“Es probable que haya quienes, sin TPS, decidan jugársela como indocumentados”

Óscar Chacón, director ejecutivo de Alianza Américas con sede en Estados Unidos, comprende la encrucijada de los salvadoreños amparados al Estatus de Protección Temporal. El 9 de septiembre de 2019 termina el plazo para que alrededor de doscientos mil salvadoreños solventen de una vez su condición migratoria o regresen a El Salvador. Chacón cree que algunos buscarán de forma individual la legalidad de su permanencia. Pedirán la residencia o tramitarán refugios. Otros esperarán una solución parlamentaria desde el Congreso. Si el poder legislativo decide no otorgar la estabilidad migratoria, solo quedarán dos caminos para los salvadoreños: retornar a su país o pasar de nuevo a la clandestinidad y quedarse como indocumentados. Convencer a la mayoría republicana en el Congreso estadounidense es casi una quimera para un gobierno de izquierda salvadoreño que ha sido apático con su par norteamericano. La intervención de la derecha, dice Chacón, será crucial.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


Yo también creo que si me das la opción de jugármela en Estados Unidos, aun sin papeles, o regresarme al país del que me fui porque no hay oportunidades o porque me pueden matar, yo me la juego”. Óscar Chacón no cree que sea una apología a la migración irregular, sino más bien una realidad: muchos salvadoreños en Estados Unidos que se quedarán sin el Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) van a decidir quedarse como indocumentados.

No será fácil. Para quienes lo decidan, regresar a la clandestinidad va a costar mucho: mudarse para perderse de los registros, volver a aceptar trabajos de mala paga. Involucionar en su condición de vida. Chacón reconoce que lo contradictorio es que incluso una situación vulnerable en Estados Unidos es un escenario de mejores oportunidades que las que ofrece El Salvador.

Óscar Chacón es director ejecutivo de la Alianza Américas, una red de cincuenta organizaciones dirigidas por inmigrantes que representan a alrededor de cien mil familias en Estados Unidos. La alianza trabaja para dignificar las condiciones de vida de inmigrantes latinoamericanos y caribeños en enlace con organizaciones en otros países. El anuncio del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) sobre el fin del TPS el pasado lunes 8 de enero de 2018 hizo reaccionar a la alianza y a su director ejecutivo.

Chacón conversó por teléfono sobre las implicaciones de la finalización del TPS para los salvadoreños. La alternativa de volver a esconderse de los registros es un último recurso, pero no improbable, dice el director. Antes, sin embargo, hay trámites que aún no han sido agotados por los salvadoreños acogidos al programa. Habrá quienes recurran a trámites para abogar por una residencia o quienes acudan a la petición de un refugio, precisamente porque El Salvador, con sus condiciones actuales, no puede garantizar ni siquiera la vida de sus ciudadanos.

“La secretaria Kirstjen Nielsen le ha dicho a doscientos mil de nuestros amigos, vecinos y colegas, personas que buscaron seguridad en los Estados Unidos y tuvieron durante 17 años plena autorización para construir sus vidas aquí- que tienen 18 meses para empacar sus cosas y regresar a El Salvador, un país con la más alta tasa de homicidio de América Latina, con un índice de impunidad de 95 por ciento y con violaciones cada vez más graves de derechos humanos”, dijo Chacón, quien cree que si bien poner fin al TPS es una atribución legal del gobierno estadounidense, la decisión no tiene ningún sentido de justicia.

El director ejecutivo de la alianza apuntó que la expulsión de los tepesianos -tanto de El Salvador, Nicaragua y Haití y Sudán (país africano)- tendrá un impacto negativo en la economía local. Los números de Chacón dicen que el 88 por ciento de los amparados participan en la fuerza laboral, que un 11 por ciento incluso ha logrado crear negocios en los diecisiete años del programa y que un 30 por ciento tienen hipotecas vigentes.

Para Chacón es también grave que el gobierno estadounidense sea “cómplice” en la ruptura familiar: alrededor de doscientos setenta y cinco mil niños nacidos en Estados Unidos tienen un padre o una madre beneficiarios del TPS. Los padres tepesianos estarán obligados a regresar a sus países de origen mientras sus hijos se quedarán en Estados Unidos.

“La realidad de estas acciones vergonzosas debe estar presente en la consciencia de todos los estadounidenses que valoran el derecho a vivir una vida libre de temor por su seguridad y la de sus familias”, dijo el director de la alianza. Chacón dijo que desde las organizaciones van a redoblar los llamados al Congreso para que atienda las propuestas de ley para crear accesos a la residencia permanente para los beneficiarios del TPS.  La clave para la estabilidad migratoria de los salvadoreños amparados está ahora en el Senado y en la Cámara de Representantes, que están administrados por una mayoría política del Partido Republicano.

 ¿La solución en manos de la derecha?

El FMLN, el partido de izquierda que gobierna El Salvador, tiene una apatía histórica hacia las administraciones presidenciales de Estados Unidos. Con especial ahínco a las del Partido Republicano. La izquierda salvadoreña resiente que los gobiernos del expresidente Ronald Reagan (Partido Republicano) apoyaron al ejército salvadoreño cuando el FMLN era guerrilla en pleno conflicto armado en El Salvador. El FMLN también le ha achacado a Estados Unidos el entrenamiento de fuerzas militares salvadoreñas antes y durante la guerra, como el batallón Atlacatl, implicado en la masacre de El Mozote en 1981, e incluso la formación militar del mayor Roberto d’Aubuisson, fundador del partido Arena y señalado como autor intelectual del asesinato de monseñor Óscar Arnulfo Romero en 1980.

La alineación del actual gobierno salvadoreño con países como Cuba, Nicaragua, Bolivia, Ecuador o Venezuela, de cortes autoritarios de izquierda, tampoco le ha servido para congraciarse con Estados Unidos. La relación tirante entre el FMLN y el Partido Republicano no abre muchas posibilidades a un cabildeo favorable para El Salvador. Chacón cree que la intervención de la derecha y el empresariado salvadoreño va a ser crucial en la búsqueda de los votos republicanos para una solución permanente para los migrantes salvadoreños.

“Seguramente, ustedes saben al igual que nosotros que en El Salvador tanto en el ámbito empresarial como en el ámbito político, especialmente cuando hablamos de partidos de derecha, hay conexiones importantes, incluso muy antiguas en todo caso, con el Partido Republicano. Pero esas conexiones hasta la fecha no se han puesto genuinamente en función de persuadir a miembros republicanos y de la cámara baja de que puedan ayudar a solventar el futuro de esta población. Y esta es una sola dimensión de varias que debemos trabajar en sincronía para poder llegar a la meta de persuadir a miembros del congreso, especialmente a los republicanos”, dijo Chacón al teléfono.

Las elecciones legislativas de noviembre en Estados Unidos no son muy esperanzadoras para el Partido Demócrata -un partido más accesible para la izquierda salvadoreña-. Las tendencias previas apuntan, según los cálculos de Chacón, que el Partido Republicano va a mantener la mayoría en las dos cámaras. En El Salvador, Mauricio Interiano, presidente del partido de oposición Arena, de derecha, anunció que habrá visitas constantes al Congreso estadounidense para abogar por una solución para los salvadoreños.

Interiano, en un video difundido horas después del anuncio del fin del TPS este lunes, se dirigió a los congresistas estadounidenses como sus “amigos” y les prometió “restablecer” las relaciones de respeto y beneficio para los dos países. “El pueblo norteamericano va a encontrar más amigos que enemigos en nuestro país”, dijo el dirigente político.

El gobierno salvadoreño también anunció que los dieciocho meses de período de gracia que dio Estados Unidos a los tepesianos los va a aprovechar para recoger apoyos que lleven a la aprobación de una residencia permanente para los amparados al TPS.

Chacón prevé que el trabajo será duro: “Con una correlación de fuerzas tan adversas, con un dominio en ambas cámaras legislativas del Congreso del Partido Republicano, digamos que la solución no está a flor de piel. La solución legislativa es una que se debe trabajar con dedicación y con una precisión muy importante, porque nosotros sí creemos que hay miembros del Congreso, republicanos, que potencialmente podrían ser persuadidos de por qué una solución para la población beneficiada por el TPS hasta la fecha es meritoria”.

Los anuncios de los partidos salvadoreños mayoritarios que muestran apoyo a sus inmigrantes en Estados Unidos ocurren a las puertas de la elección parlamentaria y municipal en marzo próximo y a un poco más de un año de las elecciones presidenciales.

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