El laberinto sin salida de los disidentes de Arena

Los cuatro diputados disidentes de Arena quedaron fuera de las elecciones primarias para las legislativas de 2021. Dos renunciaron antes y otros dos se inscribieron, aferrándose a lo que las bases areneras pudieran decidir ante su acercamiento con el nuevo adversario político: Nayib Bukele.

Foto montaje FACTUM/Licencia Envato Elements


¿Por qué no tengo oficina?”, le cuestionó Milena Mayorga a Mario Ponce, mientras se abría el nuevo edificio que alberga las oficinas de diputados del grupo parlamentario de Arena en la Asamblea Legislativa. Era jueves 18 de junio a mediodía, un jueves de sesión plenaria, y Ponce, presidente de la Asamblea, en el receso de almuerzo les entregaba las llaves a los legisladores areneros para que estrenaran sus despachos. Mayorga, una de los cuatro diputados disidentes de Arena, había anunciado su renuncia al partido catorce días atrás, el 4 de junio, y también había pedido a la junta directiva que preside Ponce que le permitiera declararse independiente de su bancada, no solo en lo que concierne a lo político, también a lo que tiene que ver con su presupuesto individual como diputada para contratar asistentes y, además, su propia oficina.

Milena Mayorga y otros tres legisladores disidentes de Arena sufren la marginación de su grupo parlamentario tras profesar su preferencia política por el presidente Nayib Bukele, opositor a Arena, y atacar a su partido. Los disidentes no participan en las reuniones de la bancada y en el caso de Mayorga ni siquiera tiene un despacho en el congreso salvadoreño. La disidente renunció a Arena en junio pasado, al igual que su colega Gustavo Escalante, otro de los disidentes, por lo que su camino a la reelección como legisladores quedó truncado. Caso distinto al de Felissa Cristales y Arturo Magaña, quienes se inscribieron para participar en las elecciones primarias areneras del 25 de julio próximo, pero quedaron excluidos de la contienda interna por la Comisión Electoral Nacional (CEN) de Arena. Los cuatro legisladores disidentes de Arena de la legislatura de 2018 a 2021 están fuera, oficialmente, de toda oportunidad de reelección con el partido.

Mayorga no se despegó de Ponce y lo seguía cuestionando, mientras los demás areneros tomaban sus llaves y entraban a sus nuevas oficinas. El nuevo edificio del grupo parlamentario de Arena es de un solo piso y está construido en el área que fue conocida por años como “el palo de hule”, frente a la entrada principal de la Asamblea Legislativa. El árbol, una Castilla elástica que daba sombra a las personas que llegaban a visitar a los diputados o a los manifestantes que llegaban a protestar por variedad de causas sociales, fue talado en la última década. Las nuevas oficinas areneras son solo una parte del reordenamiento que ha hecho el congreso salvadoreño desde que su edificio principal, de ocho pisos y que reunía oficinas de diputados directivos, del PCN, del FMLN y de Arena, fue declarado en peligro inminente de colapso.

Ponce, antes de arreglar la situación de los diputados de Arena, ya había solucionado los espacios adentro de la Asamblea para los efemelenistas, para los pecenistas, a quienes el presidente legislativo pertenece, y para el personal administrativo tras la evacuación. “Todos tenemos problemas de espacio. Yo como presidente no tengo espacio para hacer mi trabajo. Ya voy a ver si hago mi oficina en el centro cultural legislativo”, dijo Ponce al referirse a que la evacuación del edificio principal en la Asamblea obligó, primero, a alquilar espacios en edificios privados para mantener las oficinas de diputados y luego a remodelar la infraestructura del congreso para crear nuevos edificios a bajo costo. 

Ponce también se refirió a Mayorga: “Lo de la diputada es un problema de ella con su partido. Y el problema es que hay una sentencia de la Sala de lo Constitucional: el escaño que ella ocupa le pertenece al partido, no a ella, y es el grupo parlamentario el que tiene que asignarle los recursos y una oficina a ella. Entonces, ¿ven?, estas son las repercusiones que vienen para un diputado que vendió una oferta electoral al principio y cuando se declara independiente, eso se vuelve como traición y se ven estas complicaciones. Ahora, hay que buscar cómo se le resuelve”.

La diputada disidente de Arena Milena Mayorga reclama al presidente de la Asamblea Legislativa, Mario Ponce, por no tener oficina en el congreso. Los observa Julio Fabián Amaya, subjefe del grupo parlamentario de Arena, durante la apertura de nuevas oficinas para diputados areneros en el congreso, el 18 de junio de 2020, tras la evacuación del antiguo edificio por peligro de derrumbe. Foto Factum/Fernando Romero.

Mayorga informó su decisión de renunciar a Arena el 4 de junio de 2020, luego de un año de desencuentros y cuestionamientos contra su partido y contra al menos dos dirigencias del Consejo Ejecutivo Nacional (Coena), presididas por Mauricio Interiano y Gustavo López Davidson. Desde que el presidente salvadoreño Nayib Bukele ganó las elecciones presidenciales del 3 de febrero de 2019, la cercanía cada día más expresiva de Mayorga con el mandatario generó recelos en su grupo político, que la marginó de las reuniones del grupo parlamentario y fue señalada como traidora. De hecho, luego de reclamaciones intensas contra Arena entre febrero y mayo de 2019, el partido decidió abrirle un expediente y un proceso disciplinario que podía ―puede, porque todavía más un año después no ha resuelto― culminar con su expulsión. Aunque ella ya renunció.

El camino que decidió tomar Mayorga es el de renunciar a Arena y luego buscar un salvoconducto en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) que le permita, tras el silencio administrativo de más de un año de su partido sobre su proceso disciplinario de expulsión, correr bajo una candidatura independiente. Por eso, ella cree que se trata de una estrategia arenera para sacarla del escenario: “El partido lo que ha querido es inhabilitarme políticamente. El TSE les ordenó en febrero pasado que debían resolver mi caso a la brevedad y han desobedecido. Ante este silencio, voy a ir al TSE a ver qué oportunidad puedo tener. No descarto tampoco recurrir a un amparo con la Sala de lo Constitucional. Es una violencia la que he sufrido, es una venganza política por no haber agachado la cabeza a la línea partidaria. Yo quiero buscar la reelección como diputada independiente”.  

El muro con que se topa el camino de Mayorga para mantener su curul desde el 1 de mayo de 2021 radica en una resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que declaró que el transfuguismo partidario es ilegal. Las experiencias previas de transfuguismo en la Asamblea Legislativa mostraban escenarios en que, durante las administraciones en el órgano ejecutivo del partido Arena, sucedieron escisiones constantes en el FMLN que debilitaban a ese grupo parlamentario opositor. También hubo casos de transfuguismo directo de diputados del PCN que se unían a los diputados de Arena en medio de una legislatura. Con los gobiernos del FMLN, en específico el del expresidente Mauricio Funes, fue Arena la que recibió los golpes del transfuguismo: en 2009, más de una decena de diputados areneros, movidos por Funes en contubernio con el expresidente arenero Antonio Saca y su primo, Herbert Saca, renunciaron al partido y conformaron un nuevo grupo parlamentario: Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA). En la siguiente legislatura, que comenzó en 2012, se repitió la fórmula tránsfuga: cinco diputados areneros renunciaron y formaron la bancada de Unidos por El Salvador, con un punto en común con GANA: apoyaban todas las iniciativas que provenían de la Casa Presidencial que gobernaba Funes y tenían, como otro punto común, aprecio por el expresidente Antonio Saca.

Años después ocurrió un descubrimiento del periodismo de investigación en El Salvador: Mauricio Funes, mientras fue presidente, usó dinero público para comprar diputados y utilizó a Herbert Saca como operador político entre él y los diputados. La investigación penal, en pleno 2020, sigue abierta en la Fiscalía General de la República sin mostrar avances. El transfuguismo, sin embargo, fue detenido por la Sala de lo Constitucional, que en octubre de 2014 resolvió tras una demanda que esta conducta política era ilegal y que la Asamblea no puede reconocer “independencia” de los diputados hacia los partidos políticos bajo los que fueron elegidos, pues eso implica un fraude hacia los electores que votaron por esos candidatos con la oferta electoral del partido con el que participaron.

La sala determinó que si un diputado o diputada renuncia a su partido y, en consecuencia, a su grupo parlamentario durante la legislatura para la que se eligió, ya sea para hacerse independiente o para adherirse a otro partido u otro grupo parlamentario, pierde el derecho político de participar en las elecciones siguientes para buscar una reelección. Solamente en los casos en que los partidos políticos sean los que expulsen a los diputados elegidos bajo su bandera, los legisladores podrán quedar en libertad de buscar la reelección, ya sea como independientes o con los colores partidarios de otro grupo político. 

Por ello el caso de Mayorga es complejo, pues renunció a Arena y, según la jurisprudencia constitucional, está inhabilitada para buscar la reelección como diputada. La única carta que le queda es el TSE y, si lo decide, buscar un amparo en la Sala de lo Constitucional que le permita una candidatura extraordinaria.

Gustavo Escalante es otro de los cuatro diputados disidentes. Escalante, como Mayorga, renunció a Arena. El domingo 7 de junio, el diputado colgó un video en sus redes sociales en el que se mostró botando un chaleco del partido en un recipiente para basura. Es, de los disidentes actuales, el más antiguo. Sus otros tres compañeros, Mayorga y los diputados Felissa Cristales y Arturo Magaña, de hecho, hacen su primera legislatura en este periodo de 2018 a 2021. La historia de Escalante se remonta a 2012, cuando resultó elegido por primera vez como diputado de Arena por La Libertad. Desde entonces, y tras la salida de los cinco areneros tránsfugas que se constituyeron en Unidos por El Salvador, Escalante pareció seguir sus pasos, pero se quedó a medias.

“Yo no quiero ser tildado de vendido, como se les ha llamado a los diputados que abandonaron las líneas areneras”, dijo Escalante a un grupo de periodistas el 9 de mayo de 2013. La rebelión de este diputado contra Arena se quedó en una declaración de independencia de su grupo parlamentario. Pero ya era muy tarde, Escalante empezó a ser visto en Arena como un potencial desertor, cercano a los viejos areneros convertidos en GANA y, por extensión, manejable para las intenciones del gobierno de Mauricio Funes, en aquel entonces. 

En el período gubernamental siguiente, durante la administración de Salvador Sánchez Cerén, con la prohibición del transfuguismo legislativo vigente, las aguas se calmaron en la Asamblea Legislativa y los grupos parlamentarios del período de 2015 a 2018 no tuvieron escisiones graves. Fue de nuevo en la legislatura actual y con el ascenso de Bukele a la presidencia salvadoreña que las disidencias se reactivaron y Escalante, como lo hizo en el pasado, protagonizó nuevamente la actitud contestataria contra su partido Arena.

Esta vez dio un paso más: renunció. A Escalante tampoco se le resolvió en tiempo la causa disciplinaria en el tribunal de primera instancia de Arena, la misma unidad partidaria que le abrió causas a Mayorga, a Cristales y a Magaña por denostar contra Arena y plegarse a las posturas políticas de Bukele, en contradicción con los estatutos partidarios.

El acercamiento de Escalante con el gobierno de Bukele es tanto que una investigación periodística reveló que durante la actual pandemia de Covid-19, una empresa de la que Escalante es fundador y sus familiares vendió mascarillas al gobierno de Bukele hasta por 344 mil dólares. 

El drama de Cristales y Magaña varía un poco. Los dos legisladores no renunciaron al partido y se inscribieron para las elecciones primarias de precandidatos a diputados de Arena. Cristales tenía confianza en que hubiera bases areneras que la votarían para que fuera candidata a diputada de nuevo, pese a sus críticas contra el partido o sus calificativos hacia dirigentes areneros como “dinosaurios”.  Es diputada por La Libertad y se fue a inscribir a la CEN arenera. 

Cristales cuenta que cuando la CEN la entrevistó el día de su inscripción, le preguntaron por su proceso disciplinario, haciéndole ver que es un inconveniente para que ella participara en las primarias. “Yo les dije que ellos me estaban preguntando por un proceso en una instancia diferente a la CEN y que a los comisionados electorales lo único que les correspondía era recibir mi documentación y me detuve a explicarles que el proceso que me siguen no me inhabilita para inscribirme”, comentó Cristales en una conversación telefónica el viernes 3 de julio pasado. Y le hicieron más preguntas, siguió contando: “Me preguntaron si pensaba cambiarme de partido, y yo les dije que no se me ocurre porque no se puede, es ir contra la ley”. La legisladora está segura, y eso se los comentó a los comisionados, que, contrario al recordatorio que se hacía antaño acerca de que la “marca partido” beneficiaba la imagen de los políticos, ella les dijo que la “marca partido” de Arena en todo caso la estaba perjudicando. Entonces, ¿por qué Cristales busca seguir con Arena? Por la ley, responde, porque para ser reelegida no puede renunciar al partido.

Magaña, más parco, ha tratado de ser conciliador y menos crítico con la dirigencia arenera. El “pecado” político de Magaña ha sido juntarse con ministros del gobierno de Bukele o con personajes como Guillermo Gallegos, dirigente de GANA, partido con el que Bukele ganó la presidencial de 2019. Aunque su fin, dice, es colaborar con la gente del departamento que él representa: Ahuachapán. Eso sí, en la mayoría de las causas en que se han unido los cuatro disidentes areneros, en sintonía con Bukele, Magaña no ha faltado.

Ni Escalante ni Magaña quisieron conversar sobre su situación. Pese a las llamadas y mensajes, optaron por mantenerse en silencio. Escalante no ha mencionado aún sus aspiraciones electorales para 2021. Haber renunciado a Arena lo imposibilita para buscar la reelección como independiente o con otro partido político. Es una incógnita si va a seguir los pasos de Mayorga en su búsqueda de soluciones ante el TSE y, posiblemente, ante la Sala de lo Constitucional. 

Magaña, mientras tanto, anunció el 1 de junio, antes de que Mayorga y Escalante renunciaran, que iba inscribirse ante la CEN para participar en las primarias areneras. Magaña incluso presentó en un video a su propuesta de compañera de fórmula para diputada suplente: Jennifer Mirasol. “Presentaremos propuesta ganadora. Gracias, Jennifer Mirasol, por darme el honor de poder hacer dupla contigo. Mujer, profesional y conocida por su trabajo comunitario en Atiquizaya. Esposa de nuestro director departamental José Mario, con quien haremos gran equipo”, escribió Magaña en un tuit en el que adjuntó el video y le hizo mención a la cuenta de Twitter de Erick Salguero, el nuevo presidente de Arena tras la renuncia de Gustavo López Davidson.

El lunes 6 de julio, la CEN dio a conocer los listados de precandidatos a diputados de Arena. En realidad, la arenera no será una primaria entre más de 84 postulantes buscando una candidatura. De hecho, el listado completo tiene 84 precandidatos, el mismo número de espacios para competir en las legislativas de febrero 2021. Es decir, de los precandidatos enlistados, sea como sea el voto de los electores areneros, ninguno quedará fuera.  En el listado de los aspirantes para las candidaturas legislativas de Ahuachapán no apareció el nombre de Arturo Magaña.

Por sus tuits los conocerán

Los cuatro diputados tienen en común, aparte de su disidencia, de sus procesos abiertos desde junio de 2019 que no han sido resueltos y de que han quedado fuera de la contienda legislativa para 2021, su preferencia por las posturas políticas de Bukele. Unos con más intensidad que otros, han replicado, y lo siguen haciendo, los discursos presidenciales incluso si ellos contradicen las posturas de su propio partido. Y también usan mucho sus redes sociales, en especial Twitter, para atacar a Arena y mostrar su apoyo por el mandatario, otro usuario frecuente de la red.

Los disidentes de Arena de la legislatura de 2018 a 2021 sufrieron una metamorfosis al mismo ritmo de los tiempos electorales para las presidenciales de 2019. Pasaron de recibir sus escaños sonrientes y emocionados de militar con Arena a dirigir mensajes de críticas constructivas, a confrontar con sus compañeros diputados y con la dirigencia del partido más tarde y, por último, a renegar de su partido, a llamar corruptos a sus compañeros y a plegarse a los discursos del presidente Bukele.

Las líneas de tiempo de sus cuentas de redes sociales, y con mayor resonancia en Twitter, son las evidencias más notorias. Los cuatro estaban entusiastas al principio de la legislatura. Mayorga aparecía en fotografías, sonriente, al lado del arenero Norman Quijano, quien sería presidente de la Asamblea Legislativa por un año y medio para luego cederle paso al pecenista Ponce, quien terminará la legislatura, y al lado de Mauricio Interiano, en ese entonces presidente del Coena.

Había mensajes de felicitaciones para ellos, por haber sido elegidos por los votantes y ser diputados de Arena, que es el grupo parlamentario con mayoría de diputados en la Asamblea Legislativa, en detrimento del decaído FMLN, que perdió escaños en la última elección parlamentaria de 2018. Los areneros se decían emocionados y prometían tomar las mejores decisiones. Cada uno, eso sí, tomó distintas causas sociales como sus trincheras desde donde iban a manejar sus propias campañas políticas. Mayorga tomó como sus fuertes la protección de los derechos de las mujeres y la búsqueda de la reducción del uso del plástico. Cristales se aferró a las causas de la niñez y adolescencia desamparadas. Magaña tomó como suya la ayuda directa a familias pobres de su departamento. Y Escalante, más a la deriva, profesó el uso adecuado que la Asamblea hace con el dinero público.

Algo que mantuvo pegados a los cuatro diputados con su partido fue la candidatura de Carlos Calleja para la presidencia salvadoreña. Cada quién a su modo escribía mensajes de respaldo a Calleja y a su esposa Andrea para animarlos a sentirse optimistas de ganar la elección del 3 de febrero de 2019, en la que Bukele iba a vencer al final. Y fue precisamente la derrota de Calleja la que determinó la transformación de los disidentes. Demostraron que el pegamento que los mantenía en el partido, es decir Carlos Calleja, no tenía la suficiente fuerza adhesiva. Y pasaron entonces de un trato mínimamente amable a la plena confrontación con su partido, con sus autoridades en el grupo parlamentario y, en especial, con la dirigencia de, en ese entonces, Mauricio Interiano.

La primera señal de que no todo era unión y paz en Arena fue la declaración, por Twitter, de Escalante para desenredar la elección de nuevos magistrados para la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia. Era noviembre de 2018 y GANA pujaba fuerte por la abogada Sonia Cortez de Madriz, procuradora general de la República, pero no contaba con los votos de Arena, pues Cortez de Madriz no reunía los requisitos académicos necesarios para ejercer la magistratura constitucional, la más importante en la jerarquía jurídica. Escalante entonces dijo que él estaba listo para dar su voto a la candidata Cortez de Madriz y que él no veía los inconvenientes que señalaba su partido.

Para sorpresa de Arena, el alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, quien también había empezado su período municipal en mayo de 2018, secundó a Escalante y empezó a lanzar críticas a su partido por discriminar a una funcionaria como Cortez de Madriz, la carta de GANA, adversarios históricos de Arena y cuyo candidato presidencial, en ese momento, era Bukele. El escándalo de declaraciones hizo que el grupo parlamentario arenero tuviera encerronas, de donde salió su nueva propuesta de elegir a la entonces procuradora como magistrada, pero para ejercer una suplencia. Dos fuentes parlamentarias de Arena, anónimas por petición, aseguran que esa fue la primera vez que identificaron a los disidentes y que, entre ellos, ya empezaban a contar a Muyshondt.

Después del incidente de la elección de magistrados de la Sala de lo Constitucional, los cuatro disidentes obtuvieron fama por primera vez como grupo cuando se opusieron a la construcción de un nuevo edificio para la Asamblea Legislativa, debido al riesgo de colapso que existe en el antiguo edificio principal y que fue evacuado. El proyecto ya estaba programado desde al menos dos legislaturas anteriores y fue el arenero Quijano, como presidente legislativo, quien decidió concretar el plan. La primera oposición conjunta de los cuatro disidentes estuvo en sintonía con la crítica que hizo el recién electo presidente Bukele. El mandatario criticó que la Asamblea iba a construirse un edificio nuevo cuando la infraestructura de la red de hospitales nacionales y de los centros escolares en el país necesitaba mayor atención. Fue así que Mayorga, Escalante, Cristales y Magaña se opusieron al proyecto que retomó su compañero Quijano de períodos anteriores y comenzaron su campaña, en sus redes sociales incluida Twitter, de reorientar los costos por más de 30 millones de dólares para el edificio nuevo hacia el mejoramiento de escuelas públicas. Bukele, sin asumir la presidencia aún, ya tenía diputados que lo representaban en la Asamblea Legislativa, aparte de GANA, el partido político gestado por Mauricio Funes, Antonio Saca y Herbert Saca, con el que ganó la elección de 2019.

Desde entonces, los rumores dentro de Arena sobre el regreso de “el hombre del maletín negro” resurgieron. El hombre del maletín negro fue el nombre que adoptaron en la Asamblea Legislativa para referirse a un personaje que visitaba el congreso y que a escondidas compraba voluntades de diputados con dinero de su maletín y que provocó las rupturas del grupo parlamentario de Arena desde 2009, cuando se conformó GANA, hasta 2012, cuando se integraron los Unidos por El Salvador. Esa persona, según las investigaciones periodísticas, fue Herbert Saca. Las fuentes areneras indicaron que es posible que con los cuatro disidentes de 2018 haya ocurrido lo mismo que sucedió en las escisiones anteriores: que su metamorfosis no haya sido por voluntad propia.

El diputado Escalante, por ejemplo, negó en 2019 que él haya sido tocado por dinero y aseguró que su causa era independizarse de líneas partidarias que solo buscaban el interés de sus financistas y no el interés común de los salvadoreños. De hecho, ese mismo discurso utilizaron sus antecesores para iniciar GANA y los Unidos por El Salvador: el supuesto autoconvencimiento de que ellos no están cometiendo un error porque representan los intereses comunes de la mayoría o, como suelen llamarlo, “el pueblo”.

De esa forma, y adoptando los discursos y frases de cajón del presidente Bukele, los disidentes empezaron a utilizar contra su partido el epíteto de “los mismos de siempre” o “dinosaurios” para referirse a su dirigencia. Pidieron la renuncia de Interiano y del Coena, con el argumento de la derrota electoral, para luego atacar a la nueva dirigencia que iba a asumir luego, la de Gustavo López Davidson. El partido hizo lo suyo: les abrió expedientes disciplinarios y procesos de expulsión en junio de 2019, tras marginarlos de las reuniones del grupo parlamentario, y surgió entonces, entre sus correligionarios, la figura de “areneros celestes”, en referencia al color cian que abandera Nayib Bukele. Así, “apestados” de su grupo parlamentario, Mayorga se quedó sin oficina parlamentaria, al igual que Escalante. 

A Cristales la Asamblea le otorgó un espacio. Mientras que Magaña ha sido, de los cuatro, el que menos confrontación ha tenido con su partido. De hecho, en sus mensajes por Twitter, el diputado lamentó la renuncia de Interiano en 2019 y dijo tener esperanzas de que su partido se levantaría de la derrota. Saludó la elección de Gustavo López Davidson y también lo despidió respetuosamente cuando este renunció a la presidencia del Coena. Si bien sus apariciones en redes sociales con ministros del gobierno de Bukele o fotografías coladas de momentos de recreación junto a Gallegos, de GANA, han despertado sospechas, según las fuentes areneras, estas no se concretan en su discurso menos confrontativo en comparación con los otros tres disidentes. Las fuentes creían que Magaña no tendría dificultades para buscar la reelección con Arena. “Se ha redimido”, dijo una de ellas, incluso, quien pensaba que el único obstáculo para Magaña sería que junto a él compitieran otras candidaturas más fuertes, más “areneras”. Finalmente, Arturo Magaña quedó fuera de la contienda del 28 de febrero de 2021.

Por su parte, Mayorga y Escalante han continuado reclamando que sus procesos disciplinarios de expulsión se han mantenido estancados por más de un año. Erick Salguero, nuevo presidente del Coena que llegó a sustituir a López Davidson, dijo en una conferencia de prensa convocada para el domingo 5 de julio pasado que cada autoridad partidaria tiene independencia interna y que los procesos de los disidentes se resolverán ya sea en el Tribunal de Primera Instancia, por su expulsión, o en la CEN, para atender los temas de inscripción.

La reelección en 2021 está bloqueada para los disidentes.

El alcalde emproblemado

“Por allí salió uno con una planilla de desconocidos”, respondió Ernesto Muyshondt después de que se le preguntó si ya sabía que tenía un competidor al interior de Arena para obstaculizarle su candidatura a la reelección. A Ernesto Muyshondt no le cayó en gracia la inscripción de su nuevo contendiente: Francisco Manzur. Y no le pareció bien porque Manzur, en un principio, anunció que pretendía inscribirse como precandidato para buscar una diputación en San Salvador con Arena. Lo anunció en sus redes sociales y luego trató de no dejar huellas de lo dicho. 

Manzur entonces se enfiló hacia la CEN arenera para inscribirse como precandidato a la Alcaldía de San Salvador, por lo que obligará a Muyshondt a competirse los votos de las bases areneras el sábado 25 de julio, el día que escogió el partido para hacer sus elecciones primarias. Muyshondt dice que no le preocupa la preferencia de los electores areneros, que asume que la tiene a su favor, pero sí por lo que puedan hacer las autoridades con el sistema de votaciones, que por primera vez será electrónico.

Durante su administración, Muyshondt ha mantenido en ocasiones un discurso confrontativo con las autoridades de Arena o con figuras prominentes dentro de este partido político, como Javier Simán, quien compitió contra Calleja en la elección primaria de 2018 para elegir la candidatura presidencial. De hecho, como suele pasar desde el último lustro, los escenarios de esos conflictos han sido las redes sociales, en donde en público se han liado. Allí se han registrado los pleitos que ha tenido Muyshondt con Simán y también ha quedado patente el desamarre que llegó a hacer el alcalde de la elección de magistrados de la Sala de lo Constitucional que se había quedado estancada por posiciones irreconciliables acerca de una de las candidatas propuestas por GANA. El temor de Muyshondt, según fuentes cercanas a la alcaldía capitalina, es que todo ello sea un peso en contra para que no se le permita buscar su reelección por ser, para algunos, al igual que los diputados, «un disidente».

Manzur, por otro lado, es el candidato perdedor de las elecciones internas de Arena de 2019 que ganó Gustavo López Davidson para presidir el Coena. El precandidato ha comenzado a hacer campañas de víveres en comunidades de San Salvador. La planilla de concejales que ha propuesto Manzur, sin embargo, no es tan desconocida para Muyshondt. En la planilla del contrincante del alcalde se encuentra Carolina Corpeño, que en la actualidad es segunda regidora suplente del concejo que preside Muyshondt en San Salvador.

Corpeño, pese a ser parte del equipo de Muyshondt, apoya una campaña de la Asociación Salvadoreña de Trabajadores Municipales (Astram) sobre una supuesta retención de pagos a terceros que ha hecho la alcaldía capitalina a los trabajadores y en la que acusan a Muyshondt de mentir sobre las retenciones. La regidora suplente tampoco es extraña para Manzur: ella fue parte de la planilla que Manzur presentó en 2019 para competir por la dirección del Coena contra Gustavo López Davidson.

El alcalde de San Salvador, Ernesto Muyshondt, tiene un contrincante interno en Arena que intenta quitarle su aspiración a la reelección, Francisco Manzur. Muyshondt, crítico de su partido, no está confiado con las elecciones primarias de Arena, que se harán mediante el voto electrónico. Foto Factum/Fernando Romero.

Muyshondt, al igual que los diputados disidentes, está en un laberinto frente a las elecciones del otro año. Por un lado, deberá superar la competición interna, cuando para algunos areneros ha sido un alcalde, al igual que los diputados disidentes, demasiado cercano al adversario Nayib Bukele. De hecho, el edil ha sido felicitado por Mayorga y Escalante cada vez que se celebra un evento público que junta al alcalde con el presidente, por lo que, según los tuits de los legisladores, Muyshondt es el modelo ideal de alcalde de Arena.

Pero los problemas para el edil arenero no se quedan en lo político. Muyshondt tiene sobre sí un proceso penal en el que es acusado de negociar con pandillas en la antesala de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2014. El Centro Judicial Isidro Menéndez comunicó el jueves 2 de julio pasado que decidió abrir la etapa de instrucción por el caso y que el grupo de acusados, entre los que están el exministro de Seguridad Benito Lara, el exministro de Gobernación Arístides Valencia, Paolo Luers, Raúl Mijango, Wilson Alvarado y el alcalde Ernesto Muyshondt, deberá presentarse a firmar al juzgado el 10 de julio.

Muyshondt, pese a los problemas que enfrenta, es, por el momento, el funcionario arenero mejor evaluado en encuestas de opinión como la de LPG Datos. Su campaña de tener presencia directa en su municipio le ha ganado simpatizantes, que no necesariamente son afiliados de Arena, por lo que su aspiración a la reelección sigue en entredicho.  

―¿Usted cree que tiene posibilidades con las bases areneras luego de sus críticas a la dirigencia del partido? ―preguntó el periodista a Muyshondt frente a la edificación en construcción del mercado Hula-Hula, en el centro de San Salvador, el jueves 2 de julio.

―Yo siempre voy a ser crítico de las malas decisiones de mi partido, aunque no les guste a algunos. En un partido democrático la crítica debe permitirse, a mi juicio. Yo sé que las críticas no son bien recibidas por varios, pero lo hago con el ánimo de que se corrija. Espero que Arena cambie de rumbo para que volvamos a ser una opción nuevamente ―respondió el alcalde.

Las elecciones por voto electrónico han despertado todavía más la desconfianza de algunos precandidatos. Incluso los disidentes, que quedaron fuera, no tienen opiniones favorables. Muyshondt dijo que está a la espera de garantías de que estas elecciones no serán manipuladas y, al contrario, serán transparentes. Salguero respondió a esas inquietudes y dijo que el partido pondrá a disposición todos sus canales de comunicación para que cualquier persona pueda presenciar la transmisión en directo de las votaciones. El presidente de Arena aclaró que la decisión de hacer elecciones por voto electrónico es para evitar las aglomeraciones de correligionarios y reducir los riesgos de contagio del nuevo coronavirus y la enfermedad COVID-19.

Salguero dio estas explicaciones en la misma conferencia de prensa del 5 de julio. Horas antes había estado en una reunión de trabajo con alcaldes areneros para replicar las medidas de combate al coronavirus que ha ejecutado el alcalde de Soyapango, Juan Pablo Álvarez. Estaban alcaldes como Rigoberto Mejía, de Chalatenango; Milagro Navas, de Antiguo Cuscatlán; y Roberto d’Aubuisson, de Santa Tecla, entre otros. Ernesto Muyshondt, el alcalde del municipio con más contagios en el país, no estaba presente.

―¿Lo invitaron? ¿Por qué no está aquí? ―cuestionó el periodista a Salguero.

―San Salvador estaba invitado. El alcalde de San Salvador se disculpó.―respondió el presidente del Coena.

―¿El partido Arena considera al señor Muyshondt un disidente?

―Por supuesto que no.

***

Un día antes de la publicación oficial de la lista de las precandidaturas areneras, Felissa Cristales recibió la respuesta a su inscripción por parte de la CEN: “Esta comisión notifica a través de la presente acta que los resultados de su evaluación a la aspirante Felissa Guadalupe Cristales Miranda no han sido satisfactorios, por cuanto no ha sido aprobada su postulación para participar en las elecciones internas que celebrará Alianza Republicana Nacionalista (Arena) el día veinticinco de julio de dos mil veinte”.

La notificación está fechada a las 10:15 de la mañana del viernes 3 de julio y tiene la firma de José Ramón Sanfeliú, miembro de la CEN. Cristales reaccionó publicando un video en su cuenta de Twitter en el que dijo que “ya esperaba” que no sería tomada en cuenta para participar como candidata por Arena en 2021. La diputada, además, informó que no va a renunciar y coronó su publicación diciendo:

“Les voy a seguir sacando las verdades, ahora más que antes”.

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5 Responses to “El laberinto sin salida de los disidentes de Arena”

  • Un aspecto sigiloso pero letal, que ignoro porque los medios no lo abordan, es el tema del fuero. La disidencia partidaria es algo muy común en nuestros ámbitos de corrupción, pero notoriamente, sí la sociedad tendría un ojo analítico objetivo, podría enterarse que la disidencia nunca es para retirarse del cargo público, sino, es para moverse a un sitio donde se siga conservando el fuero. Renunciar al cargo y volver a la vida civil, es renunciarle; es decir, inmolarse. También en este actual Ejecutivo se están empezando a mover algunos cargos que no poseen Fuero con destino a nuevos cargos que, si lo poseen, aclarando que dichos cambios de darse también son inconstitucionales. Esos movimientos en el ejecutivo, admirablemente coinciden con aquellos funcionarios que han obviado presentar sus declaraciones de patrimonio. No es ninguna casualidad que funcionarios, diputados señalados de grandes casos de corrupción como traición al estado, ahora se perfilen para optar al PARLACEN, obviamente con el fin de blindarse el mayor tiempo posible. Inclusive, hay una locutora de radio involucrada en casos de corrupción de un ex presidente confeso, judicialmente probado y condenado, quien recibía dineros de parte de ese expresidente, y que ahora la están considerando para llevarla al PARLACEN. Usted cree que, ¿es una vaga casualidad? De lo que, si queda claro, es que dicha conducta es completamente nauseabunda.

  • Feliz tarde. He leído el articulo sobre los disidentes de ARENA, es muy excelente la información brindada y aclara muchas inquietudes de los re-acomodos políticos en la AL y en el Órgano Ejecutivo.

  • Lo que este personaje no menciona es que, independientemente que este o no de acuerdo con lo que el partido que la puso ahi, su personalidad es de una persona TRAICIONERA y que por mas que quiera justificarse asi lo vemos muchas personas .
    Que mejor busque otra forma mas decente de ganarse la vida porque hoy por hoy los diputados son considerados como ratas, abusivos, conveniencieros, se prostituyen con el mejor postor y viven , como parasitos, de nuestros impuestos

  • Sean cuerdos estos de la vil revista de factum,,no sean tan brutos si van a publicar algo ,por lo menos sean serios y no fanáticos saben perfectamente que los bueyes disidentes de arena no son disidentes son conejos pagados por el bukele eso es todo,,entiendan si esos bueyes buscaron la Diputación bajo la bandera de arena es porque es el único partido que tienen numeroso pueblo

  • Y así es el cuento en el cual los personajes no pueden dejar de ser lo que son. Las disidencias históricamente han sido perdedoras en El Salvador. No es que así debe de ser, sino que las estructuras económicas tienen un valor agregado por sobre el surgimiento de.conciencias individuales que se resisten a integrarse al sucio juego de la política. Normalmente, al.igual que la prensa, la autocensura se encarga de alinearse y evitar la marginación. En estos casos aun es peor, no hay mensaje a futuro. No hay empatía usufructable en los votantes. Lo único que les queda esperar es que su juventud alcance para en otros tiempos puedan seguir viviendo de nuestros impuestos.