La apuesta gubernamental de entretenimiento para este 15 de septiembre, usada desde hace décadas, funcionó: el ejército fue venerado.
Aviones con estela de humo azul y blanco.
Aplausos.
Carros blindados con metralletas.
Aplausos.
Fuerzas Especiales que apuntaban con sus fusiles a la audiencia para mostrar su destreza militar.
Más aplausos.
Al final del día, y después del cúmulo de aplausos callejeros, el presidente de El Salvador anunció que buscará la reelección. Porque ahora, pese a lo que literalmente dice la Constitución, el sistema judicial que él diseñó se lo permite.
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