La conocida seducción de Marc Anthony en El Salvador

Como parte de su “Legacy tour”, Marc Anthony visitó nuestro país el pasado sábado 11 de agosto con un concierto en el Estadio Jorge “Mágico” González. Similar a visitas anteriores, el salsero boricua cautivó a su público –mayormente femenino– con un nostálgico repertorio de éxitos y covers. 

Fotos FACTUM/Gerson Nájera


Ni la calurosa noche o las largas filas fueron impedimento para que el pasado sábado miles de salvadoreños llenaran el “Mágico” González, pues esperaban al que para muchos es ya un ídolo –no solo de la salsa, sino de la música pop– en tiempos modernos: Marc Anthony.

Desde inicios de la noche, parejas y grupos de amigas, en su mayoría, rodeaban el estadio. El peso de la presencia femenina fue innegable, y su entusiasmo poco o nada disimulado.

Salsalvador All Stars se dio a la tarea de calentar motores entre el público, previo a la actuación principal. Con invitados del calibre de Nory Flores y Prueba de Sonido, dedicaron una hora a la música salvadoreña en una modalidad más inspirada por ritmos del Caribe. Sorpresiva resultó la voz de Salvador “La Choly” Alas, conocido locutor nacional que presentó en vivo su canción: “Creo en ti”, sin nada que envidiarle en desempeño escénico a otros artistas del género.  

Marc Anthony entró en escena como si entrase a su casa, porque habla en el idioma que sus fans (mujeres, mayoritariamente) que lo conocen bien: el lenguaje de la seducción. Coqueto, entre canción y canción, obsequió a la audiencia una mirada perdida en el horizonte, un gesto deliberado para limpiarse el sudor, o deshacerse de su blazer negro con ímpetu. Estos gestos drámaticos fueron recompensados por gritos y chiflidos en una dinámica que, más que carismática, resultó bastante predecible. El artista estuvo ahí para cumplir con el rol de latin lover sin mayor ceremonia, pero con la bendición del público.

Esto no quita mérito, por supuesto, a su ya conocido talento vocal y arreglos memorables en la memoria pop. Durante hora y media, el “Mágico” se movió al ritmo de éxitos como “Qué precio tiene el cielo”, “Ahora quién” y “Vivir lo nuestro”, frente a una audiencia que coreaba entusiastamente cada palabra. Con algunos saludos intercalados entre canciones y cumplidos a la energía que decía no esperar esa noche, el salsero brindó hora y media de energía musical, y bajo los gritos de “otra, otra”, un cierre con sabor a victoria, al interpretar “Vivir mi vida”.

Fue un show adecuado para un cantante que poco necesita reafirmar su estatus como figura popular, un artista inteligente para mantener a su público cautivo y contento, aún en países como el nuestro, destino infrecuente para grandes luminarias.

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#Música