Gobierno recomienda no beber el agua potable que distribuye

El presidente Bukele sugirió a los habitantes del Gran San Salvador comprar agua purificada -o usar filtro como lo hace él- debido a que el agua que reciben miles de hogares no es confiable. La contaminación por algas que afectaba la planta potabilizadora de Las Pavas ha sido supuestamente superada, según Bukele, que reconoció que su gobierno respondió tarde ante la crisis sanitaria por el mal olor y sabor del agua. 

Foto FACTUM/Casa Presidencial


El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, admitió este martes 21 de enero que el agua que distribuye la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (Anda) no es apta para el consumo humano. Aunque es tratada con sulfato de cobre, y esto como respuesta a la crisis sanitaria de las dos últimas semanas, el presidente aseguró que el agua potable se contamina con óxidos y sedimentos durante su paso por el antiguo sistema de tuberías del Gran San Salvador por lo que no recomienda su ingesta.

“El agua per se de Anda yo no me atrevería a decir que es consumible… no me atrevería a decir jamás que el agua de Anda es consumible hasta que hayamos terminado con este Plan Nacional de Agua que no creo que dure menos de dos años”, dijo el mandatario en una conferencia de prensa realizada en Casa Presidencial.

La crisis, que comenzó la segunda semana de enero, fue originada, según la versión oficial más reciente, por tres tipos diferentes de algas dentro de la planta potabilizadora de Las Pavas. En redes sociales y a través de reportes de prensa, cientos de ciudadanos se quejaron por el olor, color y sabor del agua que recibían.

Obligado a pronunciarse tras las denuncias ciudadanas por la crisis de agua que afecta a 1.2 millones de personas, Bukele pidió disculpas por la reacción tardía de su Gobierno y reconoció que se equivocaron al obviar el problema. “Yo les quiero pedir que nunca volvamos a decir que no hay un problema, cuando la gente está diciendo que hay un problema. Yo incluso hablé con el ministro de Gobernación, con Mario (Durán) ayer y le dije cuando reciban quejas en redes sociales toménlo como un insumo que gracias a Dios tenemos ahora”, dijo. 

En la última semana, el gobierno salvadoreño dio un giro en su posición respecto a la contaminación del agua en el Gran San Salvador. El pasado 18 de enero la ministra de Salud, Ana Orellana, aseguró que el agua que sale de los grifos en la zona urbana tenía la calidad suficiente para ser consumida. Dos días antes, el presidente de la Anda, Frederick Benítez, había dicho que el problema de las algas estaba solucionado, algo que fue desmentido en la conferencia del presidente este martes 21. 


“¿Por qué dijeron eso? Porque probablemente ellos están basados en estándares anteriores en donde decían si esta agua se tomaba antes, por qué no se va a tomar ahora… de mi boca y de mis funcionarios de ahora en adelante no van a volver a escuchar de que el agua (de Anda) se puede tomar”, respondió Bukele a una pregunta de Factum. 

Al presidente no le extraña que un sector de la población consuma agua envasada o de filtro por la contaminación permanente. “Yo en lo personal tomo agua de filtro en mi casa, ¿por qué? Porque no confío en el agua que viene del chorro, pero hay gente que se la toma así”, dijo el presidente de un país donde alrededor de 600,000 personas no tiene acceso a agua potable, según datos publicados en diciembre por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

Bukele prometió que la calidad de agua y producción aumentará cuando finalice la rehabilitación de la planta Las Pavas. Ese proyecto, según el Portal de Transparencia Activa, se ejecuta desde 2018 con una inversión de $78.4 millones, provenientes de préstamos del gobierno de Francia y del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). 

Versiones contradictorias sobre la contaminación

Miles de salvadoreños, al abrir los grifos en sus viviendas, han recibido agua con olor a lodo, arenilla y sabor a tierra. El líquido también tiene una apariencia ligosa que la hace amarillenta y ensucia las pilas. 

El presidente de Anda dijo la semana pasada que la contaminación ocurrió por la proliferación de algas en el río Lempa,  específicamente en el sector de captación de agua de la planta Las Pavas, ubicada en San Pablo Tacachico, La Libertad. Esa planta alimenta las tuberías de San Salvador, Mejicanos, Ayutuxtepeque, Ciudad Delgado, Cuscatancingo, Ilopango, Soyapango, San Martín, entre otros municipios del Gran San Salvador, donde decenas de hogares carecen de un servicio continuo.

Bukele dijo este martes que la multiplicación de las algas es un fenómeno “atípico” que ya fue resuelto con la inclusión del sulfato de cobre en el proceso de tratamiento del agua. También enfatizó que la caducidad del sistema de tuberías provocó la contaminación.  

El sulfato de cobre, un químico usado para librar de hongos a las piscinas, puede ser tóxico si se ingiere en grandes cantidades. La Organización Mundial de la Salud recomienda no usar más de 2 miligramos de sulfato de cobre por cada litro de agua para evitar enfermedades gastrointestinales y daños hepáticos a largo plazo.

El docente del departamento de Ingeniería de Procesos y Ciencias Ambientales de la Universidad Centroamericana, Luis Ortez, asegura que si bien es cierto las proliferaciones masivas de microalgas pueden alterar las propiedades del agua, es muy poco probable que la situación sea por ese fenómeno. La contaminación, según el académico, pudo haber ocurrido si el agua del Lempa fue sometida al proceso de cloración pese a tener un gran cantidad de algas. 

“Si bien no todas las microalgas son capaces de producir elementos tóxicos, producto de su actividad metabólica, sí pueden, como seres vivos, constituir una fuente de materia orgánica en el medio, la cual, es asociación con el cloro que se utiliza para eliminar las bacterias, puede generar componentes indeseados en el agua, lo cual supone un riesgo mayor para la salud”, detalló en un artículo publicado en el portal de la UCA. 

Carlos Flores, vocero del Foro del Agua, teme que el manejo que el gobierno ha hecho de esta crisis del agua sea el inicio de una campaña de desprestigio en contra de la Anda, con el objetivo, según su análisis, de entregar la administración y distribución del agua al sector privado. En el estudio de la Ley de Agua, cuyos proyectos tienen 13 años entrampado en la Asamblea Legislativa, el consenso sobre el ente rector es el punto central del debate. 

La Presidencia de la República detalló que el plan de contingencia por la emergencia, que ha requerido una inversión de más de $350,000, ha sido apoyado por ocho empresas, entre ellas Urbánica, dueña del consorcio de residenciales de lujo y centros comerciales edificados sobre la finca El Espino, y la Compañìa Azucarera Salvadoreña (CASSA), señalada por grupos de sociedad civil de apropiarse de los mantos acuíferos de las zonas cañeras. 

El banco Davivienda, Holcim, amigos de Catar y el sector de construcción también respaldan al Gobierno para que reparta agua en colonias populares. 

El plan de contingencia, que incluye una gran cantidad de fotografías en redes sociales de funcionarios repartiendo agua embotellada o sacando agua de pipas, se extenderá hasta el domingo 26.  

Bukele le pidió al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) que recolecte 1.5 millones de botellas plásticas, la misma cantidad de material distribuido con agua durante la crisis del agua para evitar basura reciclable. El presidente no explicó los pormenores de ese plan. Ese ministerio tuvo un recorte presupuestario del 20.88% este año en comparación a 2019: bajó de $18.9 millones a $14.9 millones. 

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