por justificarse, terminó incriminando al jefe del Estado Mayor Presidencial (EMP), Manuel Antonio Acevedo López, como el superior por el que pasaron las órdenes de asaltar el Salón Azul para preparar el ingreso de Bukele.

Las intervenciones de los diputados Rodolfo Parker, del PDC, y Cristina Cornejo, del FMLN, fueron las más incisivas de toda la jornada de interpelación. Parker, de hecho, le cuestionó a Merino Monroy si fue necesario que la Fuerza Armada se tomara el Salón Azul para que el presidente Bukele pudiera ingresar al recinto, quién fue el que ordenó y condujo el operativo de seguridad militar el 9-F y quién es el responsable del EMP. El ministro de la Defensa respondió que no fue un operativo, que el batallón presidencial es el encargado de la seguridad del mandatario y que ese batallón tiene un jefe. Parker tuvo que complementar las respuestas correctas: fue el EMP el que condujo la operación militar el 9-F en la Asamblea Legislativa y el EMP está bajo el mando directo del presidente de la República. Las rodillas traicionaron a Merino Monroy y dejaron al descubierto el nerviosismo del ministro ante los cuestionamientos del diputado pedecista.

Cornejo, quien tomó la palabra después de las preguntas de sus correligionarios Yanci Urbina y Schafik Hándal, empezó su primera intervención con una frase que iba a ilustrar las horas que siguieron en la interpelación al ministro de la Defensa. “Creo que cada respuesta del señor ministro preocupa más, de ver con tanta normalidad el abuso o la toma por parte de los militares de esta Asamblea Legislativa (…) están haciendo ver que era algo normal”, dijo la efemelenista.

El Ministro de Defensa de El Salvador, René Francis Merino Monroy (derecha), se dirige a los diputados durante la interpelación sobre la militarización del Salón Azul, el pasado 9 de febrero de 2020. Foto FACTUM/Salvador MELENDEZ

El diputado de Arena, Carlos Reyes, usa una fotografía del 9-F, durante la onterpelación al ministro de defensa nacional, Francis Merino Monroy el pasado 21 de agosto de 2020. Foto FACTUM/Gerson Nájera

Lejos de esos dos diputados, los demás interpelantes pasearon con sus preguntas sobre conceptualizaciones o sobre probabilidades. En todo caso, como sucedió con el diputado Mauricio Vargas, diputado arenero y general en retiro, muchas preguntas ni siquiera fueron comprensibles, mientras que las respuestas de Merino Monroy a la mayoría de esos cuestionamientos ambiguos fueron el mismo discurso: no fue un operativo militar, el EMP sirve para la protección personal del presidente y lo que ocurrió el 9-F fue solo eso: soldados protegiendo al presidente.

Al ministro lo acompañó el viceministro de la Defensa, Ennio Elvidio Rivera Aguilar. Rivera fue apoderado legal de dos acusados de la masacre de El Mozote, según una publicación de Diario El Mundo en junio de 2019. Rivera, además, fue propuesto como perito militar en el juicio sobre El Mozote, pero fue rechazado por el juez. Rivera y su trabajo de representar a militares acusados por masacres hizo contraste con lo dicho en la interpelación por Merino Monroy acerca de que la Fuerza Armada que ahora él conduce como parte del alto mando no conoce de masacres contra civiles que cometió esa institución en el pasado. Rivera estuvo a la diestra de Merino Monroy y lo asesoraba sobre qué contestar a los diputados en los pocos momentos en que se salió de su guion de respuestas. Y también acompañaron al ministro el jefe y el subjefe del Estado Mayor Conjunto de la Fuerza Armada, Carlos Alberto Tejada Murcia y Miguel Ángel Rivas Bonilla.

El ministro Merino Monroy junto con el viceministro de la Defensa, Ennio Elvidio Rivera Aguilar. Foto FACTUM/Gerson Nájera

Los diputados de otros grupos parlamentarios como GANA y CD alabaron las respuestas que daba Merino Monroy, aunque fueran evasivas o no correspondían a las preguntas que les hacían los otros legisladores. El papel de los legisladores de GANA, en todo caso, no solo fue el de adular al ministro de la Defensa, sino el de entorpecer la sesión plenaria de interpelación. De esa manera, el diputado ganero Numan Salgado gritaba sin micrófono desde su curul para reclamar cualquier situación que ponía en aprietos a los militares. Detrás de los ganeros, los delegados del gobierno que llegaron a ver la sesión seguían el guion de sus diputados afines y gritaban y aplaudían como si la interpelación fuera un partido de fútbol y la Asamblea como un estadio.

Por el gobierno llegaron Ernesto Castro, secretario privado; Sofía Medina, secretaria de Comunicaciones; Conan Castro, secretario jurídico; y la jefa del gabinete de Bukele, Carolina Recinos. También llegaron algunos ministros, incluido el de Trabajo, Rolando Castro, horas después de que el Sindicato de Trabajadores del Seguro Social reventó morteros y quemó banderas de los partidos Arena y FMLN a la entrada de la Asamblea Legislativa alrededor de las 8 de la mañana, frente a agentes de la Unidad del Mantenimiento del Orden de la Policía que solo los vieron cometer los desórdenes. Los secretarios saludaron contentos al ministro cuando apareció.

Varios miembros del Gabinete de Gobierno del presidente Nayib Bukele permanecieron durante el desarrollo de la interpelación al Ministro de Defensa, René Merino Monroy, en el Salón Azul, el 21 de agosto de 2020, en San Salvador, El Salvador. Foto FACTUM/ Salvador MELENDEZ

Los distractores

El rol de los diputados ganeros también fue el de crear controversias para distraer la atención sobre los cuestionamientos al ministro de la Defensa. Guillermo Gallegos protagonizó un choque con el presidente legislativo, Mario Ponce.

—Yo autoricé la entrada al Salón Azul a los miembros de la Fuerza Armada. Yo le pedí al señor presidente Mario Ponce la autorización para que se me entregara la llave y se la entregué a un empleado para que el abriera —dijo Gallegos, lo que sorprendió a Ponce.

—No podemos venir y hacer ese tipo de aseveraciones. En primer lugar, este servidor no posee la llave ni de la oficina que ocupa en la presidencia en la octava planta. Yo no tengo llave de este Salón Azul. Hay una persona responsable y no tuve comunicación con el diputado Gallegos ese día. Quiero aclararlo porque me está diciendo que yo autoricé la llave. Yo no autorizo a nadie —dijo airado el presidente de la Asamblea. 

—Como es común en usted, señor presidente —prosiguió el ganero, para avivar más el escándalo —siempre trata de evadir su responsabilidad.

—Le pido respeto, diputado. Le pido respeto. No es cierto. Esa es su palabra y usted está mintiendo —dijo Ponce, mientras la sesión se hacía más larga, pero sin las respuestas que esperaban del ministro.

La dinámica de hacer tres repreguntas por cada grupo parlamentario sobre las 17 preguntas originales que se le hicieron llegar al ministro Merino Monroy en un cuestionario prolongó el interrogatorio. A las 9 de la noche del viernes 22 de agosto, la Asamblea había concluido con las repreguntas al cuestionamiento número cinco. Para entonces, Merino Monroy ya había inculpado al general Acevedo López como el jefe militar que lideró la toma del congreso el 9-F. Algunos diputados como el arenero Alberto Romero y el pedecista Parker creyeron que fue un insumo importante, pues el jefe del EMP recibe órdenes directas del presidente de la República. 


También quedó claro que la invasión militar al parlamento salvadoreño no fue una medida de seguridad personal para Bukele. El diputado Ricardo Velásquez Parker, de Arena, hizo sonar el video de la entrevista que el músico puertorriqueño René Pérez le hizo a Bukele meses atrás. En esa entrevista, Bukele le confesó a Pérez que la toma de la Asamblea fue una medida para presionar a los diputados.

Los diputados del FMLN reclamaron que si el discurso inmutable del ministro Merino Monroy era que la acción militar en la Asamblea fue para la seguridad personal del presidente, entonces qué tipo de medida fue la que empleó la Fuerza Armada para ir a merodear las casas de los diputados el mismo 9-F, tocar las puertas de sus casas para preguntar por ellos, y, en el caso de los efemelenistas, qué acción de seguridad personal del presidente ejecutaron cuando soldados rodearon un recinto en San Marcos en donde el partido estaba celebrando una convención y en la que había diputados presentes.

Merino Monroy no dejaba de decir que todo fue para la seguridad personal del presidente.

El diputado ganero Salgado dijo que los legisladores que estaban reclamando por el acoso de los militares en sus casas era porque no habían podido superar el “delirio de persecución posguerra” y que les recordaba cuando a ellos el ejército los iba a sacar de sus casas durante la guerra.

Los legisladores que cuestionaron al ministro llegaron a la conclusión de que sería inútil extender el interrogatorio, ya que Merino Monroy no se iba a mover de su línea y faltaban aún doce preguntas para las que se podían hacer tres repreguntas por cada grupo parlamentario. Decidieron concluir la interpelación, pero, eso sí, pidieron hacer intervenciones conclusivas.

“Ha quedado claro que el señor presidente de la República instrumentalizó a la Fuerza Armada y también lo instrumentalizó a usted, señor ministro”, dijo el diputado arenero René Portillo Cuadra, quien aseguró que su casa “fue militarizada” el 8 de febrero de 2020, un día antes del 9-F. “También fueron a tocar a mi casa. Es una situación complicada. Mis hijos, mi esposa, es una situación que no queremos volver a vivir como familia. Y estoy seguro de que usted no dio la orden, señor ministro”, dijo el legislador.

El Ministro de Defensa, contraalmirante René Merino Monroy  en el Salón Azul, el 21 de agosto de 2020, en San Salvador, El Salvador, durante el desarrollo de la interpelación por la militarización de la Asamblea Legislativa el pasado 9 de febrero. Foto FACTUM/ Salvador MELENDEZ

Cornejo, del FMLN, tuvo la palabra para reflexionar al final. “No fue solo la seguridad del presidente la que estuvo en juego el 9 de febrero. El 9 de febrero fue la Asamblea Legislativa. El 8 de febrero fue mi casa. Mañana puede ser la suya. Mañana puede ser usted al que se le violen los derechos humanos en este país. Mañana puede ser usted el que se desaparezca sin que nadie diga nada. ¿Ahora entienden cuál es la importancia de reconocer que lo que hubo aquí no fue un acompañamiento de seguridad al presidente de la República?”, dijo la diputada.

Los diputados dejaron ir a Merino Monroy y cerraron la plenaria. La comisión especial que investiga los acontecimientos del 9-F evaluarán la posibilidad de llamar al jefe del EMP, Manuel Antonio Acevedo López, para que responda sobre la incriminación que el ministro de la Defensa hizo de él. La Asamblea Legislativa elaborará un dictamen en el que es posible que recomienden la destitución de Merino Monroy al frente del Ministerio de la Defensa Nacional. La recomendación legislativa, sin embargo, no tendría efectos obligatorios para el presidente Bukele, quien se refiere a su ministro militar como uno de sus mejores funcionarios.

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