“La prensa es el instrumento que permite a la ciudadanía desarrollar una función de examen y control de la acción política.”
William Denton
An Apology for the liberty of the press
El universo de la información es uno de los grandes sistemas de generación de conocimiento y el conocimiento es la certeza de que los fenómenos son reales. El conocimiento lo adquirimos de muchas maneras, a través de los libros, a través de la experiencia, a través de la socialización y es con ello que contribuimos a construir la realidad.
Somos incapaces de aprehender la realidad en su idea más general, por lo que se habla de que estamos inmersos en realidades; sin embargo, en esa multiplicidad se presenta una como la realidad por excelencia: la de la vida cotidiana, del día a día. Desde este sentido, el periodismo produce noticias que ayudan a la construcción de la cotidianidad y posibilita a los individuos el conocimiento del mundo al que no pueden acceder de manera directa.
No se puede negar que la prensa en El Salvador cuenta una diversificación ideológica y de competitividad comercial: las hay aquellas que se enfocan en temas empresariales, las que prefieren un corte de espectáculos, las que se basan en investigaciones… las hay de derechas, de izquierdas, progresistas; digitales, análogas, las hay de manera que el ciudadano decide cuál leer, lo que es básicamente aceptable para el funcionamiento de un sistema democrático.
El periodismo —como actor social y de “lo político”— no tiene como objetivo la conquista del poder. Su ámbito de trabajo es el de la información y el de comunicador de discursos polifónicos y contrastados de la política, lo económico, lo social, lo cultural. La prensa es una especie de narrador que si bien se encarga de presentar encuadres, marcos y jerarquías de temas, también es aquel que transforma los hechos y los acontecimientos en historias que de otra manera no podríamos conocer.
La prensa —sea escrita, radial, televisiva— se convierte en un observador de lo estatal y una especie de inquisidor de los poderes gubernamentales que manejan lo público que le pertenece a la ciudadanía. Y la ciudadanía, en cambio, es aquella inquisidora de los medios. Por lo tanto, un sistema democrático reclama así no solo una pluralidad de medios de información general y específica que presenten saludables polémicas y debates, sino también un programa político, democrático y liberal coherente, que aspire a un modelo de sociedad en donde se respete, por lo menos, un principio básico: la libertad de expresión, información y de prensa.
Damián Loreti explica en su libro “América Latina y la libertad de expresión” que el derecho a la información es la consagración del derecho humano universal y sustantivo a recibir, difundir e investigar informaciones y opiniones y que, además, el derecho de la información o de la comunicación es el derecho de acceder a los contenidos. El derecho a la libertad de expresión nace por la necesidad de proteger al ciudadano y hacer un contrapeso del Estado, razón por la cual ha sido una garantía incómoda para el poder.
Todos los medios están imbricados en sistemas de considerables restricciones y es donde la idea de libertad de prensa se vuelve abstracta; sin embargo, para que los medios presten el servicio de información y comunicación a los ciudadanos esas considerables restricciones tienen que ser cada vez menores: disminuir la intervención abusiva de la autoridad en el funcionamiento de los medios y las presiones de la autoridad política que impiden el ejercicio de la función comunicativa.
La libertad de prensa nos compete a todos porque es solo un caso particular de la libertad de expresión y por lo tanto una consecuencia de la libertad de pensamiento. La libertad de prensa es importante porque los medios son los intermediarios entre los ciudadanos y los acontecimientos, entre la opinión pública y la acción de los poderes del Estado.
El periodismo ayuda a cohesionar las sociedades con su vigilancia y controla los comportamientos o situaciones que atentan contra nuestra democracia: la corrupción, los desfalcos.
Cuando se protege la libertad de prensa, se protege al ciudadano y su derecho a recibir mensajes e información.
Todo lo que signifique impedir la libre circulación de ideas, de información, con sanciones arbitrarias a periodistas o medios a causa de su labor informativa; intimidarlos para generar, a la larga, autocensura; agresiones directas, asesinatos, desapariciones, amenazas, secuestros; restricciones legales que consideran las normas restrictivas a la labor periodística y de los medios de comunicación como dictar leyes especialmente destinadas a restringir a la prensa y a los periodistas; decisiones de las autoridades orientadas a restringir el desplazamiento de la prensa, el acceso a las fuentes y a los lugares donde se produce información; la persecución y el hostigamiento judicial son violaciones y atentados contra la libertad de expresión.
Finalmente, lanzo la pregunta al lector —que puede o no contestársela: ¿Por qué estamos dispuestos a ser defensores de un mandatario que violenta un derecho constitucionalmente establecido y que a la vez espectaculariza y hace burla de ello; pero no estamos dispuestos a ser garantes de la libertad de una profesión legítimamente establecida y que cumple con una función social que al final es también de conveniencia para cada uno de nosotros?
Fontán, A. (2017). Prensa, democracia y libertad. Fondo de Cultura Económica.
Loreti, D. (2005). América Latina y la libertad de expresión. Norma.
McQuail. D. (1998). Media Performance. Mass Communication and the Public Interest. SAGE Publications
*Alexia Ávalos: Salvadoreña. Residente en México. Comunicadora. Maestra en Estudios de la Cultura y la Comunicación. Actualmente realiza una Especialización en el Centro de Estudios de Opinión y Análisis de la Universidad Veracruzana bajo la línea de investigación “Monitoreo de la agenda pública y medios de comunicación”.
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1 Responses to “No es hacerse la “vístima”, es defender un derecho”
“El universo de la información es uno de los grandes sistemas de generación de conocimiento”. Esto suena bonito pero no es verdad. Yo digo que la informacion es un de los grandes sistemas de generacion OPINION. Me parece que en el articulo se esta confundiendo informacion con comunicacion. Al querer generar conocimiento desde la informacion como tal el resultado es parcial e incompleta y muy somera. Por lo que la informacion puede solo crear una opinion y motivar a la investigacion para llegar al conocimiento.