Teófilo Córdova Delgado tiene 58 años y es originario de Nueva Trinidad (Chalatenango), municipio del que todavía es alcalde. Al menos, por unos días más. Hasta que el partido Nuevas Ideas asuma la nueva administración.
Con su gestión llega a su final un dominio de 24 años que el FMLN mantuvo en este municipio. Por eso –al igual que en el caso de Arcatao– se le consideraba un bastión histórico para la izquierda partidaria del país. Ahora, Nueva Trinidad pasa a ser gobernado por Nuevas Ideas. Seis votos fueron la diferencia y para Teófilo su partido pecó de exceso de confianza.
Bueno, creo que nos deja una lección bien importante: en primer lugar, pues, hemos ejercido una actividad democrática en la que los resultados son parte del esfuerzo que cada uno hace para la población del municipio. Ahora esperamos que los resultados se conviertan en hechos reales respecto a las ofertas de campaña de cada uno de los partidos.
En nuestro caso, no los esperábamos. Creíamos que iba a ser reñido… Eso sí, ya lo veíamos venir. De lo que no estábamos convencidos era que íbamos a tener que pasar a ser parte de la oposición en el municipio. Eso no lo esperábamos. Creo que ha sido una lección que hemos aprendido. Y la verdad es que los resultados se han revertido de una manera que ha sido con un margen bien pequeño de diferencia. Nosotros ya veíamos venir que iba a estar reñido, pero no esperábamos que fuera a estar de la manera en la que se dio.
Creo que ha habido tres factores que han sido importantes: uno es que creo que nos hemos descuidado, en parte. El «descuido» no lo digo porque hayamos hecho mal el trabajo. Nos hemos descuidado en que no fuimos agresivos en la campaña. No fuimos en la búsqueda de comprar voluntades. Eso creo que fue parte de lo que nosotros hemos… bueno… estamos acostumbrados a hacerlo, porque el partido así lo manda. Así lo exige. Y por esa razón es que nosotros no hicimos ningún tipo de trabajo en búsqueda de conseguir votos. Sí hicimos conciencia en la población de que había que mantener el equilibrio en el municipio a través de la administración por parte del FMLN. Ahora ya tenemos los resultados y tenemos que aceptarlos.
Sí. Estábamos confiados. Teníamos márgenes buenos, pero el segundo factor que ha influido mucho es que ha habido compra de voluntades. Tres ciudadanos me han compartido que sí, fueron comprados y hasta me dijeron la cantidad por la que fueron comprados. Ese ha sido uno de los factores para que el gane lo haya tenido el adversario. Y el tercer factor es que ha venido gente externa y ha trabajado muy fuerte a la población, pues, diciéndoles que el partido oficial es el que les recomendaban… y bueno, mucha gente ha ido por eso. Habría que sumarle, además, que hubo demasiada intimidación a la población de parte de los militares. Así fue como mucha gente dijo: «Yo no estoy muy motivado a ir a votar». La gente de la comunidad de Las Cuevas –que son 26 votantes que nosotros considerábamos que teníamos a favor–, no vinieron a votar porque los militares no los dejaron pasar.
También ha influido bastante el temor que le han metido a la población acerca de que nuestro candidato ya había estado en el quehacer de la administración municipal y que eso no les parecía. Se dice que eso ha sido parte de la desmotivación, pero nosotros no lo vemos de esa manera, como la gente lo manifiesta. Arcatao tuvo la misma experiencia que nosotros. Ahí era un joven, un candidato fuerte para nosotros, a quien considerábamos un candidato ganador, porque es joven y representaba los intereses de la juventud. Pero no resultó así. [En Arcatao también perdió el FMLN]. Entonces, no compartimos esa hipótesis de que la experiencia de nuestro candidato haya afectado.
Creo que todo ha sido parte de una campaña que se hizo masivamente de parte del partido oficial. Ellos tenían plata suficiente. Por ejemplo, a nosotros no se nos dio la partida presupuestaria…. la deuda política. No la tuvimos, como tampoco tuvimos apoyo de ningún lado; ningún esfuerzo externo. Entonces, creo que se han dado varios fenómenos que han permitido que se dé ese margen de diferencia [seis votos] y que, la verdad, fue negativo para nosotros. Y lo aceptamos con toda tranquilidad. No ha sido el partido el que ha perdido en el municipio. Ha perdido la población que aspiraba con programas y esfuerzos que ya teníamos en el plan estratégico.
Ha habido demasiada inducción a que alguien pueda darles el voto por $10 dólares, por $20, por $50 o por $100. O sea… Ha habido de todo. Y eso significa que cuando hay negociación por un voto, se entromete la parte económica en una población, como la de nuestro municipio, que está bien afectada. Quienes manifiestan que han tenido una oferta son aquellos que, en alguna medida, no tienen dinero, pero se echan los tragos. Por ejemplo, ahora he tenido esas aseveraciones de parte de gente a la que le gusta el trago. Y que les decían: «Mire… no puede despreciar diez dólares. Le va a ir bien, porque va a tener para echarse sus ‘tapis’». Y bueno, eso yo creo que ha sido parte. Y gente a la que considerábamos nuestra, dice que ha votado por el otro porque se comprometieron y debían demostrarle a sus vigilantes de que sí, estaba hecho el voto para ellos. Esa era la manera de cumplir con la misión que les habían encomendado. Entonces, creo que eso ha sido no solo aquí, en la zona baja; también ha sido en la zona de Nueva Trinidad. Instalaron canopis con la intención de convencer a la gente y que de ahí se trasladaran para el lugar donde les tocaba emitir el sufragio, ya manipulados por ellos. Esto es algo que se dio y de lo que nunca se había hablado.
En parte, lo veo que no. Le decía lo de Arcatao. Ahí tenemos la misma experiencia. Iba un joven que, realmente, para nosotros era el que llenaba la aspiración, especialmente en el sector joven. Pero realmente no fue así. No veo que haya sido tanto el candidato, sino que esto ha sido otro fenómeno. Arcatao era un bastión al que le tenían ansias de ganarlo y, la verdad, es que les ha costado. Entonces, creo que más que culpar candidaturas… En la previa a las internas, nosotros hicimos la consulta y la verdad es que era una numerosa cantidad de población que aspiraba a que fuera quien terminó siendo elegido. Desde ahí comenzamos a ver que él (José) era la persona idónea.
No. Era para los simpatizantes. Los afiliados fueron los que tuvieron la oportunidad de dar el voto para la parte de las internas. No podían ir otros. Pero esta consulta sí se hizo general, con todos los simpatizantes: afiliados y amigos que nosotros consideramos que sí han dado el voto en otras ocasiones… y que esta vez siempre lo mantuvieron. Como le decía, la diferencia fue mínima. Fueron seis votos. Eso significa que el caudal sí fue bueno. Lamentablemente, la mala suerte es que no fue lo suficiente como para haber ganado.
Dos, quizás, podría mencionar: el nivel de confianza que tuvimos en la población que ha simpatizado siempre. Nos atuvimos. Y también el fenómeno que se dio de que pusieran como número uno a la N. Creo que eso tuvo una fuerza determinante. Y lo digo convencido, porque esta gente de la que manifiesto que estaba convencida –gente de la tercera edad– y diciéndoles, a la hora de ir a votar, que querían que votaran por Nayib. Cuando se decía: «Mire, pero es que Nayib no es candidato»… Entonces respondían: «Ahh… no. Pero por la N».
Exactamente. Es el fenómeno de cómo hicieron la campaña. Cómo estuvo dinamizada. Y desde el tema económico: ¿a quién estuvo inducido? La gente no iba convencida de votar por el candidato que va a gobernar el siguiente período municipal. Iban pensando en la N de Nayib. Y ante eso, nuestra campaña no fue dirigida en ese rumbo. Nosotros pensábamos que teníamos el nivel de conciencia ya impregnado en la población. Y, en segundo lugar, no contábamos con recursos para decirle a la población: «Mire… aquí tenemos… por si alguien necesita». Eso no lo hemos acostumbrado; ni tampoco lo vamos a hacer.