La derecha otra vez a juicio

Todos los gatitos crecen y se hacen gatos. De pequeños son lindos y lamen la mano de su amo pero una vez tienen sus garras largas atacan sin piedad, incluso a ese mismo amo. Por eso los que aspiran a estar en la cima de la cadena trófica nunca deben tener compasión. Así nos explicaba las traiciones políticas en unos de sus monólogos Francis Underwood, en House of Cards.

Una vez al ser preguntado sobre rumores de ser el destinatario del dinero taiwanés, que llevó en un proceso penal a la muerte al expresidente Francisco Flores, el también expresidente Antonio Saca respondió: “ya van a salir los Saca-leaks”. Parodiaba así las filtraciones que hace Wikileaks.org y que revelan nombres de políticos, empresarios u organismos que gobiernan de espaldas a los ciudadanos.

Realmente, esperábamos más de Alfredo Cristiani, Francisco Flores y Antonio Saca. El pueblo esperaba más de ellos. Siempre es así el anhelo popular, pero cada vez que se les refrendaba con triunfos en las elecciones asumieron que les dábamos un cheque en blanco que facultaba hacer, con el erario y el poder estatal, lo que ellos creyeran conveniente: matar y robar en nombre de la ideología.

Incluso triunfar por 20 años de elecciones dio la sensación a la derecha salvadoreña que había ganado la guerra civil contra el FMLN, y eso impulsó, comprendemos ahora, los abusos de muchos de los funcionarios que desfilaron por todos los niveles de mando dentro del gobierno por esas décadas.

ARENA cayó en abandono de su ideología cuando dejó de ser un partido conformado por sectores igualitarios y pasó a ser un instituto corporativo de bandos que lo llevaron a ser una banda de corruptos.

Quienes controlan ARENA no desean impulsar un proyecto político que no sea recuperar el poder y detener todas las políticas de izquierda que a su absoluto e irrefutable juicio han hecho que el país entre en una crisis. Hacia eso está orientado entonces el discurso arenero: todo ésta mal, la culpa es del FMLN y todo mejorará si ARENA regresa al poder.

Pero este COENA y los anteriores han fallado en su estrategia, porque a pesar de que el FMLN hace muchas cosas malas y en la mayoría de pasajes de su gestión parece partido de derecha, ARENA no ha logrado crear el clima del periodo Duarte-Cristiani. La polarización que sí funcionó para regresar al poder desde 1984 -1989 no ha funcionado para 2009 y 2014.

Ahora cae Antonio Saca. Y este caso tendrá a la derecha ocupada apagando incendios internos, ya que sabremos entonces sobre el listado de beneficiarios de los dineros mal habidos durante su presidencia, que no solo se quedaron en sus bolsillos sino en varios que aún militan en ARENA y que Antonio Saca, espléndido como era, repartió para mantener a la familia unida.

Además la FGR adelantó que continuará con el caso destinatarios Flores- Taiwán para saber cómo se repartieron esos millones una vez entraron a las cuentas del partido ARENA.

¿Y los jesuitas? Una vez extraditado Inocente Montano a España, y se inicie el juicio allá, la FGR salvadoreña, denegada la extradición por la CSJ de los militares reclamados y huidos, tendrá que reabrir el caso jesuitas en El Salvador. Y, vista la sentencia de la Sala de lo Constitucional que derogó la amnistía y posibilita ahora enjuiciar a los autores intelectuales o alto mando militar y político de la época -cuando Alfredo Cristiani era el comandante en jefe del ejército- cuando menos tendrá que explicar por primera vez en un juicio por qué permitió, ya sea por pasiva o activa, la masacre de la UCA en 1989.

Todos estos procesos son largos y encontraran a ARENA en plenas elecciones de diputados, alcaldes y presidenciales, y si se empecinan en impulsar el proyecto político del poder por el poder que maneja actualmente sus voceros y dirigentes deberían irse preparando a perder nuevamente una de esas dos elecciones. O ambas.

Corolario:

El escenario para ARENA, entrando a un año electoral, no pinta precisamente de reencuentro con el pueblo salvadoreño. Lo vemos en la actualidad, en ese estira y encoje de los $1,200 millones, que tiene a ARENA en realidad defendiendo en las mesas técnicas  el fondo de pensiones diciéndonos que es el “bienestar ciudadano”, los ha colocado en el infortunio de: si dan los votos se desgasta y, si no, también.

Esta protección de los intereses de las AFP, disfrazada con la defensa del fondo de pensiones, lo reflejan las encuestas: sigue ARENA dando abajo en relación al FMLN.

Los casos de corrupción que empiezan, y que harán desfilar nombres de gente que milita o militó en ARENA, pasado y presente del que no puede desentenderse, y seguir sin pedir perdón al pueblo por ese saqueo indiscriminado de las arcas nacionales, ya que va contra el talante arenero de san vergones, retrasará la posibilidad de transformarse en una opción real de poder.

Antonio Saca y Francis Underwood se parecen mucho en su ascenso al poder. Actuaron sin piedad contra sus adversarios políticos externos e internos siempre. Solo que hay una gran diferencia entre el político de ficción y el real: uno lo hizo por el poder y los nuestros por dinero.

Los políticos estadounidenses protegen el honor de la institución Presidencia; los salvadoreños, bajeros como son desde la izquierda, o con alma de plebeyos, aunque posean apellidos rimbombantes, como en la derecha, han terminado desprestigiándola, degradándola a un mero botín de bucaneros.

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