Desde Maryland, con amor

Los votos desde el exterior inclinaron la balanza política en las recientes elecciones generales de El Salvador. Nayib Bukele recibió más de 300 mil votos de la diáspora. Este reportaje reconstruye, con una decena de entrevistas de salvadoreños en Estados Unidos, cómo Nuevas Ideas usó los puntos cian como una táctica de despliegue y cómo capitalizó el apoyo de empresarios para atraer a votantes. La reducción de homicidios es la principal razón del romance de una parte de la diáspora con el presidente reelecto.

Ilustración FACTUM/Mariana Matal


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Toro Taxes, una oficina donde acuden decenas de salvadoreños en época de declaración de impuestos, está a menos de 300 metros de la estación de metro de Wheaton, en la ciudad de Silver Spring, en Maryland. Es 18 de enero de 2024. Una fuerte nevada cubrió buena parte de esta zona los días previos. Hacía al menos dos años que no nevaba así. Las calles están casi solas y congeladas. Debajo de Georgia Avenue, donde está ubicada Toro Taxes, algunos negocios salpican nombres en español: “El Puente Dorado”, “Isabel Bakery”. En la oficina hay tres empleadas latinas. Se habla español. Y a la derecha de la puerta de vidrio, en una esquina mínima, un pendón con la cara del presidente salvadoreño Nayib Bukele. Este es un punto cian. 

Estas fueron las primeras elecciones en las que hubo votación electrónica, remota y presencial, desde el exterior. Nuevas Ideas, el partido de Bukele, instaló cerca de cincuenta puntos cian en Estados Unidos, supuestamente, para ayudar a la gente a votar en línea y despejar dudas. Pero estos fueron más que lugares de información. Se convirtieron en la táctica de despliegue del partido oficialista en el exterior, y tras estos hay empresarios que apoyaron a Bukele de forma incondicional. Lo confirman los dueños de Toro Taxes y una decena de personas en Estados Unidos entrevistadas para este reportaje. Todos coinciden en cuál es la razón principal del encanto de la diáspora con Bukele: la seguridad en El Salvador.

Hay cerca de tres millones de salvadoreños en Estados Unidos. Nuevas Ideas recibió 322,645 votos desde el exterior, ejercidos, en su mayoría, de forma electrónica. La diáspora aportó el 11.94% de los 2.7 millones de votos que Bukele obtuvo en la elección presidencial, según los datos oficializados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE). Y también inyectó votos para que Nuevas Ideas ganara más diputados en San Salvador.

En Toro Taxes, donde está el punto cian, una joven salvadoreña busca información sobre cómo debe hacer su declaración de impuestos. La temporada de taxes está por iniciar. Las empleadas revolotean a su alrededor, le preguntan datos, le hacen ofertas. Son las dos de la tarde y no han podido almorzar. Una de ellas, con acento caribeño, alaba a Bukele. En la esquina está el pendón que, además de la cara del presidente salvadoreño, tiene un código QR que lleva a la página del voto electrónico. Otra empleada, una nicaragüense, comenta que lo colocaron apenas la noche anterior. Pero este 18 de enero no ha llegado nadie a preguntar cómo votar. 

Nuevas Ideas estableció los puntos cian en el extranjero para facilitar el voto en el exterior. Este punto estuvo en la oficina de Toro Taxes de Triangle Lane, en  Maryland.  Foto: Suchit Chávez

María José Solís, la dueña de este establecimiento, prefiere no dar declaraciones sola. Atiende la entrevista junto a Javier Solís, su esposo. Ella, salvadoreña. Él, ecuatoriano. Ambos, inmigrantes. Residen desde hace décadas en Estados Unidos. Los esposos aseguran que su colaboración permitiendo el punto cian en su negocio es eso: una colaboración. Dicen que nunca han donado a Nuevas Ideas. Y que tampoco han dado pagos en especie, como viajes, estadías de hotel u otros. María José sí admite una amistad cercana con Wendy Clavijo, la secretaria de salvadoreños en el exterior de Nuevas Ideas, y que fue ella quien le pidió su colaboración. 

Clavijo ha sido la cara visible tras los puntos cian. Los promovió activa y constantemente en sus redes sociales, actualizó lugares, hizo llamados a la diáspora para que se acercaran a ellos. Los Solís enfatizan el mismo discurso repetido por Clavijo en sus redes sociales: que no existió  inducción al voto por Bukele o los candidatos a diputados de Nuevas Ideas.

Revista Factum escribió a Clavijo para pedirle una entrevista, pero nunca contestó los mensajes. 

El 4 de febrero, el día de las elecciones presidenciales, quedó evidenciada la mentira de Clavijo. Ese día, la embajadora de El Salvador en los Estados Unidos, Milena Mayorga, participó como observadora y trató de presionar para alargar la jornada de votación en el exterior, debido a las largas filas para ejercer el voto electrónico presencial. Todo quedó registrado en un video.

“La hemos conocido en actividades y también íntimamente. Son amigos nuestros”, explica María José sobre Clavijo. Su esposo complementa: “Wendy tiene una pasión por El Salvador. Yo admiro y valoro a la gente que está enfocada en ayudar a la gente que lo necesita, sin necesidad de estar empujando alcaldes o diputados…”

Metro de la Ciudad de Washinton, la capital estadounidense, el área metropolitana, que incluye a Maryland y Virginia. Foto: Suchit Chávez

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Los escépticos

La diáspora ha demostrado ser clave en el rumbo económico de El Salvador. El país recibió más de $8 mil millones durante 2023: la misma cantidad que el presupuesto general del Estado para ese año, según el consolidado anual del Banco Central de Reserva (BCR).

“Respecto a la diáspora, no hay una comprensión de quiénes somos. La gran mayoría, que son ciudadanos americanos y los que son residentes permanentes, esa gente no está muy interesada en El Salvador. La mayoría están interesadas en pagar sus cuotas de casa, que sus hijos estudien”, opina el científico Carlos Vela. 

Vela forma parte de una diáspora previa a la ola migratoria de salvadoreños que fue propulsada por la guerra civil en los Ochenta. Según el científico fundador del Programa Jóvenes Talento, el porcentaje de personas que apoyan a Bukele en los Estados Unidos no es representativo respecto al total de salvadoreños residentes. Pero de los que sí votaron llega a casi el 100%.

Nuevas Ideas sabía – y sabe – que la diáspora sería definitoria – para los próximos diputados. El 96.32% de los votos electrónicos válidos registrados en el exterior se decantaron por los diputados de Nuevas Ideas, equivalentes a casi una cuarta parte de los registrados en el departamento de San Salvador. No fue fortuito: las reformas electorales acordadas por un congreso de mayoría del partido Nuevas Ideas un año y medio antes decidió que los votos remotos del exterior para diputados y diputadas serían válidos solo para San Salvador.

“Eso es un mito que dice el presidente Bukele, que el 87% de la diáspora está con él”, decía Vela dos semanas antes de las elecciones. Las cifras sobre los salvadoreños con posibilidad de votar no están del todo claras porque no había un padrón de quienes votarían presencial, pero tienen una verdad innegable: la diáspora le dió a Bukele el 97% de los votos válidos, según el TSE. 

Dos semanas previas a las elecciones, líderes de la diáspora en Washington que no están a favor de Bukele, al igual que Vela, le quitaban triunfalismo a las cuentas alegres de los partidarios de Nuevas Ideas. El interés por lo que pasa en El Salvador dura, según ellos, hasta que aparece el siguiente día laboral, con cuentas por pagar, niños que llevar a la escuela, hipotecas que cubrir, o dobles jornadas que completar. 

“Esa media hora que usted tiene antes de dormirse y revisar su teléfono para meterse en redes sociales. Entonces es cuando El Salvador importa”, dice un miembro de la diáspora que no quiso ser identificado, pero a quien llamaremos F. 

La capital estadounidense sufrió una nevada los días previos a la elección presidencial salvadoreña. Los puntos cian instalados por Nuevas Ideas permanecieron vacíos en esos días. Foto: Suchit Chávez

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Los empresarios hacedores

“Sí, desde el comienzo hemos apoyado a Nuevas Ideas. Tengo un lugar donde prácticamente siempre hemos hecho las reuniones”, explica Tony Portillo, un reconocido empresario de Boston, Massachusetts, y organizador de un carnaval salvadoreño que condensa la nostalgia del migrante salvadoreño: conciertos de Jhosse Lora y Álvaro Torres, dulces típicos y Pollo Campero.

Él migró desde hace más de 30 años desde Chalatenango. Se define como el director de los punto cian para el área de Boston. “Tenemos tres puntos cian, en donde estamos dando información a las personas y ayudándoles también a que voten. Y eso no necesariamente quiere decir que voten por Nuevas Ideas. La información se les da y ellos ya deciden por quién votar”, afirma Portillo, a mediados de enero. 

El empresario detalló que otro de los puntos está en un negocio de un amigo suyo que “es primo de Nayib”. Se refiere a Saúl Ortez, quien en sus redes sociales no se identifica como familiar de Bukele, pero sí hace publicaciones constantes con comentarios como “el mejor presidente del mundo” y “un hombre bendecido por dios”. Espacio de honor merecen dos fotos: una en la que Bukele y él se muestran echándose el brazo; y la otra, una dedicatoria que Bukele escribió para él en el libro de su biografía redactada por Geovani Galeas. 

Ortez ha publicado en sus redes sociales videos en un abierto apoyo a Hugo Ortez, primo del presidente Bukele y actual alcalde de Concepción de Oriente, en La Unión. Hugo Ortez tiene publicaciones con Bukele, con la esposa de este Gabriela de Bukele, y otros miembros de su familia – en una de las cuales aparece Saúl- con la etiqueta “Apoyado 100% por mi familia”.

Saúl Ortez junto a Nayib Bukele. Foto: cortesía

De la familia Ortez es Pollo Royal, un negocio con seis sucursales repartidas entre Boston y Carolina del Norte. En una de ellas estuvo otro de los puntos cian.

Revista Factum logró contactar el 23 de febrero con Saúl Ortez vía telefónica. Él dijo ser primo de Bukele, pero explicó que no le gusta resaltarlo públicamente. También admitió ser pariente de Hugo Ortez, pero no quiso especificar en qué grado. Saúl, como la mayor parte de empresarios reconocidos de la diáspora salvadoreña, atribuyó la popularidad del presidente salvadoreño a la reducción de homicidios. En 2019, cuando Bukele asumió la presidencia, había una tasa de 35.9 homicidios por 100 mil habitantes, según reportes del Ministerio de Justicia y Seguridad. El año 2023, según publicaciones del titular de esa cartera, cerró con una tasa de 2.4. 

“Ahora usted puede ir donde sea y tomarse un cafecito y sentirse libre”, dijo Ortez. 

Portillo, el empresario de Boston, tiene la misma impresión: dice que durante sus viajes a El Salvador ha notado cambios. Su colaboración con Nuevas Ideas, explica, ha sido posibilitar. Ser un hacedor. Hacer que el vicepresidente Félix Ulloa, por ejemplo, se reúna con representantes de la diáspora. Los gastos corren por su cuenta: pasajes de avión, hoteles. “Siempre hemos sido nosotros, Saúl, el primo de Nayib y yo”, explica sobre los responsables de organizar esas colaboraciones. Aunque asegura que él no ha dado dinero en efectivo al partido oficialista. 

Portillo cuenta que apoya a Bukele desde que este era alcalde. Menciona varios hechos para comprobarlo: ha tenido a toda la familia Bukele de visita en su restaurante. Ha llevado a Estados Unidos, dice, a funcionarios como Ernesto Sanabria y Ernesto Castro, secretario de Prensa de la Presidencia y presidente de la Asamblea Legislativa, respectivamente.  

“Con quien yo siempre he tenido una relación de negocios corporativos es con Christian (Guevara), porque Christian tenía una compañía con un socio que se llama Plan B, y él venía acá y trabajamos. Yo creo que no fue la razón para conocernos, pero sí para crecer la relación (con Bukele)”, dice el también propietario de una empresa de marketing.

Algunos de los empresarios que apoyaron los puntos cian optaron por ser más evidentes que otros, como las propietarias de La Fuente Restaurant and Bakery, en Hempstead, Nueva York; y el Restaurante Los Platanares en Hayward, California, que lo publicitaron en sus redes sociales o postearon frases halagüeñas hacia Bukele en sus redes personales. Otros fueron más discretos, como el negocio La Tapachulteca, que aún posee sucursales en California.

Nayib Bukele durante una actividad en Estados Unidos con la propietaria del restaurante La Fuente, en Nueva York. Foto: cortesía

El periodista Rafael Lazo es inmigrante salvadoreño que vive en la zona metropolitana de Washington. Tiene un periódico local, “El Imparcial”, que se edita una vez por semana. Se confiesa seguidor de Bukele y explica el porqué: “Antes de que me lo pregunte, déjeme decirle que yo estoy de acuerdo con el Gobierno actual, por lo que ha hecho. Porque viví todo lo que no hicieron los otros, y creo que es la misma actitud de todos los salvadoreños. No es que les guste un personaje, sino que están hartos de lo que otros no pudieron hacer”, dice.

Lazo asegura no haber recibido nunca pauta publicitaria gubernamental, pese a que sí la buscó. Incluso con los dos presidentes que procedían del ámbito de las comunicaciones, a quienes, según él, conocía personalmente: Elías Antonio Saca y Mauricio Funes. El periodista menciona algunos empresarios locales, bien establecidos, que apoyan a Bukele. Entre estos Carlos Castro, propietario de Todos Supermarket en Virginia, donde se ubicó uno de los puntos cian. 

En Maryland, Estados Unidos, se concentran decenas de empresarios salvadoreños que declaran su apoyo incondicional a Nayib Bukele. Foto: Suchit Chávez

El domingo 22 de enero, dos semanas antes de las elecciones, el punto cian de Todos Supermarket es atendido por al menos cuatro personas. Pendones de Nuevas Ideas y la imagen del presidente desentonan con la cotidianidad de familias haciendo las compras. Una de las mujeres que atiende se muestra incómoda al ver la credencial de la periodista de esta revista. Empieza a hacer consultas por teléfono para solicitar autorización. Mientras el chat llega, explica, enfatiza y subraya sus palabras: no están induciendo preferencias para Nuevas Ideas, solo se facilita el mecanismo para acceder a la plataforma del voto electrónico. Dos minutos después no hay autorización para la entrevista, ni para estar en el supermercado. Dice que el propietario les da permiso de establecer el punto cian, pero no para que se reporte sobre este.  

“Yo diría que el 90% de los que son inversionistas están a favor de Bukele, porque son gente que están buscando un beneficio”, opina Lazo. Según él, muchos de estos empresarios tienen actualmente negocios funcionando en El Salvador. “Y todo esto lo han hecho con este Gobierno”. Para sintetizar: según el periodista, los empresarios han visto ahora una oportunidad de invertir con mayor facilidad en el país. Coincide con F. que quienes brindan su apoyo directo son los que ya no tienen que pelear su supervivencia en un país extraño. 

 El abogado Daniel Joya, también inmigrante desde hace más de dos décadas en Estados Unidos, tiene otra lectura del tipo de apoyos que tiene Nuevas Ideas en el exterior: “No quisiera ser despectivo, pero acordémonos que el perfil del inmigrante salvadoreño, el grueso, es de escasa escolaridad, del campo, de sectores económicamente vulnerables, del oriente del país y sin la costumbre de informarse. Entonces, ahí es donde está el mayor caldo de cultivo para apoyar al presidente Bukele”, opina el abogado.

Para Joya, los seguidores de Bukele son menos de los que su partido lo hace parecer. Varios de los entrevistados críticos al gobierno coinciden en este punto: las votaciones no serían el porcentaje que la narrativa oficial manejaba de manera triunfalista. La realidad fue que la convocatoria a las urnas en la zona metropolitana de Washington se desbordó. 

“Aquí hay mucha gente que un inicio lo apoyó y ahora ya no”, opina, por su parte, Jorge Granados. Él fue uno de ellos. Granados tiene más de 30 años de ser inmigrante en los Estados Unidos. Se dedica al negocio de bienes y raíces. Él, junto con otros empresarios de la diáspora – entre ellos el restaurantero Luis Reyes -, fundaron el Movimiento Nuevas Ideas, aunque posteriormente fueron marginados. El grupo se convertiría después en el partido con el mismo nombre. Joya opina que la mayor parte de los seguidores de Nuevas Ideas en la diáspora pertenecieron al partido Arena, quienes una vez abandonados por la dirección del partido, se resintieron. Muchos otros procedían del FMLN, explica. 

Hay dudas sobre el perfil de las personas que apoyan a Bukele desde fuera. Pero hay algo en lo que todos coinciden sin dudar: las maneras de informarse. La diáspora salvadoreña, dicen, se actualiza de lo que sucede en el país a través de Facebook y Youtube, y no tanto por medios tradicionales o independientes. Y es ahí, donde Nuevas Ideas y Bukele han dominado de forma cómoda la narrativa, previo y posterior a las elecciones. 

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El país de los sueños

Personal de seguridad de Bukele manipula un arma en el acto donde el TSE lo acreditó como presidente reelecto para 2024-2029. Foto: Gerson Nájera

“Lo que nos vendió Nayib es que el poder no lo iba a tener él. El poder lo iba a tener el pueblo. En esa ideología creemos, y creo que ahora el poder lo tiene la gente. Él ha hecho algo bueno. Yo sé que hay gente que dice que es un dictador. Hay dos tipos de dictadores: como los que ha tenido Venezuela, Cuba, que están buscando beneficio propio y terminan con las riquezas del país, y hay otro tipo que quizá se les puede mencionar como dictadores, pero que en realidad lo que buscan es el beneficio del pueblo”. Así explica Tony Portillo, el empresario de Boston, por qué cree que Bukele ha convencido a los salvadoreños en el exterior.

Todos los entrevistados, tanto los que apoyan a Bukele como los que no, explican que la mayor parte de su popularidad en el exterior descansa en el manejo de la narrativa sobre la mejoría en los índices de seguridad y la reducción de homicidios.  F. señala que a los salvadoreños en el exterior no les importan los detalles de la reducción de homicidios, el cómo no es importante. Investigaciones periodísticas han revelado cómo Bukele, al igual que sus antecesores, ha negociado con las pandillas la baja de los homicidios a cambio de privilegios. 

No es casual, entonces, que Bukele dedicara la mayor parte de su discurso de autoproclamación como presidente, la noche del 4 de febrero, a lo que en algún momento llamó la “sanación” del país. Hasta ha acuñado una nueva frase favorita: “El Salvador es el país más seguro del Hemisferio occidental”. 

“Hay un elemento: seguridad. Cualquiera de los que pueda hablar, o ha sido renteado, o conoce a alguien que ha tenido renta (extorsión). Entonces, cuando la renta desaparece y los mareros desaparecen, entre comillas, de las calles, hay un sentimiento de alivio, de paz. Este tema ha sido fundamental, la gente me dice ahora que puede ir a lugares que antes no iba”, comenta F.

El problema, según F., es que las denuncias de corrupción, pactos con pandillas y violación a la Constitución no trascienden las fronteras. Ni las pantallas de celular. Simplemente, no se creen. 

“El mayor éxito de este Gobierno ha sido el combate a la delincuencia. Y bueno, en el caso de violaciones a los derechos humanos hay que decirlo, pero lo que le ha afectado a la oposición es que se oponen a todo”, dice, por su lado, el periodista Lazo. 

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María José y Javier Solís posan en Toro Taxes durante la entrevista. Se ponen de pie y sonríen mientras explican por qué los convenció Bukele. “Todo lo que el Gobierno está haciendo, unas campañas bien agresivas para inversionistas, no solo para la diáspora si no para extranjeros, como es mi caso, nos motivó. Cuando hay seguridad en una inversión, donde uno puede comprar todos los materiales y no hay nadie que vaya a intervenir el camión, como antes lo hacían según me cuentan mis arquitectos, uno se siente más cómodo de poner el dinero que con tanto sudor ha ganado”, dice Javier. 

El matrimonio está por inaugurar un club de playa privado en la playa El Maculís, “Mariposa Beach Club”, en Conchagua, La Unión. Cuando el proyecto de inversión fue presentado públicamente, la embajadora de El Salvador en los Estados Unidos, Milena Mayorga, acudió a la zona. También participó el diputado de Nuevas Ideas, William Soriano. 

Los esposos Solís abrazan a la embajadora Milena Mayorga durante la presentación de su nuevo club de playa en El Salvador. Foto: cortesía

Javier Solís explica que el concepto son viviendas privadas con infraestructura típica europea. Según él, ellos no han sacado ventaja de exención de impuestos, ya que estos no aplican para proyectos de construcción. La única ayuda ha sido la facilidad en temas de permisos de construcción.  Al final de la entrevista, Javier obsequia un libro. Es en parte biografía, en parte su viaje como migrante y la ruta de su éxito económico como inmigrante. Se llama “Tú decides”.

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