Alrededor de las tres de la tarde del domingo 4 de febrero de 2024, Nayib Bukele llegó al centro de votación instalado en la Avenida Olímpica. Fue custodiado por una gran cantidad de agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO).
Bukele vs las urnas
En las horas posteriores a que Nayib Bukele se autoproclamara presidente reelecto de forma inconstitucional, centenares de personas de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) se desvelaron en los centros de votación sin conseguir que los datos llegaran al sistema que daría transparencia a los resultados. El sitio web del Tribunal Supremo Electoral habilitado para dar resultados preliminares mostraba datos erróneos. Por ejemplo, en el departamento de Cabañas, Nuevas Ideas había obtenido más de dos mil votos cuando, en realidad, ninguna de las actas había sido escrutada. El caos era tan evidente que mientras El Salvador –y el mundo– buscaban informarse, el sitio web del TSE mostraba inconsistencias como que el número de votos contabilizado a nivel nacional excedía al número de personas habilitadas para votar.
7 de febrero de 2024
En el palco del Palacio Nacional, a las 10:20 de la noche del pasado domingo 4 de febrero, el todavía candidato inconstitucional a la presidencia de El Salvador, Nayib Bukele, se presentó junto a su esposa, Gabriela de Bukele, ante una multitud eufórica de simpatizantes que había acudido a su llamado.
“Hemos ganado la presidencia con 85 % de los votos y, como mínimo, 58 de 60 diputados”, exclamó Bukele ante sus simpatizantes, quienes aplaudían y celebraban la autoprocalamación en la plaza “Gerardo Barrios” del Centro de San Salvador.
Bukele dijo que se basó en las proyecciones hechas por una encuestadora privada, a pesar de que con ello, al anunciar datos no oficiales, estaba incumpliendo la ley electoral.
Mientras tanto, a esa hora, en las mesas de los centros de votación de todo el país, la lucha era muy diferente. Ahí intentaban y fracasaban en la ardua labor de querer transmitir lo que reflejaban las papeletas de votación.
El sistema de escrutinio del Tribunal Supremo Electoral (TSE), ente máximo en materia electoral en El Salvador, aún no tenía resultados preliminares para presidenciales ni para diputaciones porque, según denuncias de miembros de las Juntas Receptoras de Votos (JRV), hubo retrasos y fallas en el sistema de escrutinio, por lo que era difícil subir resultados.
Al cierre de esta publicación, el país aún no cuenta con resultados electorales oficiales que confirmen cuántos votos recibieron los candidatos a presidencia, ni cómo estará conformada la Asamblea Legislativa.