“El régimen de excepción es el principal instrumento de propaganda”

Luis Parada y Celia Medrano, la fórmula presidencial del movimiento Sumar, creen que el régimen de excepción debe terminar. Plantean que esta medida se ha instrumentalizado y está siendo usada por el Gobierno como un chantaje para que Nayib Bukele pueda asegurar la reelección.

Foto FACTUM/ Gerson Nájera


Sumar, un movimiento que dice reunir a miembros de diferentes organizaciones de la sociedad civil, apostó por una fórmula presidencial conformada por perfiles antagónicos: un exmilitar como candidato a la presidencia y una defensora de derechos humanos como candidata a vicepresidenta. “El momento político del país exige buscar puntos de encuentro más que diferencias”, responde Medrano al respecto. En esta entrevista hablan de cómo se convirtieron en candidatos y de porqué no toda la oposición cerró filas alrededor de su candidatura.

Las encuestas les vaticinan una derrota. Pero estos dos opositores políticos consideran que las elecciones de febrero de 2024 son la última oportunidad “para rescatar lo que queda de nuestra institucionalidad democrática”, en un contexto en el que no hay división de poderes del Estado y hay violaciones a los derechos humanos por el régimen de excepción. 

Esta fórmula presidencial, que competirá con la bandera del partido Nuestro Tiempo, cree que el régimen de excepción debe terminar, porque la Constitución establece que no puede ser permanente y porque se están cometiendo abusos. Plantean que esta medida se ha instrumentalizado y está siendo usada por el Gobierno como un chantaje para que Nayib Bukele pueda asegurar la reelección. “Nos están planteando el chantaje del tema de la seguridad”, dice Medrano.

Sin embargo, no tienen una propuesta concreta de nueva política de seguridad. Se limitan a criticar el régimen de excepción porque creen que “no pueden tomarse medidas sobre el tema de la criminalidad violentando los derechos de las personas”.

Parada se refiere a la instrumentalización de la Fuerza Armada y su rol en el desmontaje del proceso democrático: “La Fuerza Armada en este momento está completamente politizada, está siendo utilizada como un instrumento de control político por parte del presidente actual”.

¿Por qué se inscriben como candidatos a la presidencia y vicepresidencia?¿No implica un desgaste participar cuando las encuestas y también analistas políticos dan casi por ganador al presidente Nayib Bukele?

Medrano: Conocemos las encuestas y también se ha trabajado investigación que ha desarrollado encuestas propias. Lo que vemos en las encuestas es que alrededor del 40 % de personas que están facultadas para votar no se identifican, en primer lugar, con un partido político; lo que quiere decir que no es absoluto lo que se nos intenta decir en cada momento a través de un millonario aparato propagandístico, de que más del 90 % de la población está a favor de determinada posición política o de determinado partido, más en el caso del partido oficial.

En ese marco, creemos que hay un 40 % que no se identifica con ningún partido político y que está orientado, más bien, a votar por perfiles y no por banderas. Creemos que podemos ofrecer perfiles de personas que durante su comportamiento personal y profesional se han comportado con dignidad, se han portado con transparencia y son capaces de trabajar desde un enfoque colectivo, desde un enfoque en donde gente joven trabaja y forma parte de un partido político determinado, pero que no se ve a sí mismo como un partido político vanguardista o como un partido político mesiánico, sino como parte de un movimiento social que sabe que lo que nos pasa actualmente no está bien y que es necesario cambiarlo.

Para cambiarlo, al menos desde la institucionalidad democrática que aún nos queda, podemos hacerlo a través de la acción política. Participar, entonces, no sólo es necesario, es un compromiso para poder ofrecer esa alternativa en esta coyuntura electoral específica de una votación diferente.

Piensan que tienen posibilidades a pesar de lo que indican las encuestas…

Medrano: Por supuesto.

Parada: Sí. Las encuestas te están indicando nada más una situación donde el presidente actual no tenía ninguna competencia, cuando no había otras opciones, ahora que ya hay opciones, las cosas van a comenzar a cambiar. Además, recuerda que sería muy irresponsable de parte de la de la sociedad civil y de los mismos partidos políticos permitir que una candidatura inconstitucional sea la única que participe. Creo que es un deber o una obligación participar, independientemente de lo que digan las encuestas, porque no se puede avalar sin pelear una candidatura que es abiertamente inconstitucional.

Ahora que menciona la candidatura inconstitucional del presidente Bukele: el Tribunal Supremo Electoral no es un mero organizador de elecciones, ya lo dijo el magistrado (Guillermo) Wellman en una entrevista con Revista Factum. ¿Confían en la capacidad del Tribunal Supremo Electoral de garantizar comicios libres y justos, o creen que se han limitado a acatar órdenes?

Medrano: El Tribunal Supremo Electoral se juega su propia existencia y se juega su propia credibilidad, de ser un Órgano más cooptado desde el oficialismo, desde los poderes fácticos que controlan Casa Presidencial, o demostrarle a la población que puede ser un tribunal justo electoralmente hablando. Legalmente, el Tribunal tendría la responsabilidad legal y moral de no inscribir una candidatura inconstitucional.

Será su primera prueba en función de demostrarle a la ciudadanía si realmente podemos confiar en estas elecciones.

¿No están validando ustedes la elección del presidente al participar en esto?

Medrano: Estamos seguros de que no. La ilegalidad, la inconstitucionalidad es el intento de reelección presidencial, no las elecciones, y por lo tanto, participar es una obligación. Además, es un derecho, un derecho humano que, si no se defiende, se pierde el derecho de participar. Tenemos que hacerlo valer.

Es decir, ¿Suscriben la idea de que esta podría ser la última elección medianamente libre en el país?

Parada: Sí, estoy de acuerdo, porque es una elección que de por sí está bastante cargada de ilegalidad y de inconstitucionalidad, como los cambios a la ley electoral hechas en el último año, antes de la elección. Pero respondiendo a tu pregunta, desde ya, hay una sola persona, que es la que dicta lo que va a pasar en el país sin ningún contrapeso como está diseñado en la Constitución (de la República).

No hay un contrapeso del Órgano Judicial, no hay un contrapeso del Órgano Legislativo, de la Fiscalía General de República y la Corte de Cuentas. Todas las instituciones están controladas o cooptadas por una persona. Entonces, desde este punto de vista, ya es una cancha muy desigual. Sin embargo, sí existe todavía la oportunidad que las personas individualmente vayan y ejerzan su poder de voto con alternativas viables, alternativas diferentes y alternativas legítimas para poder enfrentar la candidatura inconstitucional.

Esta va a ser la última vez que creo yo que se va a dar esto. Y si se impone electoralmente y asume la presidencia una candidatura inconstitucional, entonces pasa a ser una dictadura consolidada, que cuando no le convenga, cuando ya no sea popular, cuando la propaganda ya no le alcance para reelegirse utilizando métodos democráticos, va a ocupar la fuerza como lo ha hecho y ha amenazado, como lo han hecho otras dictaduras. Entonces, esta es la última oportunidad.

Ahora hablemos de su candidatura, que surge de un movimiento ciudadano llamado Sumar. Esta pretendía conformar una gran alianza para promover una fórmula presidencial única, pero al final ARENA y el FMLN presentaron a sus propios candidatos. ¿Por qué no se llegó a concretar ese acuerdo?

Medrano: En primer lugar, creo que hay que plantear que las puertas no están cerradas aún. Los tiempos electorales estarían exigiendo la figura de coaliciones. En ese sentido, se están acortando, pero las alianzas son mucho más allá que coaliciones entre partidos políticos. Pienso que en un esfuerzo de lograr una candidatura única se estaba asumiendo la responsabilidad de ir juntos y no de manera separada. No creo que sea inadecuado que vayan diferentes opciones, porque somos diferentes voces que están presentando diferentes alternativas.

Puede en determinado momento acercarnos más. Lo que no podemos es generar divisiones y peleas entre nosotros porque tenemos un objetivo común, y sobre esa base trató de construirse una candidatura común.

Lo que no debe haber es perder de vista que lo que nos estamos jugando actualmente es el rescate de lo que queda de nuestra institucionalidad democrática.

Pero ha habido críticas dentro de la sociedad civil. ¿Por qué se rompieron esas negociaciones?

Parada: Es una apertura a escuchar a la sociedad civil que existió desde el principio. Esa creo que es la diferencia principal entre mi experiencia de hace seis años y la experiencia que estamos recién iniciando con esta fórmula.

Esta es una fórmula presidencial interesante porque, por una parte, usted (Medrano) es una defensora de derechos humanos, pero su compañero de fórmula militó en una institución que ha sido históricamente reconocida por violentar los derechos humanos (la Fuerza Armada). ¿No ve una contradicción?

Medrano: En primer lugar, es importante plantear que estamos en un momento donde hay que buscar coincidencias, puntos en común para actuar en este momento político determinado, pero sin perder mi identidad. En mi caso, sí. Toda la vida he podido trabajar con personas con las que no necesariamente tengo que estar de acuerdo en todo o con quien haya tenido diferencias en determinado momento. Es lo primero que hay que plantear. El momento político del país exige buscar puntos de encuentro más que diferencias. Sin embargo, estoy trabajando actualmente en esta puesta de candidatura presidencial con alguien que ha sido militar, pero que no es militarista; con alguien que estuvo en una institución responsable de graves violaciones a los derechos humanos en el pasado, pero cuya voz presentada en un tribunal esclareció que era la Fuerza Armada la responsable del asesinato de sacerdotes jesuitas, de Elba y de Celina.

Entonces, encuentro más coincidencias en alguien que está comprometido con la defensa de los derechos humanos y que, al igual que yo, se ha jugado la vida por garantizar que sean esclarecidas las responsabilidades de graves violaciones de derechos humanos cometidas por la Fuerza Armada durante la guerra. Estamos comprometidos también en contra de algo que nos une más que lo que nos separa, y es que estamos en contra de la instrumentalización de la Fuerza Armada para imponer posiciones políticas, como sucedió el 9 de febrero, cuando el presidente actual instrumentaliza la Fuerza Armada para imponerse ante otro Órgano del Estado como la Asamblea Legislativa. Estamos totalmente en contra de que se manipule a la Fuerza Armada para servir a una persona. La Fuerza Armada debe de tener un rango constitucional, que es a la que debe de obedecer. No debe obedecer a una persona, mucho menos a un ídolo. Y en eso estamos totalmente de acuerdo.

¿Qué rol debería jugar la Fuerza Armada? ¿Debería seguir asumiendo tareas de seguridad?

Parada: La Constitución de la República te dice cuál debe ser el papel de la Fuerza Armada: Estar lista para defender la soberanía del Estado y la integridad territorial y, en casos excepcionales, la seguridad pública. La Fuerza Armada en este momento está completamente politizada, está siendo utilizada como un instrumento de control político por parte del presidente actual.

Ya sobrepasó límites que no debía haber sobrepasado, pero está a punto de hacer perder esa credibilidad y respeto que se había ganado después de los Acuerdos de Paz. Cada vez que se utiliza la fuerza con fines políticos, se le está haciendo un daño a la Fuerza Armada. Entonces, es necesario que regrese a su papel constitucional.

¿Son las Fuerzas Armadas aliadas del proceso democrático o son cómplices del desmontaje?

Parada: Han sido utilizadas. En esto hay que tener claro. Los principales responsables son el actual Alto Mando de la Fuerza Armada, que valiéndose del principio de una obediencia que nunca se comprendió, han utilizado a la Fuerza Armada como un instrumento para desmontar las instituciones democráticas del país, para atemorizar, para amedrentar a la población y a cualquier oposición, como fueron utilizadas desde el 9 de febrero del 2020.

Ustedes han dicho en varias entrevistas que Nuestro Tiempo es un mero vehículo para poder participar en las elecciones. ¿No hay ninguna coincidencia con este partido?

Medrano: Sería muy, muy difícil, que yo me afiliara a un partido político sin haber leído sus estatutos, sin haber revisado su página web, sin haber constatado quiénes son sus donantes a través de sus informes, disponibles al público, y que no comparta los principios con los que están fundados, constatados en sus estatutos. Por supuesto, hice la lectura de estos documentos básicos y compartimos (puedo hablar por Luis también) los principios sobre los cuales opera el partido Nuestro Tiempo. De lo contrario, no nos hubiéramos afiliado a él.

Y nos hemos afiliado a este partido porque es el único que ha asumido una oferta de candidatura presidencial vista como fórmula, donde no solamente se ve de manera separada el candidato a la presidencia y la candidata a la vicepresidencia, sino que el equipo que puede conformarse con mucha gente joven que está asumiendo la política en un momento tan difícil en este país, como la dirigencia actual de Nuestro Tiempo.

¿Y las coincidencias que usted (Luis Parada) ha encontrado en Nuestro Tiempo?

Parada: Muchísimas, como dijo Celia. Si no tuviéramos ninguna coincidencia o una coincidencia mínima, no estaríamos afiliados a Nuestro Tiempo. Pero vamos mucho más allá. Hay que ver cómo se cómo se vive, cómo se traslada a la vida real, eso que está plasmado en el papel. Y nos hemos encontrado con gente con la que compartimos el mismo nivel de compromiso, con los mismos valores democráticos.

Nosotros no vemos a Nuestro Tiempo como un mero vehículo. Es un vehículo necesario, pero también es un excelente vehículo. Y la verdad es que lo que tal vez no vamos a hacer nosotros es ponernos la camiseta del partido o algo así, porque no estamos aquí representando a un partido, sino que, como dijo Celia, representamos una asociación, una alianza de sociedad civil con un partido político.

En la Constitución se establece la obligación de que un partido político sea el vehículo para llegar a la presidencia, pero lo que está sucediendo ahora es lo mejor, un acompañamiento en todo el camino de esos grupos de sociedad civil como partido político.

Señora Medrano, usted mencionaba la lista de donantes. En 2021, el diputado Johnny Wright, cuya familia es propietaria de un ingenio azucarero, votó una cuestionada Ley de Aguas, que ha sido criticada por beneficiar a empresas en detrimento del recurso. Él es uno de los rostros más conocidos de Nuestro Tiempo y también esa empresa es una donante. ¿Les parece que el partido tuvo un conflicto de interés? ¿Tuvo que apartarse de esa discusión legislativa?

Medrano: Ese tema lo esclarecí antes de tomar la decisión de afiliarme a Nuestro Tiempo, incluso antes de aceptar ser candidata a la Vicepresidencia vinculada a través del partido político en Nuestro Tiempo. Porque muy difícilmente me afiliaría a un partido que responde a intereses de un sector del poder determinado. Y hay comunicados de la actual dirigencia de Nuestro Tiempo que se desvincularon inmediatamente, de manera oficial como partido político del voto que usted hace referencia.

En el caso de otros partidos políticos, no puedo acceder a ver quién donó, como lo hizo el ingenio al que usted hace referencia. Pero, en primer lugar, aprecio que el público pueda constatar eso, que la prensa pueda constatar eso. Y, en segundo, de que el partido político, la dirigencia de jóvenes que conducen actualmente Nuestro Tiempo, hayan tomado la decisión unánime de desvincularse de ese voto y tomar decisiones en función de la garantía de la protección al medio ambiente en contra de cualquier tipo de empresa extractiva que no priorice la protección al medio ambiente y el daño que le causa a las poblaciones, sobre todo las más marginadas.

Parada: Más allá del caso específico que mencionas, el partido y nosotros vamos a adoptar posturas para favorecer una postura que lleva algún donante o todas las personas que donen este esfuerzo, que esperamos que sean muchas, porque la necesidad va a ser mucha, no importa que sean donaciones pequeñas de $5, $10, o $20, todas son importantes, pero nadie, aunque lleve más dinero, o que vaya a creer que a cambio de eso vamos a comprometer lo que creemos que es lo mejor para los salvadoreños. Eso sí que debe quedar claro. Entonces, porque alguien dona $50.000 (lo que donó el ingenio al partido) no quiere decir que va a tener derecho a imponer o a influir indebidamente en una decisión.

Después de hablar sobre las coincidencias que han tenido con Nuestro Tiempo. Señor Parada, usted buscó una candidatura a la presidencia con ARENA. Y luego desistió. ¿Qué coincidencia encontró usted en ese partido?

Parada: Mira, la situación es muy diferente porque hace seis años, en el 2017, yo fui el que llegó al partido Arena queriendo participar. No me invitó el partido, no me mandaron a alguien a que hablara conmigo ni nada. Yo llegué como un ciudadano cualquiera, sin invitación, sin padrino.

Miren, yo estoy muy preocupado por la situación que veo en el país actualmente y era una sensación que había llegado a conocer bastante por todas las veces que me tocó venir al país y hablar con funcionarios. Había que buscar un vehículo viable también. Y era el que tenía la estructura y el único que me iba a poder abrir las puertas. Porque en ese momento, Nuestro Tiempo no existía todavía. Creo que Vamos tampoco. La verdad es que yo no vi ninguna otra opción de participación y el FMLN no me abrió las puertas.

Llegué a ARENA porque era el único vehículo político. Encontré coincidencias de bastante gente que de verdad quieren a El Salvador, quieren lo mejor para El Salvador, pero desafortunadamente, la dirigencia del partido y antes del partido ya tenían claro quién quería que fuera el candidato presidencial.

Esa fue la parte que me entristeció, y por eso es que cuando vi que adelantaron la fecha (de las elecciones internas) y la iban a adelantar mucho más de lo que lo habían decidido, y ahí fue cuando yo dije ‘no voy a poder participar’. Me esperé varios meses antes de renunciar al partido, pero eventualmente, después de 13 meses, renuncié.

¿Sí veía a Arena como un mero vehículo en ese momento?

Parada: ¿Cuándo?

Cuando anunció públicamente que quería ir como candidato a la presidencia.

Parada: O sea, yo fui directamente a Arena, no fui a buscar ningún otro partido político. Mire, los miembros del partido Arena que yo conocí, en su gran mayoría, casi la totalidad, son buenos salvadoreños que llegan a su país. Entonces las coincidencias sí existían, no era también solo subirme a cualquier vehículo, porque yo, por ejemplo, yo no me habría subido a un partido, por ejemplo, como Gana, que aunque estuviera ahí disponible para mí no lo habría hecho, o el PCN. Tampoco voy a comprometer mis principios por un deseo de servir, así que no fue tampoco solo un mero vehículo. Pero mi identificación no era con un partido político ni lo continúa siendo, sino que con el país.

En materia de seguridad, actualmente nos encontramos en un régimen de excepción. ¿Ustedes proponen algo diferente?

Medrano: Lo primero que yo he intentado plantear, fundamentalmente en muchas ocasiones, es de que sí es un régimen, pero no de excepción. Ni siquiera el Gobierno maneja “régimen de excepción”. Habla de régimen especial. Cuando uno revisa medios de propaganda del oficialismo, lo que encuentra es el término régimen especial. Cuando uno revisa los considerandos de las diferentes prórrogas del régimen de excepción, uno se va dando cuenta de que ya dejaron de hablar de los supuestos días de ser homicidios, porque saben que eso es una incoherencia.

La Constitución nos dice claramente que el régimen de excepción es excepcional. Sólo puede establecerse un máximo de 30 días por una sola vez y una sola prórroga por 30 días más. Y ya no existen las circunstancias que obligaron de manera excepcional a que se tuviera que instalar. Entonces, sí es un régimen, no tiene nada de excepción que estemos durante año y medio en una condición permanente de suspensión de garantías constitucionales. En ese marco, nos están planteando el chantaje del tema de la seguridad. Nos están señalando de que tenemos que aceptar que debemos de sacrificar nuestra garantías, nuestros derechos, en función de mantener una supuesta y temporal seguridad. Y sobre esa base son las decisiones que hay que tomar a corto plazo. Hay que revisar también que el tema de que el régimen actualmente es el principal instrumento de proselitismo y propaganda esgrimido para la campaña electoral de una inconstitucional reelección presidencial.

Desde ese marco, difícilmente puede plantearse de que este régimen, así como lo han implementado de manera ilegal, arbitraria y de la cual han muerto personas inocentes, que nunca deberían de poner un pie en una cárcel, sufriendo una serie de vejámenes por estar detenidos de manera arbitraria, privados de su libertad. Es lo primero que debe revisarse y corregirse. No estamos hablando de sacar delincuentes. Estamos hablando de garantizar los derechos de las personas y que personas inocentes que jamás debieron de haber estado en la cárcel no sufran más vejámenes en esa circunstancia que aún ni siquiera en el marco de un régimen de excepcionalidad debieron de haber sido violentados en sus derechos.

Y qué proponen a cambio del régimen de excepción, porque es una medida que realmente ha generado resultados y una gran popularidad. ¿Es factible oponerse a un régimen de excepción?

Parada: Que el régimen de excepción sea sinónimo de seguridad es nada más la propaganda del Gobierno actual para tener popularidad y su reelección inconstitucional. Pero eso no es cierto que la seguridad depende actualmente de que continúe indefinidamente el régimen de excepción. Por muchas razones, la continuidad o no del régimen de excepción no depende de nosotros. Depende de lo que está en la Constitución. Y si ves el artículo 29 de la Constitución, cuáles son las causales para excepcionalmente suspender temporalmente algunos derechos constitucionales, y el artículo 31, la obligación de la Asamblea Legislativa no sólo de no prorrogar, sino que descontinuar, cuando ya las circunstancias que justificaron el régimen de excepción terminen. Ese régimen tiene que terminar. Entonces, la Constitución es la que nos dice que es un régimen de excepción.

Sí tuvo alguna validez original. Te digo, yo como presidente, si en tres días empiezan a matar 87 personas, creo que sería justificable. Pero la Constitución te dice que, cuando, ya que esas circunstancias que lo justificaron ya no existen, es obligación no sólo no renovarlo, sino que darlo por terminado. Y esas circunstancias ya se dieron.

¿Y cuál es la alternativa que proponen?

Parada: Es que el régimen no es… Lo que te quiero decir, no es lo que te está dando la seguridad. Lo que le está dando al Gobierno es el control social, y lo utilizan para cualquier cosa, e incluso abusar, porque ahorita, si miras en el artículo 29, vas a a ver que no se están quitando en ningún momento alguna garantías, como por ejemplo la presunción de inocencia y el debido proceso. Pero este gobierno lo ha aplicado quitando la presunción de inocencia y el debido proceso.

Voy a reformular la pregunta: ¿Qué proponen en materia de seguridad?

Medrano: Es importante plantear que no pueden tomarse medidas sobre el tema de la criminalidad violentando los derechos de las personas. Y es lo que nos está pasando actualmente. Yo relativizaría la afirmación de que este régimen permanente de violación a garantías constitucionales es popular, porque también hay encuestas que demuestran que en un 80 % pueden decir que están de acuerdo con este régimen, all preguntarles si están de acuerdo con que una persona sea detenida sin que se le diga a sus familiares dónde se encuentran esas personas, empiezan a decir en un 50 %, en un 60 %, que no están de acuerdo. Y cuando a esas mismas personas se les pregunta si están de acuerdo en que alguien detenido no se le informe sobre las razones por las que se le detiene y no se le permite una defensa legal inmediata, 45, 60 % empiezan a decir que no están de acuerdo con eso. Pero también hay un grupo grande de personas que te dicen que están de acuerdo con el régimen de excepción, y te dicen que no saben que estos dos derechos a los que acabo de hacer referencia están siendo violentados dentro del régimen.

Lo primero que hay que plantear en términos de opciones es de que no puede garantizarse seguridad sobre la base de la violación de derechos de personas. Lo segundo que hay que plantear es de que no puede estarse manteniendo un régimen de excepcionalidad como un régimen común. Lo único que demuestra eso es que no hay capacidad, no hay política pública, no hay visión a largo plazo de poder garantizar la sostenibilidad del alivio que puede estar sintiendo la población actualmente por la aparente ausencia de pandillas o de criminalidad organizada.

Y otro punto fundamental dentro de las opciones, dentro de las de los abordajes, más que soluciones de una problemática tan compleja, es de que no puede estar instrumentalizado como chantaje la seguridad en función de un intento de reelección. Las personas en las comunidades no son tontas, están muy preocupadas porque perciben que los resultados que actualmente se venden no hay garantía de que sean sostenibles. Y también están muy preocupadas que, aunque ya algunos de manera temporal no estén afrontando acoso de pandillas, ahora están enfrentando acoso de policías y soldados. He estado en escuelas, en comunidades donde tanto maestros como padres de familia están preocupados porque los soldados acosan a las jóvenes estudiantes. Y he estado en comunidades donde personas que vende una señora que vende tortillas, por ejemplo, me dice vienen, me piden tortillas los soldados y yo cómo les digo a ellos de que me paguen porque no me pagan.

 

Para finalizar la entrevista, hay un área en la que los salvadoreños siguen esperando respuestas y es la economía, ¿Pueden mencionar algunos fallos u omisiones del gobierno actual en esta materia? ¿Cuáles son sus propuestas en ese punto?

Parada: Bueno, lo primero es dejar de hacer las cosas malas que se están haciendo, porque el Gobierno no tiene una política económica y eso ha sido un gran problema. Actúan con base a sus intereses propagandísticos y su intención de popularidad y reelección, pero no para atender las necesidades económicas de los salvadoreños.

Por ejemplo, se está gastando dinero en propaganda y no se está gastando dinero en invertir, por ejemplo, en la agricultura, más en la educación, invertir en infraestructura…., cosas que van a potenciar el desarrollo a El Salvador. Están gastando solo por gastar. Se desperdicia dinero en proyectos como el bitcóin, para nada, en andar desperdiciando dinero.

El Salvador es el país que menos crece en Centroamérica. Es el país donde el flujo de inversión extranjera directa es negativo, o sea, que sale más inversión extranjera directa de la que entra por las mismas acciones del gobierno, por la misma falta de seguridad jurídica, que es lo que buscan los inversionistas extranjeros cuando llegan a un país con temas por ejemplo, cuando el presidente entra a la Asamblea Legislativa con la Fuerza Armada, cuando indica su intención de reelegirse, cuando se eliminan la separación de los de los poderes, en que debe estar balanceado el poder del Estado, eso manda una señal negativa a la inversión extranjera.

Entonces el Gobierno de por sí ha tomado acciones que encarecen el gran endeudamiento que tiene y cada vez la forma de endeudarse del gobierno es muy irresponsable. La verdad es que la economía está en lo que la gente ve en su vida diaria, tanta familia que tiene que que solo ya comer dos tiempos de comida porque no alcanza para los tres tiempos, eso es resultado de las malas políticas, tanto la falta de política económica y las malas políticas en la parte de democracia y de respeto al Estado de derecho. Entonces lo primero que haríamos es dejar de hacer las cosas malas y sí tener una política económica que potencie el verdadero crecimiento y desarrollo del país a través de apoyo de sectores como son la agricultura, para que no se tenga que importar todos los alimentos de afuera que están sujetos a presiones inflacionarias, a gastos de transporte, que deberíamos de invertirlos en apoyar a los agricultores que están aquí en El Salvador, que están muy desatendidos, apoyar los maestros, apoyar la infraestructura de las escuelas, invertir en cosas que se van a traducir en crecimiento, en desarrollo del país y no solo en gasto de de publicidad.

Eso es, en términos generales, los primeros cambios que haríamos para actuar responsablemente con respecto a la economía y no empezar a tener que tomar a tomar mano de las pensiones de la gente, que es lo que básicamente ha comenzado a hacer el gobierno, al decir que durante los siguientes cuatro años no va a pagar capital intereses de la deuda que hay con las con las pensiones. Eso es quitarle a los pensionados alrededor de $500 millones de dólares cada año por cuatro años, a no seguir bajando el mínimo necesario de liquidez. La reserva de liquidez que deben tener los bancos para que les compren deuda de Letes y Cetes, que es la deuda a corto plazo del gobierno, porque a largo plazo ya no puede colocar nada por la alta tasa de riesgo que tiene el país. Entonces dejar de cometer esos errores creo que de por sí ayudaría inmensamente, no solo a la economía nacional, sino que a la economía de todas las personas que están sufriendo.

 

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