@revistafactum #EditorialFactum | 🔴 Está semana nos enteramos que la situación de la deuda que tiene el gobierno salvadoreño es peor de lo que pensábamos. Un comunicado de ABANSA (Asociación Bancaria Salvadoreña) expone una realidad difícil de tapar: hay una presión cada vez mayor sobre las finanzas públicas. El gobierno, que prometió que el dinero alcanzaría si nadie robaba, ha quedado en evidencia ante la necesidad de endeudarse cada vez más. ➡ El dinero no está alcanzando. 🔗Visita el #editorial en www.revistafactum.com
Esta semana, no solo nos enteramos, por una investigación de Factum, que la Corte Suprema de Justicia está dirigida por un presidente espurio, un magistrado, Óscar López Jerez, que ha sido investigado por lavado de dinero.
Nos enteramos, porque no hubo forma de esconderlo, que Nuevas Ideas se graduó como el partido corrupto que es, al hacer lo que Arena o el PCN hicieron con la Corte de Cuentas: elegir a una funcionaria dócil para poder robar a manos llenas sin que nadie se entere.
Pero también nos enteramos de algo no menos importante: la situación de la deuda que tiene el gobierno salvadoreño es peor de lo que pensábamos.
La Asociación Bancaria Salvadoreña emitió un comunicado diciendo que había propuesto al ministerio de Hacienda cambiar la forma en que se gestiona la deuda de corto plazo, es decir, lo que el gobierno debe y tiene que pagar en menos de un año, para ser pagado, en cambio, en periodos de entre 2 y 7 años.
Todos los años, el gobierno salvadoreño emite Letras y Certificados del Tesoro, conocidos como LETES o CETES, títulos que son comprados mayoritariamente por los bancos y que le permiten al gobierno tener un ingreso extra para afrontar los gastos públicos.
Este comunicado, que difícilmente fue obra solo de los bancos, expone una realidad difícil de tapar: hay una presión cada vez mayor sobre las finanzas públicas. El gobierno, que prometió que el dinero alcanzaría si nadie robaba, ha quedado en evidencia ante la necesidad de endeudarse cada vez más para sacar los gastos corrientes.
El dinero no está alcanzando.
Hasta junio de 2023, según los datos disponibles, el gobierno debía en LETES y CETES más de $2,500 millones en deuda a corto plazo.
Esta cifra, y el comunicado de ABANSA, deberían ser muestras suficientes de alarma, de no ser porque en junio de este año, la Asamblea Legislativa, a petición de Nuevas Ideas, ya había aprobado que el gobierno se endeudara aún más. El decreto abrió la puerta a la emisión de títulos por mil millones de dólares para cambiar la deuda de corto a mediano plazo. Es decir, más deuda para el futuro.
El problema no es en sí la deuda, que, si se maneja con responsabilidad y transparencia, es un mecanismo válido de financiamiento. El problema ocurre cuando la realidad se maquilla -como hizo el gobierno a principios de año haciendo creer a la población que el pago de los eurobonos solucionaba nuestras dificultades financieras-, cuando los datos se ocultan, cuando solo hay improvisación y cuando se despilfarra estúpidamente.
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