La reducción ininterrumpida de casos del nuevo coronavirus reportado por el gobierno en agosto pasado es puesta bajo la lupa por científicos salvadoreños que no tienen fe en números oficiales. Dos médicos infectólogos y un investigador coinciden en que la baja no derivó de medidas gubernamentales, mucho menos de un día nacional de oración por decreto presidencial. En todo caso, el declive de la enfermedad en plena reactivación económica comprueba, para ellos, que no era necesario prolongar el encierro de personas mediante cuarentenas que el gobierno nunca dejó de proponer.
Foto FACTUM/Salvador Meléndez
Agosto registró un descenso drástico de los contagios de la Covid-19 en El Salvador, como lo reportó el Ministerio de Salud (Minsal). Los hospitales, en efecto, se descongestionaron y el país entró en una etapa de reanudación de las actividades económicas. El mes pasado, las estadísticas del gobierno salvadoreño mostraron una línea recta descendente y sin altibajos que empezó el 10 de agosto y no se interrumpió hasta el 1 de septiembre. El desplome de los contagios, sin ninguna planicie en más de 20 días, no es normal, dicen médicos e investigadores consultados por Revista Factum.
La disminución de consultas por el virus, altamente contagioso, fue percibida por el personal de salud incluso antes, desde el 29 de julio pasado, diez días antes de que lo notificara de forma pública el ministro de Salud, Francisco Alabí. Los científicos y profesionales de la salud con quienes se habló de la baja drástica en los contagios dudan de la veracidad de las cifras oficiales.
Hasta el lunes 7 de septiembre, en el país se registraron 26,413 casos confirmados del nuevo coronavirus. Oficialmente, 764 personas han fallecido y 16,137 se han recuperado. Los casos notificados por el gobierno en el sitio web Covid19.gob.sv revelan que el 9 de agosto fue reportado el mayor número de contagios desde el inicio de la pandemia: 449 positivos a coronavirus.
A partir del 10 de agosto, oficialmente, los casos comenzaron a disminuir hasta alcanzar una reducción del 81% el pasado 1 de septiembre, día en que solo se reportaron 84 contagios. Esos son los números del gobierno de El Salvador.
La caída del número de casos destaca en la curva epidemiológica de la Covid-19 en El Salvador un gráfico estadístico utilizado para visualizar la magnitud y el comportamiento en el tiempo de la enfermedad.

Caída de la curva. Fuente Ministerio de Salud. https://covid19.gob.sv/
El investigador Óscar Picardo, quien dirige el Instituto de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Universidad Francisco Gavidia, dice que no existe claridad respecto de la forma en cómo descendió el registro de la noche a la mañana, una situación que es “atípica”, según sus palabras, en las enfermedades que siempre reportan altibajos de contagios.
Desde que se reportó el primer caso de coronavirus en El Salvador, el 18 de marzo pasado, el académico ha señalado que existe un manejo político de las estadísticas y que ha existido un desprecio gubernamental a los aportes científicos.
“En las epidemias, en términos generales, y sus estadísticas, tanto en los ascensos como en los descensos, ocurre lo que se llama aleatoriedad; es decir, una especie de diente de sierra en la gráfica, días que suben, días que bajan, aunque estén bajando o aunque estén subiendo. Ni las subidas ni las bajadas son progresivas. Es una cosa muy atípica esa bajada. Lo que hemos visto en esta gráfica es un descenso progresivo, ordenado y casi como planificado”, opina Picardo.
Esa situación, considera el investigador, podría estar indicando que existe una brecha entre la realidad con la persona que carga los datos y cómo lo hace. El desconocimiento, la ignorancia, un mal procedimiento o la manipulación de la información podrían estar provocando errores en las estadísticas oficiales, dice.
El infectólogo Jorge Panameño, integrante de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas y del Observatorio Médico Covid-19 del Colegio Médico de El Salvador, sostiene que para el gremio médico las estadísticas oficiales “no tienen confiabilidad”, pues saben que son “manipuladas”. Además, a los ojos de Panameño, desde el punto de vista epidemiológico y de estadística médica el descenso de casos que ocurrió es imposible.
En mayo pasado, Revista Factum reveló las irregularidades en que estaba incurriendo el gobierno con sus cifras oficiales de incidencia de la enfermedad. En primer lugar se descubrió el desorden para registrar los domicilios de los contagiados, lo que hizo imposible que el Ministerio de Salud atacara al virus con atención y prevención con localización geográfica. Pero también quedó al descubierto que personas que fallecieron contagiadas de Covid-19 no entraban en los registros oficiales del gobierno.
“Es una tendencia demasiado regular hacia la baja, pero de todas maneras nosotros desde que supimos cómo se estaba manejando la situación de las cifras y de los datos, ya no los tomamos en consideración. De hecho, ellos se tardaron varios días en darse cuenta de que estaban reportando 400 casos diarios de nuevos infectados, mientras ya había iniciado semanas atrás la baja de casos”, dijo Panameño.
El número de casos bajó por el comportamiento natural del virus, que no encontró un medio donde seguir reproduciéndose, enfatiza el médico.
Por otro lado, la reducción de casos, según explica el médico Iván Solano Leiva, vicepresidente de la Asociación Centroamericana y del Caribe de Infectología, dejó en evidencia que no era necesario mantener encerrada a la población, como lo proponía el gobierno. La caída de los contagios tampoco ocurrió, dice Solano, por las campañas de educación sobre el virus que el Ministerio de Salud asegura haber realizado, pues ese trabajo en realidad nunca se hizo.
Las dos hipótesis que formulan estos profesionales acerca de lo que pudo provocar la caída de contagios es el fenómeno conocido como “inmunidad de rebaño”, que ocurre cuando el 50 por ciento de una población se contagió y el virus ya no tuvo la capacidad de enfermar a más personas. Otra situación que pudo haber ocurrido, según los expertos, es que las acciones realizadas por las alcaldías, como la de Soyapango, que buscó a los pacientes en sus casas e impuso restricciones de horarios para los comercios, funcionaron para frenar la expansión del virus, dice Solano.
“Lo que sí está claro es que la cuarentena generalizada no ha sido la causa de la reducción de casos”, comenta el médico, quien ha señalado los errores del gobierno respecto al manejo de esta pandemia del coronavirus.
Para ninguno de los consultados, la caída de los contagios es, mucho menos, la consecuencia directa de que el presidente Nayib Bukele haya decretado un día de la oración el 10 de agosto.
El 27 de agosto, la cuenta oficial de Twitter de Casa Presidencial (@PresidenciaSV) escribió que el presidente Nayib Bukele atribuyó la disminución de casos de coronavirus a su “día nacional de oración”, decretado el 10 de agosto anterior, fecha que coincide con el día en que, según las gráficas del mismo gobierno de Bukele, comenzaron a reportarse menos contagios de Covid-19.
El mismo Bukele se jactó de su idea de decretar el día de oración como causa directa de la baja en los contagios.
“Nosotros tuvimos el pico de contagios el día que dimos Cadena Nacional, ese día me enojé con la realidad; al día siguiente tuvimos el día Nacional de la Oración y desde ese día comenzaron a bajar los contagios”, Presidente @nayibbukele. pic.twitter.com/ZczyO6gAWD
— Casa Presidencial (@PresidenciaSV) August 27, 2020
Consultado al respecto, el doctor Panameño, quien atiende pacientes en su clínica privada y quien desde enero de 2020 advirtió sobre el colapso del sistema de salud ante la falta de apuestas técnicas, considera que la aseveración fue una maniobra política gubernamental.
“Antes que nada quiero comentarle que yo me considero cristiano, creo profundamente en Dios, en Jesucristo y su misericordia. En lo que yo no creo es en que alguien, en una maniobra política, venga y arme una situación de estas y esto genere una situación como la que estamos viendo. La ciencia no está reñida con la fe en Dios, de ninguna manera. Uno de los factores que ha hecho que las sociedades occidentales avancen tanto es el cristianismo”, dijo Panameño.
Varias irregularidades, en lo que respecta al reporte de datos, han ocurrido durante la pandemia. La notificación de pruebas diarias realizada y la situación del asilo Sara Saldívar fueron las señales que levantaron las voces de alerta del gremio médico. El presidente Bukele, el 4 de mayo pasado, reportó en su cuenta de Twitter que en el país se habían realizado 1,643 pruebas de Covid-19; el 6 de junio registró 2,488 pruebas y el 11 de junio dijo que se hicieron 2,456 análisis para diagnosticar o descartar el virus.
Sin embargo, los datos proporcionados el 11 de junio pasado por el ministro de Salud durante una entrevista en la Radio 102.9 fueron distintos. Alabí dijo que los números anunciados a diario por el presidente Bukele son los que se están procesando ese día, es decir, son las muestras que se meten en la máquina ese día, pero no quiere decir que esa prueba no se haya tomado días atrás.
“Esto lleva un procesamiento desde la toma de la muestra del paciente, el traslado de la muestra de San Miguel hacia el laboratorio nacional de referencia aquí en San Salvador, el almacenaje, el procesamiento, la realización de todas estas pruebas, que estamos hablando de 2,300 pruebas diarias a raíz de hacerla en una consola que solo tiene 90 espacios y que hay que hacerlo uno por uno manual, sin tocar los bordes, porque se arruina la muestra”, explicó Alabí.
El manejo de la pandemia pasará factura al país. Cinco meses y medio después de que la Covid-19 llegó a El Salvador, el impacto negativo en la salud y la economía es perceptible.
A juicio de Picardo, la falta de confianza en los datos de parte de la comunidad académica, el alejamiento entre la academia y el ejecutivo y el resquebrajamiento de las relaciones políticas entre los tres poderes del Estado, sumado a la muerte de profesionales de la salud por falta de protocolo y equipo, es parte de la herencia que el virus le deja al país, por el momento.
Además, la brecha digital en el sistema educativo público quedó al descubierto. “Los niños no tienen internet y además tienen que pagarlo y comprar equipo, de tal forma que la educación deja de ser gratuita y pública. Pasa a ser automáticamente privada y costosa para muchos niños y para muchas familias. La deserción escolar anda entre 15 y 30 por ciento”, asegura Picardo.
Tres días después de que los expertos hicieron sus observaciones propias en redes sociales, los casos comenzaron a incrementar. Desde el 4 de septiembre, la curva de contagios subió a 107 casos. Un día después, los pacientes positivos reportados bajaron a 102 casos, una tendencia de sube y baja, que, según los especialistas, sí es la normal durante una epidemia.
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1 Responses to “La caída súbita del Covid-19 es irregular para los expertos”
Está bien sustentado.