“House of the Dragon”: Smallfolk (la masa… el pueblo)

(Alerta de spoiler: la siguiente columna comenta detalles del sexto episodio de la segunda temporada de la serie de televisión “House of the Dragón”)

El pueblo comienza a cuestionar la divinidad de los dragones. Exhibir la cabeza de Meleys en las calles de Lecho de Pulgas fue un grave error. El tuerto pretendía decirle al pueblo que Rhaenyra es vulnerable; lo que les dijo es que también lo son los Targaryen, quienes les gobiernan desde hace un siglo. Y ese mensaje llega en el peor momento: cuando el pueblo tiene hambre.

Desde que comenzó la guerra, los Negros han mantenido sitiada la bahía de Blackwater. El embargo comercial rápidamente se sintió en las familias de Lecho de Pulgas. No hay comida. Mientras los Targaryen y sus nobles satélites mueven piezas por el poder, abajo, la gran masa paga la factura de ese juego de tronos tan ajeno.

Por cien años, los Targaryen se han sentado en el trono de hierro. No es porque sean los mejores. Su poder reside en los dragones. En Westeros todos prefieren refugiarse bajo el ala de un dragón a enfrentarse a su fuego. Las ruinas de Harrenhal son un recuerdo que dejó Aegon El Conquistador para aquellos que pretenden enfrentar a los dragones. Pero ahora Aemond se encargó de decirle a todos que esas bestias son mortales.

Mientras tanto, en Dragonstone, Rhaenyra busca jinetes de dragón en cualquiera que tenga sangre Targaryen. Primero se consideraba a esas bestias tan especiales que solo un Targaryen puro podía montarlos. Hoy, a falta de jinetes, los buscan en hijos de otras casas que se cruzaron con Targaryen y que tienen alguna gota legítima de la sangre del dragón. Fallan. El final del episodio nos muestra que hasta bastardos de primos lejanísimos de los Targaryen pueden montarlos. Dragones y Targaryen pierden su halo de divinidad e inmortalidad. Y mientras eso ocurre, otra bestia emerge.

Volvamos a King’s Landing. Decíamos que hay hambre. En este episodio, una escena nos muestra al pueblo observando cómo entran a la Fortaleza Roja carretas llenas de ovejas para alimentar a los dragones. Al escuchar esto, alguien grita demandando carne. Esos excesivos gastos de los funcionarios públicos comienzan a provocar reclamos en voz alta. Los Verdes no alcanzan a ver que al exhibir esos lujos frente a un pueblo hambriento están despertado a un monstruo. A uno más letal e indomable que los dragones. 

Rhaenyra escuchó el consejo de Mysaria. Entiende que la guerra puede pelearse con ese otro monstruo que yace en el Lecho de Pulgas. Es el momento de explotar ese descontento popular. Envía barcazas con alimento a las costas de King’s Landing. Rhaenyra entiende el juego del populismo. Ella ha cerrado el comercio en la ciudad, pero ahora se ofrece como solución enviándoles canastas con alimentos. 

Pretende poner a la masa en contra de los Verdes. Controlarla. Parece que lo logra. Hace unas semanas veíamos al pueblo llorando y acompañando emotivo el duelo de las reinas Alicent y Helaena por el asesinato del niño que heredaría el trono. Hoy ese mismo pueblo se alza en las calles y quiere linchar a las dos mujeres mientras gritan vivas por la otra reina, Rhaenyra. El amor del pueblo es traicionero. Hoy odian a quien ayer amaban. 

Ni Verdes ni Negros son los dueños del favor del pueblo. Rhaenyra cree que pagando el precio de unas cuantas barcazas con macarrones podrá montarlo y dirigirlo, tal como lo hace con Syrax. Pero así como esta historia hoy nos mostró que la masa es volátil en sus amores y odios, luego nos enseñara que es una bestia más caótica, indomable y peligrosa que un dragón.


*Daniel Olmedo es abogado salvadoreño. Máster en Derechos Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid. Ha trabajado en gremiales empresariales, firmas de abogados y en la Sala de lo Constitucional. Fue profesor de Derecho Constitucional, Derecho Administrativo y Derecho de Competencia. Ha sido directivo del Centro de Estudios Jurídicos y del Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional-Sección El Salvador. Escribió el capítulo La Constitución Económica en la obra conjunta Teoría de la Constitución, editada por la Corte Suprema de Justicia.

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