¿Será este el último disco de M.I.A.?

Mathangi “Maya” Arulpragasam (aka M.I.A.) es una de mis artistas favoritas desde que escuché la canción “Bucky Done Gone” (del disco “Arular”) en 2005. Aquello no fue solo por lo refrescante que de su existencia dentro de la industria pop, sino porque también ha sido un personaje que, dueña de una agresividad bastante peculiar, ha roto brechas. Es esta misma agresividad —muy a lo ‘enfant terrible‘— lo que la convierte en una figura bastante impredecible.

El pasado 9 de septiembre vio la luz su nuevo disco “AIM”, quinto álbum de estudio de la artista inglesa. El material fue producido junto a Blaqstarr, Diplo, Skrillex y la misma M.I.A. En los tres años que han pasado entre sus dos últimas producciones, M.I.A. es más conocida por sus travesuras públicas que por sus producciones en sí. Desde el famoso incidente del Superbowl, sus pleitos con su disquera, sus declaraciones sobre Kendrick Lamar, Beyoncé y el movimiento Black Live Matters, la demanda del Paris Saint Germain y así va la lista.

A esto le podemos sumar que, a pesar de la capacidad que tiene M.I.A. para introducirse al mainstream (recordemos el éxito que alcanzó con “Papel Planes”), no todo lo que ella “toca” se convierte en oro y, a veces, su interés o esfuerzos por revolucionar o diferenciarse la traicionan y su trabajo queda como eso: esfuerzos.

Por ello, M.I.A. ha creando álbumes interesantes, pero con muy poco peso en el público que gusta de música fácil de digerir.

Ahora bien, regresando al disco  “AIM”, pareciera un disco lanzado a regañadientes por la artista. El álbum (en su edición deluxe) tuvo una campaña de expectación basada en el lanzamiento de seis sencillos, de los cuales, cuatro son de su propia producción audiovisual (uno de los fuertes de MIA): “Broader than a border” —que incluye el tema “Swords” (número 15 del álbum)—; “Boarders”, “Go off” y “The new internacional sound” pusieron la barra bastante alta sobre qué podíamos esperar del disco, pero esta se fue bajando cuando salieron los singles “Bird song” y “Freedun” (junto a ZAYN). Y para el momento en que el álbum de 17 temas estuvo por fin disponible (estrenado el 9 de septiembre de 2016), te das cuenta que ya habías escuchado lo más interesante, salvo un par de temas más, como “A.M. P. (All my people)”, “Visa” y “Talk”.

“AIM” no nos está regalando algo que no conozcamos de M.I.A. Se trata de un álbum que tiene la mezcla de ritmos, melodías y sonidos de la región de Asia —Pacífico mezclados bases hip hop, dance, R&B, reguetón, etc.—; y resulta interesante verla explotando la identidad identificada a raíz de sus viajes para reencontrarse con sus raíces familiares. Sin embargo, a diferencia de lo logrado en “Matangi” (2013), “AIM” carece de coherencia o sentido de canción en canción. No cuenta una historia ni te hace sentir que vas por un camino en sí. Pareciera que en realidad “AIM” es un disco lanzado a regañadientes y para cumplir compromisos con (la disquera) Interscope-Polydor; o pareciera que en lugar de reinventarse como artista, M.I.A. simplemente está más enfocada en utilizar su música, plataforma y recursos para hacer eco en pro de las causas sociales que ha acogido, como la crisis migrante.

“Maya” Arulpragasam dijo en una entrevista que ella no tenía intenciones de hacer una carrera en la música, sino que estaba más interesada en la moda. Sin embargo, encontró en la primera una plataforma más abierta y práctica para expresarse. Con “AIM”, lastimosamente, el mensaje no fue muy claro. Se cree que este es el último disco de “MIA”. Yo estoy bajando santos para que no…

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#Música