Foto y video: Gerson Nájera
El antropólogo Juan Martínez, quien desde 2008 estudia las pandillas y la violencia en Centroamérica, hace un repaso de las diferentes negociaciones de políticos con pandilleros en El Salvador. La tregua de 2012, en su opinión, no estaba tan viciada, pero era inviable porque el Gobierno de Mauricio Funes decidió hacerla a espaldas de la población y mintiendo. La negociación actual, a pesar de parecerse en el secretismo, es diferente, apunta Martínez, porque las pandillas estaban debilitadas. “Nayib Bukele se sienta con una pandilla que venía de perder, una pandilla que estaba muy desestructurada y en manos muy jóvenes”, dice el antropólogo.
Las pandillas mantienen controlados todos los barrios del país. Pero, por lo que ha observado Martínez, además de la violencia, ahora están teniendo otras expresiones de poder. Hay un punto de quiebre de estos grupos porque le están apostando a convertirse más en mafia, a través del control económico que ejercen en los territorios.
Para él, no es negativo que el actual Gobierno se siga acercando a estos grupos, pero sí que lo esté haciendo con herramientas ilegales, de forma clandestina, o para negociar apoyo electoral.
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2 Responses to ““Los políticos llegaron a una conclusión: hay que sentarse con las pandillas para gobernar””
Les sigo porque hacen un buen periodismo de investigación, en el que profundizan y es lo que los hace un excelente trabajo periodístico.
Es que eso es de simple lógica, las pandillas son parte de El Salvador, en este caso para mal, pero son parte y entonces cualquier gestión gubernamental para resulte lo mejor posible debe ser inclusiva a todos los sectores y tratar de erradicar todos los problemas. Uno de los grandes problemas que han tenido todos los gobiernos es que han tenido que ser hipócritas en el trato con las pandillas, abajo de la mesa hacen acuerdos y ante el público les ofrecen plomo o cárcel, claro esa conducta es porque el ciudadano no ha sido debidamente informado, el ciudadano quiere resultados a cortísimo plazo, como por varita mágica. La solución integral al problema pandilleril es que el Estado logre entrar y permanecer en todo el territorio y articular una red de información en cada barrio, claro eso se logra a largo plazo y con la otra mano por supuesto que se puede y debe platicar con esa gente (no negociar).