“Hay raperos que antes hablaban del Gobierno, pero al ver el hueso enfrente, caen en la tentación”

«Madera» es el nombre del tercer disco en solitario del rapero salvadoreño Albertodo y es un homenaje a su familia de carpinteros. Es, además, su trabajo más ambicioso hasta la fecha. De los ocho cortes que lo componen, cuatro ya cuentan con videoclips. El plan previsto es que los restantes también tengan su respaldo visual. Albertodo puede parecer polite a simple inspección, pero al leer entre líneas hay apuntes directos contra el plagio en la escena local y la incoherencia política de algunos raperos. De eso habló con Revista Factum, desde Costa Rica, país donde permanece varado debido a la emergencia de la COVID-19.

Foto cortesía


Alberto Montiel es un rapero salvadoreño que posee una sólida trayectoria: tiene ocho discos ya en su cuenta personal, tres de estos firmados en solitario. El prolífico rapero –cuyo nombre artístico es Albertodo– también suma colaboraciones con reconocidos artistas del hip hop hispanoamericano, como Portavoz o Rapsusklei, por ejemplo.

La última vez que conversó con Factum fue en 2018, cuando Albertodo estaba en la promoción del último disco de Rompiendo El Silencio, el dúo del que también forma parte. En esa ocasión nos recibió en su negocio, en Santa Tecla, La Libertad. Hoy, en plena emergencia por la COVID-19, el escenario es diferente. La entrevista se realizó a través de un enlace telefónico, no solo por el distanciamiento social, sino porque Albertodo es uno de los salvadoreños que se quedó varado tras el cierre de las fronteras del país. Él cuenta que tiene más de 50 días en Costa Rica, pero que intenta sacar lo positivo de esta experiencia.

En la siguiente entrevista, el rapero habla sobre su producción recién liberada, «Madera» (Glifico, 2020); pero también responde a preguntas sobre las decisiones del Gobierno salvadoreño en esta emergencia y la situación de los varados. Hay espacio, además, para conocer su opinión sobre otros colegas de escena a los considera su familia, pero que ve como «raperos que copian a otros raperos»; así como también critica a raperos que terminaron en el Gobierno luego de hacer canciones antisistema.

Con la publicación de un nuevo disco, lo normal es realizar una presentación de lanzamiento. A vos, en cambio, te ha tocado hacerlo con el doble de dificultad: primero por la cuarentena, que prohíbe ese tipo de eventos; y segundo porque no estás en el país. ¿Cómo lo vivís?

En cierta parte es un poco complicado, por lo que decís. Pero por otro lado es emotivo ver en este tiempo el resultado de un esfuerzo que prácticamente llevó siete meses. Es algo que te hace sentir satisfecho. Lamentablemente, no se puede hacer una presentación o un concierto, pero al menos podés compartirlo con la gente. Entonces, trato de sacar lo positivo… porque no queda de otra. Ja, ja, ja. Significa, para mí, algo positivo y que me hace sentir muy bien por el resultado. Considero que las cosas quedaron de manera muy profesional, gracias al aporte y la producción de Omnionn y su sello Glifico.

Vos sos de las personas que se quedó fuera del país cuando se cerraron las fronteras. Imagino que te has enterado del movimiento que se ha dado en redes sociales bajo el nombre de «Varados SV», que en resumen son personas que exigen su derecho constitucional de ingresar de nuevo al país. ¿Qué pensás de esto?

Esto es algo que le ha afectado a todo el mundo. Entiendo la situación, entiendo por qué lo hicieron: por el bien de nuestro país. Pero, realmente, tenemos el derecho de regresar. Yo entiendo el miedo que todas las personas tienen, porque piensan que los que están afuera llegaremos infectados, pero las personas que estamos acá (Costa Rica) nos estamos cuidando. Hay un grupo de Whatsapp donde la gente que está por acá se está comunicando y todos se están cuidando porque queremos regresar con bien a nuestras casas. Y para el caso de las personas que andan solas, que ni siquiera andan con sus familias, sería peor enfermarse. Pero, pues, ahorita estoy esperando a que den solución para que nos permitan regresar. Y nada más pedirle a las personas que no nos vean como una amenaza, porque todos sentimos ese miedo, pero es algo de lo cual nadie de nosotros tiene la culpa: ni los que están dentro del país ni los que estamos afuera.  Además, las personas que estamos varadas tenemos toda la disposición de llegar y cumplir con el protocolo de salud para el bienestar general de la población. Y pues, siempre resaltando la empatía, para que todos podamos regresar, porque hay personas vulnerables por su estado de salud.

¿Y qué te parece el trabajo del Gobierno frente a la emergencia por la COVID-19?

Como todo, creo que tiene cosas positivas y cosas negativas. Recalco que pienso que nadie estaba preparado para esto, ni la población ni los Gobiernos. No quiero hacer una crítica específica con lo que estuvo bien o estuvo mal. Pienso que sí hay errores y la idea sería mejor tratar de no seguirlos cometiendo, tratar de pensar más las cosas, quizá ser un poco más pacientes, porque es lo que nos beneficiaría a todos. En este tiempo, más que politizar las cosas, lo conveniente es ver el bienestar de todos, tanto en la salud como en la economía. Y no solo la salud física, sino la salud mental. Yo te soy sincero: hasta el momento, trato de no ver noticias. Uno ya sabe qué tiene que hacer y qué no tiene que hacer para cuidarse en esta situación. Entonces, ya estar viendo cuántos contagiados van solo te alarma, te pone tenso. Y como un comentario para que tengamos empatía entre todos y dejemos de atacarnos y dividirnos como población, digo esto: 

«En la vida… ¡La verdad siempre escondida!
Los de arriba están jugando y los de abajo solo miran.
Cuando tiran los dados en la mesa, los de arriba se motivan
y los de abajo solo rezan»

Te lo preguntaba porque vos tenés canciones donde hablás en contra del abuso de la fuerza por parte de la policía y en este periodo hay múltiples denuncias, no solo ciudadanas, sino de organismos internacionales sobre el papel de la PNC y la FAES. 

Creo que hay cosas que sí son de sentido común. Las personas debemos entender el tipo de situación en que estamos y lo que debemos acatar para estar en paz y evitarnos problemas también con nosotros mismos. Pero, como siempre, como todo el tiempo, de pronto se da una que otra injusticia. O sea: puede que una persona no pudo demostrar por qué salió y se la llevan y ni siquiera saben si esta persona iba… qué sé yo… a la farmacia; quizás iba a comprar su comida y en la casa están solo sus hijos, su abuela… qué sé yo… personas que dependan de él y, por la misma situación, se lo lleven porque las medidas son muy drásticas. Es malo generalizar, porque te podés encontrar un policía que sea un poco más amable que otro, un poco más comprensivo, pero hay otros que abusan del poder. Creo que ellos deberían ponerse en el lugar de las otras personas. Hay que tener un poco más de empatía. Tanto de la población con las instituciones como la policía, los derechos humanos, etc. Empatía es lo que nos falta para no abusar; ni la policía de su poder ni nosotros como población de salir y ser irresponsables. Al final, cuidándonos nosotros cuidamos a nuestra familia, vecinos, etc. Pero es claro que yo no estoy nunca a favor de un abuso de poder ni de que las cosas sean demasiado drásticas, ni en faltarle el respeto a los derechos de los demás.

A propósito de tu nuevo disco, «Madera», propongo que iniciemos por el final, es decir, con el tema de cierre: «Hilos de plata», que está dedicada a tu abuelo. Destacás que fue futbolista, tecleño y carpintero. De eso último supongo que tomás la idea para el nombre del disco y la conexión de esta palabra en tu vida. ¿No?

Exacto, tiene mucho que ver, como decís. Es como un doble sentido, porque es un homenaje a mi familia y a mi abuelo, que fue carpintero. Él fue ebanista. Podía hacer muchas cosas en la carpintería; podía tallar; podía hacer el trabajo normal de carpintería, tapicería, etc. No se dedicaba solo a hacer muebles, a solamente «armar», por decirlo de alguna manera. Trato de hacer un homenaje a él y a mi familia porque mi papá también es carpintero. Tengo otros tíos que son carpinteros y de hecho siguen ejerciendo el oficio. Se trata de eso, como también del hecho de decir que tengo madera para hacer lo que estoy llevando a cabo en este momento. Es decir, todavía tengo más para producir, para trabajar; tengo ideas, tengo inspiración, tengo más personas con las que estoy llevando a cabo el proyecto. Entonces, es como un doble significado. Y sí, la canción es sobre todo un homenaje a mi abuelo, una persona de la que me siento muy orgulloso porque fue muy reconocido en Santa Tecla.

Antes mencionaste que estás satisfecho con el resultado final de este disco. ¿Cómo fue trabajar con Omnionn? ¿Hay diferencia en cuanto a la calidad de este trabajo con los anteriores?

Ya antes había trabajado con él en la grabación de una canción, la de Rompiendo el Silencio con Rapsusklei («Thunder»). Y pues, se nota la diferencia del tiempo que él lleva haciendo esto, su conocimiento y toda su experiencia. Realmente, desde ahí me despertó la curiosidad por trabajar algo que fuera un proyecto más grande, como este álbum. Para mí, fue un periodo de aprendizaje y agradecimiento, porque es una persona muy profesional. Creo que lleva casi 30 años haciendo esto, si no me equivoco. Además, es ingeniero en sonido. Entonces me gusta porque él le abona ideas al proyecto que vos tenés. O sea, vos llegás con una idea, pero él no se limita a eso, sino que también sugiere cambios, al final uno siempre está aprendiendo. Y tampoco es que actúe como que ya lo sabe todo. Él abonó mucho al disco, puso sus ideas ahí. Me siento muy feliz y muy satisfecho de haber trabajado este álbum con él. 

Me llamó la atención –porque no siempre pasa– que en todos los servicios de streaming donde colgaste el álbum están detallados los créditos de quienes crearon las bases instrumentales. ¿Es importante para vos reconocer el trabajo de los beatmakers y productores?

Normalmente la gente dice: «ese rapero es muy bueno», pero realmente uno solo tiene un porcentaje en el resultado final de cada canción. Para empezar, es un honor poder trabajar con diferentes personas que admiro mucho, que tienen buena trayectoria y que hacen un trabajo muy profesional. Eso le da un tono diferente a todo el disco, porque cada quien tiene su estilo y evita que suene monótono. Y siento que me he salido un poco del estilo que normalmente venía trabajando, tanto en mis discos en solitario como en los de Rompiendo El Silencio. De El Salvador, trabajé con Joven Urban, que hizo la base de tres canciones; y Omnionn, que también trabajó la de una. De hecho, también Omnionn participa ahí… 

¡Rapeando! Ja, ja. 

¡Exacto! Que es algo muy extraño, que no podemos apreciar siempre, pero es lo que te digo: de repente yo llegaba con una idea y él me decía: «mirá, quiero que escuchés esto». Y yo sorprendido, porque son cosas que no te esperás, pero que son positivas. También tuve la oportunidad de trabajar con Marcos Padrón, conocido como MPadrum’s, que es beatmaker y también rapero de Islas Canarias, ya con mucha trayectoria y muy bueno para trabajar. Y también trabajé con Rodenses, de República Dominicana, que actualmente le produce todos los beats a Randy Acosta y, pues, también con Fat Flava, de Guatemala.

Recién estrenaste el video del segundo corte de tu disco: «El rap me dijo». Ahí dedicás un par de líneas contra el plagio. Luego, en la canción «Carroñeros» explayás esa crítica cuando decís: «señores, no respalden fotocopias, la gloria no es comprada, la gloria es por cuenta propia»; y en otra parte incluso sos más específico: «conozco tus inicios con rimas de Lil Supa y señas de Mauricio (Aczino)». ¿A quién o a quiénes te referís?

Je, je. Realmente no quiero mencionar los nombres, pero siempre hay que darle al César lo que es del César: hay personas que son muy buenas, son versátiles y tienen un buen show, pero uno se da cuenta que están siendo una fotocopia. Entonces, yo siento lástima porque están desperdiciando su talento y solamente están haciendo algo que ya existe. Al menos, en El Salvador, la cultura hip hop ha caído en ese problema. Muchas personas están haciendo eso e incluso sus propios amigos lo saben. Yo veo que en las redes sociales la gente se tira flores y está bien; que apoyen a sus amigos y todo. Pero es más que obvio que a ellos les gusta ciertos artistas del extranjero y le dicen a su amigo que es el mejor, porque está siendo una fotocopia de lo que a ellos les gusta escuchar de afuera. El problema es que dan un respaldo a algo que no es original, que no es auténtico. Aprovechando, invito a quienes lean esto y que estén en el movimiento haciendo eso a que sean un poco más originales, que hagan sus letras, que encuentren su estilo, su flow y todo para que puedan aprovechar su talento. Que busquen diferenciarse. Todos tenemos influencias, pero hay que ponerle el sazón personal.

Otra de las barras duras de «Carroñeros» es cuando decís: «el que hablaba del Gobierno hoy trabaja para ellos».

Igual no voy a mencionar nombres, ja, ja. Ahí cada quien. Si lo oyen, que cachen. Ja, ja. Yo pienso que tenés que ser fiel a tus ideales. Sé que, como persona, uno va evolucionando, va creciendo y, de repente, se tiene un criterio diferente de ciertas cosas. Pero tampoco debemos ir tan al extremo y ser demasiado hipócritas. Porque hay personas que ahora están trabajando en el Gobierno… personas que no son como aparenta ser; y les están tirando flores y todo eso, pero lo que hacen no es bueno. Detrás de esa careta hay algo diferente. Por eso lo menciono, porque hay por ahí un par de personajes que antes hablaban del Gobierno y «que rap contra el sistema» y no sé qué, pero cuando ya ven el hueso enfrente y con signo de dólar, con más de tres ceros para la derecha, después del número cinco o tres, ¿veá? Y ahí es donde no pueden detenerse y caen en la tentación. Ahí se pierde ya la esencia de esto que nosotros hacemos.

¿Para vos debe existir una especie de ética para los raperos, entonces?

La política es sucia, viejo. Dejé de creer desde hace mucho tiempo en un partido político. Creo que todos tienen pros y todos tienen contras. Normalmente, la gente se mete en esta escena y empiezan a criticar lo que está sucediendo en la sociedad. Es algo que normalmente hacemos, para bien o para mal. Pero si empezás a quejarte con tu música de los robos, de la hipocresía, de la represión que nos hacen y de repente: ¡pum! Te metiste en el juego de la política. No sé a vos, pero a mí me parece demasiado contradictorio. O sea, llegaste a caer al lugar del cual se supone que estabas en contra y que se supone que no aprobabas, pero ahora como hay dinero de por medio sí te vas por ese lado. Al final cada quien hace lo que quiera. Y entiendo la parte de que cada quien está velando por su supervivencia personal, pero es donde entra la parte de los ideales. ¿Por qué decías eso? ¿Por qué rapeabas eso? Es como haberle mentido a la gente.

Alberto Montiel ( ‘Albertodo’) debió publicar su nuevo disco desde la lejanía. La coyuntura de la emergencia por la pandemia de la COVID-19 lo agarró de viaje, lejos de El Salvador. Esta imagen fue tomada frente al Centro Costarricense de la Ciencia y la Cultura.
Foto FACTUM/Cortesía.

En contraparte a esta temática, tenés la canción «Pa’ los compas», donde rendís tributo a la lealtad, ¿no?

Ese tema es muy especial para mí porque siempre admiré mucho a Ephniko y él es el creador de una de las canciones que son parte del soundtrack de Tlacuilos, la película. Para mí es un honor poder participar con él. Al principio tenía la idea de un verso dedicado a la cultura (del hip hop) pero cuando se lo mandé para que lo escuchara… ¡puta! Se me apareció ya con ese coro y mencionando diferentes países y todo lo demás. Sí es como un agradecimiento y darle también una mención a todas esas personas que están tratando de llevar la cultura a diferentes partes y haciendo un buen trabajo, tanto los grafiteros como los dj’s, b-boys y mc’s y al público que nos apoya. Al final, acá terminás haciéndote de un montón de ‘compas’ que terminás considerando como parte de tu familia. Ese es un pequeño agradecimiento a ellos. A esa canción se le está trabajando un pequeño video también que, adelantándote un poco, va a llevar un poco de recopilario de lo que fue la gira de Tlacuilos en Centroamérica, Nueva York y Los Ángeles.  

A propósito, además de lograr una mayor calidad en la producción de este disco, noto que has puesto más atención a lo visual, tanto en el diseño del disco como en los videoclips. ¿Qué tanta relevancia tiene para vos en esta etapa la imagen de lo que estás presentando?

Creo que tiene un valor… Quizá no el más importante, pero es primordial a la hora de presentarle un producto a alguien, ya sea musical o de cualquier otro tipo. La imagen es lo primero que ven, si llamás la atención o no. Traté de darle más importancia. Este es el octavo disco en el que participo y el tercero en mi cuenta personal. Los anteriores los venía trabajando con caricaturas, por decirlo así, que siempre me ha gustado trabajar con Echo, que es un grafitero y uno de mis mejores amigos; y siempre me ha gustado mezclar eso con la música. Pero esta vez lo quise hacer diferente, que la gente conozca un poco más acerca de la imagen y todo. Por eso le he metido mucho a los videos. Ya se hicieron cuatro, que ya fueron lanzados, el último fue liberado la semana pasada. Dos de esos videos, «Cualidades» y «Tinta de luna», los trabajé con Óscar Leiva y Carlos Cajal, que también hicieron la portada y contraportada del disco. Ya se trabajó también uno más, que es  «Pa’ los compas», que ya está en la etapa de edición. Estoy intentando hacer algo que creo que no se ha hecho todavía. No quiero pecar de mal informado, pero creo que no se ha hecho todavía en la música nacional: que alguien le cree videoclips a todos los tracks de un disco. Esa es una meta que tengo desde el principio.

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