El silencio de los abogados

La Corte Suprema de Justicia, al momento de juramentar a los nuevos abogados, comparte el decálogo del jurista español Ángel Ossorio y Gallardo, el cual lo dio a conocer en su obra “El alma de la toga”. En dicho decálogo, dictó como la regla número tres: “No te rindas ante la popularidad ni adules a la tiranía”.

El jurista Eduardo J. Couture, en su obra “Los mandamientos del abogado”, estableció como cuarto mandamiento el siguiente: “Lucha. Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia”.

Y es que el rol de los abogados en la sociedad no solo consiste en la creación, interpretación y aplicación de las normas jurídicas, sino como actores directos en la defensa del Estado de Derecho, para alcanzar el fin principal, que es la justicia. En palabras de Couture: “En la escala de los valores, no aparece el derecho. Aparece, en cambio, la justicia, que es un fin en sí y respecto de la cual el derecho es tan solo un medio de acceso. La lucha debe ser, pues, la lucha por la justicia”.

Sin embargo, estamos viendo en nuestra sociedad a una comunidad jurídica que guarda silencio ante los constantes atropellos contra el Estado de Derecho y hay abogados que hasta son cómplices de dichos ataques, olvidándose de los valores por los cuales se rige nuestra profesión.

La comunidad jurídica salvadoreña se ha mantenido pasiva ante las constantes reformas que está realizando la Asamblea Legislativa, las cuales, en su mayoría, son atentatorias contra principios universales, como la presunción de inocencia y el debido proceso, o que obligarán a los abogados a ejercer defensas de oficio. Estas reformas han sido realizadas en el marco del régimen de excepción que decretó dicho órgano de Estado y que lleva más de ocho meses de vigencia, contradiciendo lo que mandata nuestra Constitución.

Se ha guardado silencio ante la resolución de la Sala de lo Constitucional impuesta por el oficialismo en cuanto a la habilitación del presidente de la República para poder reelegirse y en cuanto al anuncio de este de que participará, siendo presidente, como candidato a las elecciones presidenciales. Estas disposiciones han roto el orden constitucional.

Parece que la mayoría de las asociaciones de abogados solo se activan cuando se acercan las elecciones de magistrados de la Corte Suprema de Justicia, que los asociaciones de empleados judiciales solo se pronuncian cuando procuran que se les aumenten salarios y bonos, mientras que las asociaciones de jueces guardan silencio ante violaciones a los derechos humanos para no perder sus privilegios. A todos ellos se les unen fiscales, colaboradores jurídicos de los juzgados, secretarios de tribunales, que también son parte del desmantelamiento del Estado de Derecho.

Callar ante la grave situación que está pasando en el país respecto a la violación a los derechos humanos y la ruptura del orden constitucional solo los hace cómplices de la actual tiranía y quebrantan de esta manera el mandamiento que juraron cumplir.


*Elías Abel Ramírez es abogado salvadoreño.

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