- Una nueva escuela de líderes políticos, candidatos y presidentes reniega del acuerdo de convivencia democrática que postula que los líderes han de tolerar el escrutinio público. No pondré la lista, pero miren por izquierda y derecha y encontrarán políticos descalificadores.
- Quien ocupa una posición de poder para la cual ha sido elegido debe aceptar que su puesto viene cargado: el apoyo y el cuestionamiento van con el territorio. Pero parece que tenemos toda una nueva generación de líderes de piel hecha con pétalos y nervios de cristal fino.
- Se ensañan con la prensa. Y han encontrado que las redes favorecen sus ladridos. Los primeros que lo intentaron (por hacer un corte pronto: T***p) vieron que la sanción social por atacar al periodismo era inocua. No bastaba para descalificarlos. Y se animaron a más.
- T***p y otros han pasado de la descalificación y el irrespeto a la mentira descontrolada y el insulto. Y no les ha faltado ánimo para sugerir o impulsar agresiones contra la prensa en general o medios en particular. Es un clásico: descalificar al mensajero para anular su mensaje.
- Son, claro, síntomas de intolerancia. No una casual, sino cultivada: han contenido la rabia hasta que llegaron al poder. Y una vez en él, ya asegurado el viento a favor, pueden morder a quienes se opusieron a ellos o los cuestionaron. Es intolerancia grave: tienen el poder de la presidencia a su favor.
- Esos gobernantes y líderes actúan a sabiendas. No por ingenuidad, menos aún por ignorancia: es un acto calculado. Si logran descalificar a la prensa se quitan de encima una voz independiente. Cuando la sociedad civil se queda sin prensa independiente, su desamparo es mayor.
- Por las condiciones propias de la sociedad civil (desarticulada, espontánea, sin líderes permanentes, sin organización), el desprestigio de un canal como los medios, que legitiman, organizan y reconducen agendas, desprovee a los ciudadanos de capacidades, ay, contrahegemónicas.
- Los partidos políticos opositores tienen agenda clara (tomar el poder, desplazarlos) y un líder los acusará a diario con campaña sucia (o no) para mantenerlos controlados. Pero apuntar a la prensa, que no pretende tomar el poder sino controlarlo, busca eliminar fiscalías sociales.
- Una prensa débil afectará a la sociedad. Una prensa independiente firme es una alerta para la vocación tanática de los políticos en general y de los autoritarios, populistas, demagogos y autócratas en particular: el chequeo civil, no partidario ni legislativo ni judicial.
- Cuando veo a esos políticos refugiarse en Twitter para vociferar descontrolados y sin contralor efectivo, yo me preocupo en serio. Esos hombres/mujeres no están preparados para liderar sociedades que necesitan transparencia.
- Esos hombres/mujeres quieren control absoluto, creencias ciegas, fanáticos, una fe irreductible en el líder, ser La Voz del Pueblo porque el Pueblo Soy Yo, seguidismo acrítico: la masa obediente. La demonización de la prensa es SIEMPRE un paso más hacia una menor calidad democrática.
- Sobran las evidencias, y no haré notaría de ellas. Cuando un dictador quiere controlar el discurso, cierra medios, ocupa salas de redacción, corta las señales de TV, bloquea internet, disuelve parlamentos: canales y plataformas de información, comunicación, diálogo, debate.
- La sociedad no debe hacerle el juego a este comportamiento, pardon my French, de mierda. Los aprendices de autócratas parecen inofensivos al inicio. Pero buscarán acabar con la prensa y en el camino acabarán con la verdad. Quieren ser ellos La Única Voz, La Verdad Última y, entonces sí, exigir todas las obediencias.
*Diego Fonseca (Argentina, 1970) es periodista y editor. Su último libro es “Perdimos: ¿Quién gana la Copa América de la corrupción?”, en coedición con Martín Caparrós.
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3 Responses to “Trece tuits para Nayib Bukele”
Cuanta verdad y muy buen artículo señor Diego Fonseca, hay gobernantes que quieren tener un pueblo ignorante, oprimido e intimidado por eso que atacan al periodismo porque es la única herramienta que el pueblo tiene a su favor, felicitaciones gran artículo.
Este loco se las llevavq puede criticar y q hayvq aguantarlo
No, es nada agradable leer este tipo de notas que claramente llevan una fuerte docis de confrontacion el tipo de lenguaje retórico y los adjetivos desmesurados no crean un clima ético favorable para ambos Nayib y su periódico. Los lectores tenemos criterio y uso de razón tampoco se victimisen o tiren la piedra y escondan la mano hay que madurar como sociedad y ustedes juegan un role importante, el mismo llamado para el presidente electo.