@revistafactum #EditorialFactum | 🔴 La Corte de Cuentas es una de las instituciones más invisibles del Estado salvadoreño. En un país que ha sido pionero en la corrupción desde hace décadas, la Corte debería ser una de las instituciones más dinámicas, con presencia, con auditorías permanentes, con resultados contundentes, con los corruptos temiendo de ella. ➡Por desgracia, es un costoso elefante que solo sirve a los amos de turno. 🔗Visita el #editorial ♬ sonido original – Revista Factum
La Corte de Cuentas es una de las instituciones más invisibles del Estado salvadoreño. En un país que ha sido pionero en la corrupción desde hace décadas, la Corte debería ser una de las instituciones más dinámicas, con presencia, con auditorías permanentes, con resultados contundentes, con los corruptos temiendo de ella.
Por desgracia, es un costoso elefante que solo sirve a los amos de turno.
La ley establece que la Corte de Cuentas es la responsable de auditar todos los gastos del gobierno, de las alcaldías, de la Asamblea, de todas las instituciones del Estado. Su trabajo, según la ley, es independiente y sus hallazgos pueden acarrear consecuencias penales.
A diferencia de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos, la Corte de Cuentas sí tiene dientes para actuar; en la práctica, son igualmente inútiles.
La actual Corte de Cuentas, cuyos magistrados terminan su periodo a finales de este mes, tuvo algunos chispazos. Durante la pandemia por el Covid-19, anunció que haría auditorías para determinar el manejo de las millonarias partidas presupuestarias supuestamente destinadas para atender la pandemia.
Era lo menos que podía hacer dados los escándalos tras la repartición del bono de 300 dólares, las compras de insumos a familiares de funcionarios y la incertidumbre plena del uso de millones de dólares del desnutrido erario público.
Pero no ocurrió nada. La Corte apenas presentó avisos contra algunas alcaldías, y el gran responsable del manejo de los fondos, el gobierno central, libró las consecuencias, sabiéndose intocable de antemano.
Ahora, a la puerta de una nueva elección, lo más llamativo no es solo la denuncia de los sindicatos de corrupción dentro de la Corte; es que tres de los candidatos para la presidencia y magistraturas de la Corte tienen vínculos con Nuevas Ideas. Fueron precandidatos a diputados y a nadie parece importarle. Como si el pasado no fuera suficiente advertencia.
Durante décadas, la Corte fue el corral del PCN, uno de los partidos más podridos de la política salvadoreña. Y eso permitió que certificara con su silencio las corrupciones de Arena y el Fmln. Para diagnosticar la inacción e irrelevancia de la Corte en funciones habría que sumarle, además, el matiz de la intimidación.
Si la estrategia de poner lobos a cuidar a las ovejas no ha cambiado, si Nuevas Ideas hará un PCN para cuidar su propia corrupción, entonces esperemos tres años más de adorno de la Corte de Cuentas. Total, nos encanta que nos trasquilen.
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