La excepción del régimen

El régimen de excepción decretado por la escalada de violencia no afecta a todos por igual. Es un régimen que se vive, o se sufre, según el municipio de residencia y según los privilegios de cada quien. La noche del pasado lunes 28 de marzo, mientras decenas de ciudadanos eran escudriñados por policías y soldados en las colonias más populosas, bitcoiners bailaban y tomaban custodiados por una patrulla policial en la playa El Zonte, en La Libertad, el departamento que tuvo más homicidios en la jornada sangrienta del pasado sábado. 


Faltaban quince minutos para las nueve de la noche del lunes 28 de marzo, segundo día del régimen de excepción en El Salvador. Las calles del municipio de Mejicanos estaban casi desiertas, salvo por los pocos vehículos que todavía circulaban. Una pareja de adultos que se conducía en motocicleta rumbo al municipio de Ayutuxtepeque, a la altura del centro comercial Zacamil, fue interceptada por una patrulla policial al cruzar el semáforo en verde. Los agentes bloquearon su paso para registrarlos e interrogarlos. Como si de otro país se tratara, a esa misma hora, pero en la playa El Zonte, en La Libertad, más de una centena de personas, en su mayoría extranjeros, celebraban un convivio de bitcoiners, con luces, música, comida y tragos. Transitaban con libertad y la poca presencia policial en el lugar no llevaba a cabo registros ni interrogatorios; al contrario, eran amigables con ellos.

La mujer que iba en la parte de atrás de la motocicleta bajó de inmediato y se acercó a la patrulla para mostrar el contenido de su bolso. Mientras que el conductor de la moto se orilló para ser registrado. Acto seguido, la patrulla retornó a su carril y se fue del lugar. La pareja, todavía en estado de shock, esperó un par de minutos antes de retomar su camino. 

El régimen de excepción decretado por la Asamblea Legislativa la madrugada del domingo 27 de marzo, luego de un incremento súbito de homicidios, no restringe el libre tránsito, pero sí suspende por treinta días la libertad de asociación, derecho de defensa, plazo de detención administrativa, inviolabilidad de la correspondencia y telecomunicaciones. El régimen no aplica a todos por igual. En las zonas populares hay denuncias de abusos policiales, restricción a la libre circulación en comunidades, detenciones de jóvenes que no son pandilleros y que caminan solos en la calle y decenas de personas que buscan en las bartolinas a sus familiares capturados. 

En la colonia Santa Lucía, de Ilopango, un fotoperiodista de El Diario de Hoy (EDH) fue arrodillado y obligado por militares a borrar las imágenes de su cámara. El campeón centroamericano de boxeo, Christian “dinamita” Jiménez confirmó a EDH que el fin de semana fue golpeado por cuerpos de seguridad cuando celebraba su título, junto a sus vecinos, en una colonia populosa de San Salvador.

Una patrulla policial interceptó a una pareja que viajaba en motocicleta la noche del lunes 28 de marzo. Foto FACTUM/Natalia Alberto

Este lunes, en un exclusivo hotel en la playa El Zonte, la fiesta de bitcoiners transcurrió con total normalidad. Tomaron cervezas, tragos y comieron sushi, tacos y sándwiches. Contaron historias de prosperidad, explicaron la hiperbitcoinización –que en el lenguaje de las criptomonedas es una transición voluntaria de una moneda inferior a una superior–. Los anfitriones de la juerga fueron los esposos estadounidenses Max Keiser y Stacy Herbert, experiodistas financieros que en enero se mudaron al país para obtener la ciudadanía salvadoreña.

El Zonte forma parte de lo que el gobierno denomina Surf City. El sábado 26 de marzo, un día antes que fuera declarado el régimen de excepción, en El Salvador hubo 62 homicidios, según las estadísticas de la Policía Nacional Civil (PNC). Doce de estos fueron cometidos en La Libertad, el departamento que aloja Surf City, y nueve en San Salvador. El cadáver de un hombre fue localizado justo en el baipás del Puerto de La Libertad, carretera conocida como el camino a Surf City, el proyecto turístico promovido a escala internacional. 

Cuando Keiser y Herbert llegaron al país, en enero pasado, fueron recibidos por el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, y la embajadora de El Salvador en Estados Unidos, Milena Mayorga. “Bienvenidos a su hogar, la tierra de la libertad”, dijo Mayorga durante el encuentro. La libertad prometida en enero continúa siendo una realidad para la pareja de bitcoiners, incluso cuando El Salvador está bajo un régimen de excepción por la violencia, y cuando el fin de semana antes de su fiesta se vivió la jornada más sangrienta para el país desde la firma de los Acuerdos de Paz. 

La pareja de bitcoiners protagonizó el convivio el pasado lunes en un hotel de la playa El Zonte. Foto FACTUM/Loida Avelar

El pasaje de acceso a El Zonte tuvo libre tránsito, sin retenes policiales. Únicamente tres policías de la delegación de la playa El Tunco se apostaron frente a la puerta del hotel, para platicar entre ellos, y pasaron desapercibidos por los invitados. Dos agentes más recorrieron el pasaje de acceso a la playa en una patrulla. 

En Mejicanos, en cambio, las canchas de la colonia Zacamil, que suelen cerrar a las diez de la noche, estaban con candado a las 08:30 de la noche. El parqueo del Centro Urbano de Bienestar y Oportunidades (CUBO) de la zona está habilitado hasta la medianoche, pero este lunes estaba cerrado a las nueve, el CUBO permaneció acordonado, y la pista de patinaje, que suele estar llena hasta altas horas de la noche, estuvo desierta. 

Elementos de la Policía de Turismo POLITUR brindan seguridad a las instalaciones de Garten El Zonte, un hotel y restaurante donde se realizó una actividad de bitcoiners nacionales y extranjeros. Foto FACTUM / Gerson Nájera

“Cerraré la cancha a las 10:00 p.m. como siempre, no hay instrucciones de cerrar antes”, informó un miembro del Cuerpo de Agentes Metropolitanos (CAM) de la alcaldía de Mejicanos que no quiso dar su nombre.  Pasadas las ocho de la noche, la actitud del agente del CAM fue diferente, dijo a un equipo de Revista Factum que estaba prohibido tomar fotos de la cancha por órdenes superiores y que debía cerrar por el régimen de excepción. Tras sacar a las pocas personas que llegaron esa noche a la cancha dos de la colonia Zacamil, cerró el candado de la entrada y se marchó.

El municipio de Mejicanos lució desolado el lunes por la noche, en las primeras horas del régimen de excepción decretado por la Asamblea. Foto FACTUM/Natalia Alberto

En los alrededores del mercado del municipio de Ayutuxtepeque, así como en los cantones San Roque y Plan del Pito, las calles parecían de pueblo fantasma, como si hubiese una convención entre sus habitantes que a las nueve de la noche nadie debía estar fuera y que se debía guardar silencio. Los pocos vehículos que circulaban en la zona lo hacían con rapidez, como si llegaran tarde a algo. La mayoría de luces de las casas también estaban apagadas. Los únicos vehículos que transitaban con tranquilidad eran las patrullas policiales. 

Mientras que en el salón central del restaurante del Garten Hotel, alrededor de las siete de la noche, los trabajadores del hotel colocaron dos bocinas grandes y cuatro bancos para los bitcoiners que dirigirían la charla: Keiser y Herbert, acompañados de los emprendedores tecnológicos Jeff Booth y Austin Hill. Los invitados se sentaron en sillas o en el piso con las piernas cruzadas en postura de yoga, otros permanecieron de pie. Todos escucharon con atención la hora y media del conversatorio sobre la libertad y el desarrollo en El Salvador gracias al bitcóin. Entre los asistentes estaba el excantante del dúo Mojito colada y militante de Nuevas Ideas, Herbert Esmahan, quien abordó a Keiser para presentarle a la influencer japonesa y promotora del bitcóin Mai Fujimoto, quien está de visita en el país. Todos posaron para las cámaras. 

Max Keiser fue el anfitrión del convivio de bitcoiners celebrado el lunes 28 de marzo en El Zonte. Foto FACTUM/Loida Avelar

Keiser, paralelo a la promoción del bitcóin en El Zonte, usa sus redes sociales para invitar a los bitcoiners del mundo a unirse a “lucha” contra “las pandillas terroristas” salvadoreñas, pues “están amenazando a bitcóin en este momento”. El bitcoiner también comparte los mensajes de varios diputados de la bancada oficialista Nuevas Ideas sobre lo que el oficialismo ha denominado “la guerra contra las pandillas”

Pero no solo los bitcoiners tuvieron la oportunidad de vivir una realidad paralela a la de los habitantes de las comunidades pobres salvadoreñas. La vida en los bares y cafés de colonias como San Benito y Miramonte, en San Salvador, también siguió sin interrupciones en las primeras horas del régimen. Decenas de salvadoreños estuvieron en el estadio Cuscatlán el domingo para despedir a la Selección Nacional de las eliminatorias mundialistas. Y otros más disfrutaron de la presentación del famoso disc-jockey Martin Garrix, el pasado miércoles.

Las luces de muchas casas de Mejicanos estaban apagadas la noche del 28 de marzo. Los únicos vehículos que transitaban con tranquilidad eran las patrullas policiales.  Foto FACTUM/Natalia Alberto.

Verónica Reyna, directora de programas de Derechos Humanos en el Servicio Social Pasionista, una organización que durante años ha analizado la violencia, considera que las acciones ejecutadas en este régimen de excepción no afectan a todos los salvadoreños de la misma forma. Ella dice que el modelo de seguridad pública “manodurista” implementado por gobiernos anteriores, y repetido en los últimos días, afecta con más intensidad a las  personas que viven cotidianamente la violencia entre las pandillas en  comunidades y colonias populares, que durante décadas han sido excluidas y discriminadas. 

“En la lógica de combatir, de esa visión de guerra que están planteando, de combate de este enemigo interno, hay implicaciones directas en la población que vive ya bajo el dominio de las pandillas. No solo la población tiene que cuidarse de la violencia pandilleril, que lo ha venido haciendo durante décadas, sino que ahora también debe de cuidarse de la posible violencia estatal, de los abusos de la policía, del ejército”, dijo Reyna a Factum.   

La Organización Human Rights Watch (HRW, por sus siglas en inglés) señaló que la suspensión de derechos básicos, a raíz del régimen de excepción, abre la puerta a que se cometan violaciones a derechos humanos. “El gobierno del presidente Bukele debe tomar medidas serias, sostenibles y respetuosas de los derechos humanos para frenar la atroz violencia que ejercen las pandillas en El Salvador. Pero en lugar de proteger a los salvadoreños, este amplio régimen de excepción es una receta para el desastre que pone en riesgo sus derechos”, dijo Tamara Taraciuk Broner, directora en funciones para las Américas, en un comunicado emitido el pasado martes 29 de marzo.  

Las calles y colonias principales del municipio de Mejicanos lucieron desoladas las noche del lunes 28 de marzo, en el inicio de régimen de excepción. Foto FACTUM/Natalia Alberto

El lunes, después del conversatorio, los bitcoiners no retornaron con rapidez y en silencio a sus hospedajes en El Zonte, sino que empezaron una fiesta. Entre risas abrieron la pista de baile con “Idilio” del salsero Willie Colón, pasadas las nueve de la noche. Para esa hora, en las zonas populares de Mejicanos y Ayutuxtepeque el silencio reinaba y nadie caminaba por las calles, salvo policías y militares.

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