El show de la transparencia

1195 Vistas |  4

Lo saben en los mercados quienes compran y regresan con menos. Lo saben los que se fueron y regresan deportados porque la quincena de 150 dólares que tenían acá es una miseria. Lo sabe el mismo presidente que se desespera porque parte del rebaño le está desconfigurando la secta. Y lo sabe el Fondo Monetario Internacional, que confirma la urgencia de El Salvador para no irse a la quiebra.

El potencial acuerdo se mantiene, confirmó el FMI. Por lo tanto, se mantiene la ilusión del salvavidas que tanto ansía el gobierno. Pero hay más: las negociaciones han progresado, según comentó uno de los voceros del Fondo en un comunicado reciente.

Y eso preocupa. No porque el Fondo entregue dinero a El Salvador si no porque lo entregará, si al final ocurre, a un país que le miente a la cara.

Y las consecuencias, como veremos, irán más allá de prolongar este engaño continuo en el que se han convertido los gobiernos de Nuevas Ideas.

Según el Fondo, las autoridades salvadoreñas se han comprometido preliminarmente a mejorar la gobernanza, la transparencia y combatir la corrupción.

Nada de lo que hemos visto hasta ahora, en los primeros cinco años o en este segundo periodo ilegal, nos hace pensar que el gobierno de Bukele está preparado para decir la verdad, ser transparente o siquiera legal. Nada.

Las pruebas están en el Ejecutivo, que quema millones de dólares sin que la población sepa en qué se gasta su dinero. El Organismo de Inteligencia del Estado, por ejemplo, gastó 22 veces más de lo que la Asamblea Legislativa le aprobó en 2023.

¿Ha habido rendición de cuentas? Nunca.

Ni hablar de la cantidad asquerosa, y desconocida, que este gobierno despilfarra en autopromocionarse y hacerle creer a la población que todo estará mejor. Tony Saca y Mauricio Funes, paladines de la propaganda y la opacidad, estarían orgullosos.

El Instituto de Acceso a la Información Pública, para colmo, se convirtió en una sucursal de Nuevas Ideas, con nulas posibilidades de que haya transparencia en la función pública.

El Fondo menciona que los acuerdos preliminares dependen de propuestas legislativas. Y ahí, precisamente, es donde todo se termina de torcer.

La actual Asamblea Legislativa, controlada casi en su totalidad por Nuevas Ideas, ha demostrado ser un gran ejemplo de la corrupción y opacidad que caracteriza al bukelismo.

Tuvieron que ser descubiertos, acorralados, exhibidos, para que finalmente reconocieran que mantuvieron los privilegios y la fábrica de empleos que tanto criticaron en el pasado. Para hacer lo mismo que antes hicieron Arena y el FMLN.

Pasaron semanas de silencio. Finalmente esta semana la bancada cyan salió a dar explicaciones con la plana ya hecha, homogénea, calcada, como cualquiera cosa que reproduce esa legión de autómatas.

Y resulta que el acuerdo con el FMI depende ahora, si decidimos dar por válida la versión apagafuegos de Nuevas Ideas, de un Órgano del Estado dirigido por 57 diputados y diputadas que le esconde información a la población, que malgasta el dinero de la población y que es asesorado por un ejército de creadores de contenidos, fotógrafos, camarógrafos y sostenedores de teléfonos.

Y el problema, al final de cuentas, no es solo que le vean la cara al FMI o que desconozcamos las condiciones de las negociaciones políticas que están detrás de la búsqueda de un acuerdo.

El verdadero problema es que ese préstamo no lo pagará Nuevas Ideas, sus títeres en la Asamblea o los fotógrafos que los asesoran. No lo pagará nadie de Casa Presidencial o en Los Sueños. Lo pagará usted, que ya está hasta el cuello.

Deja un comentario

Your email address will not be published.