A un día del inicio de las vacaciones agostinas, y en un movimiento que reescribe drásticamente las reglas electorales, la Asamblea Legislativa salvadoreña, controlada por Nuevas Ideas, ha aprobado la noche de este jueves una reforma constitucional exprés que permitirá la reelección presidencial indefinida, entre otros cambios.
En el Día del Periodista en El Salvador, y de nuevo con dispensa de trámite, la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó una reforma constitucional que allana el camino para la reelección indefinida del Presidente de la República, así como de diputados y miembros de concejos municipales. Esta reforma constitucional, impulsada por el partido oficialista Nuevas Ideas, también elimina la segunda vuelta electoral y extiende el mandato presidencial a seis años.
La reforma, aprobada con 57 votos a favor y tres en contra, no solo establece la reelección indefinida –una ambición política largamente atribuida al presidente Nayib Bukele–, sino que también establece un mandato presidencial de seis años (frente a los cinco actuales) y elimina la segunda vuelta electoral. Esto significa que la presidencia se ganará por mayoría simple, sin necesidad del 50 % más uno de los votos.
Liderada por la diputada Ana Figueroa y respaldada por 57 diputados de la bancada oficialista, la reforma modifica los artículos 75, 80, 133, 152 y 154 de la Constitución de la República. El decreto contempla que el actual período presidencial de Bukele, que comenzó de forma inconstitucional el 1 de junio de 2024, finalizará anticipadamente el 1 de junio de 2027. El objetivo es unificar en ese año las elecciones presidenciales, legislativas y municipales, modificando el calendario electoral escalonado que históricamente ha generado comicios cada dos años.
La diputada Figueroa argumentó que la reelección siempre ha estado permitida para casi todos los cargos de elección popular en El Salvador, con la presidencia como única excepción hasta ahora. Según Figueroa, “estas reformas empoderarán a los salvadoreños para decidir cuánto tiempo desean apoyar a cualquier funcionario, incluido el presidente”. Además, afirmó que la reforma busca una mayor estabilidad en los ciclos electorales y seguridad jurídica.
“Con estas propuestas le vamos a dar un ahorro al país. Le estamos dando seguridad jurídica y estamos atrayendo más inversiones […]. Y se le está dando el 100 por ciento del poder al pueblo. El pueblo no es tonto, por más que lo quieran ver así. Porque yo sé que lo vieron por treinta años como tonto, como una masa que acarreaban. […]. Nosotros tenemos claro que el pueblo pone y el pueblo quita. El pueblo premia y el pueblo castiga”, argumentó el diputado Christian Guevara, jefe de la bancada de Nuevas Ideas, para justificar la modificación de la constitución.
La oposición, por su parte, ha denunciado esta reforma como un golpe a la democracia. Marcela Villatoro, diputada de oposición, afirmó que los diputados oficialistas “se quitaron las máscaras” y han “matado la democracia disfrazada de legalidad”.
“El pueblo pone y el pueblo quita cuando existen realmente instituciones que garantizan elecciones reales; no cuando todo el poder está secuestrado por una persona […]. Aquí nadie ha dicho que el pueblo es tonto. […]. Aquí lo que se ha dicho es que la gente les dio la confianza y ustedes abusaron de esa confianza […]. Hay una resolución de la Sala de lo Constitucional que dice que cuando un diputado va a una elección, si quiere hacer reformas constitucionales, debe de ir dentro dentro de su programa o dentro de su plataforma, para que la gente, al elegirlo, sepa cuáles son esos cambios o modificaciones que quieren hacerse. […] Ustedes no lo presentaron […] porque ustedes no tienen plataformas. Ustedes solo hacen lo que les digan que hagan. Por eso yo les digo que saldría más económico poner robots que solo vengan a probar el botón […]. Se llaman Nuevas Ideas, pero de nuevas ideas no tienen nada. Lo que sí tienen son falsas ideas y también tienen mañas”, argumentó la diputa de Arena, Marcela Villatoro.
Esta reforma culmina un proceso que comenzó con el cambio de criterio de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema en 2021, que habilitó la postulación de Bukele para un segundo mandato consecutivo, a pesar de las prohibiciones constitucionales previas. El presidente Bukele, quien inicialmente negó buscar la reelección inmediata, anunció su candidatura en 2022 y la inscribió oficialmente en 2023. Ahora podrá hacerlo también para 2027 y mantenerse ahí de forma indefinida.
Opina