«En El Salvador la gente es muy talentosa, pero falta disciplina»

Pedro Guardado tiene 27 años y es el baterista y productor de Pujahca, una banda multinacional establecida en Argentina. Pedro es salvadoreño y durante una reciente gira promocional con Pujahca visitó a su país de origen. Esta agrupación se hizo famosa en la prensa de argentina debido a que quedó en segundo lugar de un programa televisivo llamado «Camino a Abbey Road». 


Desde varios ángulos, Pujahca es una banda llamativa. Aunque fue ensamblada en Argentina, sus integrantes proceden de diferentes países. Hiram Maldonado, el vocalista, es boricua; Pyry Henrik Ihonen, el tecladista, finlandés; y Víctor Salcedo, primera guitarra, colombiano. Mientras que la segunda guitarra, Joél Ramírez, y el bajista, Jonatan Marasciuolo, son argentinos. Esta alineación se completa con un salvadoreño llamado Pedro Guardado, quien tiene a su cargo la batería y la producción.

Según explica Guardado, «Pujahca» significa “puya”, el estímulo de algo que te activa; y que se fusiona con “Jah”, el creador. «En todo lugar buscamos estimular al público. ‘Pujahca’ es de algo vivo, porque ahí ves energía, ves pasión, ves esa cosa».

La banda recién participó en el programa televisivo argentino «Camino a Abbey Road», un certamen de rock que lleva a la banda ganadora a grabar a Abbey Road Studios, el mítico estudio donde The Beatles grabó casi la totalidad de su discografía. Esa experiencia confirmó que Pujahca tenía algo especial. De 5 mil bandas inscritas inicialmente, la agrupación de Pedro fue una de las 40 seleccionadas para concursar. Luego llegó un corte que dejó a solamente diez y, finalmente, la banda se coló entre las tres finalistas. Lograrían el segundo lugar y eso les valió para figurar en el mapa de la industria musical argentina, entre otras cosas.

El grupo está embarcado en la promoción de nuevos temas. Dos de ellos («Oportunidad» y «Tal para cual») suenan en algunas radios salvadoreñas. Dicha promoción fue el motivo principal para entrevistar al baterista salvadoreño. 

Pedro llama una hora antes de la entrevista programada. Se disculpa, pues su carro tuvo un problema mecánico que lo hará llegar 15 minutos tarde. Finalmente, aparece acompañado de Hiram, tres minutos antes de lo anunciado. Subraya sus disculpas. Este dato sería fortuito si Pedro no fuera un obsesionado de la disciplina y del compromiso. Lo dice la pulcritud de su ropa; su corte de cabello y barba al día. Y es la constante entre sus dos mundos musicales: el secular y el cristiano, donde siempre exige profesionalismo. 

De ello dan cuenta los videos del programa «Camino a Abbey Road» que están disponibles en YouTube. Pedro no pasa desapercibido en su rol. Lo destacan jueces de «alto level», como él dice, que van desde Miss Bolivia, hasta integrantes de bandas legendarias como Riff y Los Auténticos Decadentes.

¿Cómo llegó este salvadoreño a ser batero y productor en Argentina? En su adolescencia descubrió su curiosidad por el sonido. Siempre se ofrecía a armar y setear las consolas y bocinas en los eventos del colegio donde estudiaba. Paralelo a esto, también tocaba la batería. Al terminar el bachillerato inició estudios en Ciencias de la Comunicación, pero su verdadero interés estaba en una ingeniería de sonido online que estudiaba con una academia argentina llamada CTA. Luego de eso apareció la oportunidad de ir a estudiar a aquel país. La decisión no fue fácil. «En ese año, lastimosamente, falleció mi mamá. Fue un golpe bien difícil porque mi abuela, que fue con la que me crié, había perdido a su otra hija –o sea, mi tía– hacía dos o tres años antes. Y después se murió mi mamá. El único que quedaba era yo», rememora.

Entonces decidió apostar por la música y se mudó a Argentina. «Allá llegué a lo vale chonga. Me fui con 18 años. Fue heavy porque llegué y es otra cultura, otro hablado, otra forma de manejarse, otra cosa totalmente distinta a acá. Lo peor de todo es que yo no conocía a nada ni nadie. A esta edad ya lo pensaría dos veces… en volverlo a hacer», cuenta, entre risas. 

Pero la confirmación de que su elección era correcta llegó con la primera visita a un estudio profesional. «Le voy a hacer huevos», cuenta que pensó. De ese periodo recuerda: «Pasaron muchos procesos, muchos momentos en los que quise volver, en los que me sentí muy solo». Dos años después estaba graduado como ingeniero en sonido e intentó empezar a estudiar batería formalmente. «Me metí a la universidad de música de Rosario [ciudad portuaria de Argentina] y me pasó una cosa bien curiosa: uno de los profesores de ahí, que había estudiado en Berkeley, me dijo: ‘yo a vos no te puedo enseñar ya más nada’. Al principio fue chocante y luego fue como ‘¡wow!’», comenta con satisfacción. 

Pedro no cree en fórmulas mágicas ni en golpes de suerte: «Yo aprendí mucho más en la calle de lo que aprendí en la universidad. Al año, comencé a conocer a muchas personas del medio artístico. Me iba a meter y les decía: ‘Hola. Soy Pedro y te hago sonido gratis’. Si era una banda nueva le decía: ‘Te hago la mezcla gratis, te grabo gratis’; ‘vos vení, confiá en mí, te hago el sonido gratis’. Así comencé a hacer mi nombre. Posterior a eso, cuando comenzaba a tocar con banda, la gente veía algo diferente, algo que les llamaba la atención. No es que soy el prodigio, pero veían algo diferente. No es nada místico ni nada, sino que simplemente disfruto lo que hago. Cuando me siento en la batería, pongo todo de mí. Entonces el disfrute la gente lo siente. Entonces, siempre digo: ‘vos transmitís lo que sos y lo que tenés’. Si no tenés nada, no vas a transmitir nada».

El salvadoreño Pedro Guardado es el baterista de la banda Pujahca. Foto cortesía.

Pedro también se desempeñó como profesor de batería. Y aunque prefiere dar clínicas o master class, el paso por la docencia le dio la gratificación de recibir agradecimientos de músicos que luego triunfarían con sus propios proyectos. 

Y como la instrucción formal en la batería no resultó, cambió de ruta: «comencé a buscar profesores y tuve la oportunidad. gracias a Dios. de conseguir profesores como el baterista de Diego Torres, el baterista de David Bisbal. Todos esos profesores comenzaron a enseñarme a mí. Bateristas de sesión. Justo cuando empecé a hacer eso, encontré mi vocación de lo que soy ahora».

Dentro de su etapa de sesionista, Pedro también comenzó a producir a otras bandas. Así fue como empezó a trabajar con bandas como Aposento Alto, un grupo de hip hop que inició su proyecto con  el sonido de una banda en vivo. «Es gente que mueve a 60 mil, 70 mil personas en sus shows; gente de otro level que me empezaba a contratar. Es más, regresando a Argentina me voy de gira con ellos», detalla mientras me sugiere buscar sus videos. 

Esa también fue la etapa también en la que llegó al proyecto Pujahca: «Hiram tiene una compañía de arte allá. Tienen de todo. Hacen obras musicales, producen obras musicales, bailes de todo tipo. Esa compañía de arte también tiene una parte musical, y este chico –que es de Finlandia–, el guitarrista –que es de Argentina–; y el vocalista –que es de Puerto Rico– estaban en la organización. Ellos llegan a Rosario y me dice un amigo: ‘mirá, viene una compañía de arte que tiene esto, esto y esto. Hacen hip hop. Si querés, andá a conocerlos’. Y fui a la inauguración. Conocí a Hiram, que es el vocalista, y entablamos una conversación muy buena. Me contó de Pujahca, que tenían temas armados y que estaban buscando quién los produjera. Yo le dije que podía hacerlo. Y así fue que empecé a producirlos». 

Pedro comenzó a producirlos desde cero. La banda tenía ya un EP y tres canciones. Él produjo entonces un tema llamado “Nuevo tiempo” y otro llamado “Fiesta con mi gente”.

«Grabé, mezclé y mastericé. Luego les dije que íbamos a subir el nivel. Yo, para ese tiempo, ya conocía a mucha gente del medio; ya conocía muchos estudios importantes en Buenos Aires, estudios donde grabó Cerati, Enanitos Verdes, Rata Blanca. Ya empezaba a codearme en el medio. En ese tiempo empezaba todo este rollo bastante serio. Comenzamos a buscar buenos estudios, a grabar las cosas como deben ser», recuerda Guardado, quien además informa que la banda va a sacar un CD de 10 o 12 temas, de los cuales ya publicaron cuatro sencillos.

Así, con ese camino recorrido, fue que apareció la oportunidad del programa televisivo «Camino a Abbey Road». Pedro lo reconoce como «un antes y un después para la banda». De las tres agrupaciones que llegaron a la final, Pujahca terminó en el segundo lugar. «Nosotros creemos fuertemente –y mucha de la gente que vio el programa también– que ganamos, por cómo se vio todo; porque el programa buscaba una banda que fuera vendible y que hiciera una canción. Y nosotros nos fuimos por ese lineamiento. No importa. ¡Con el diario del lunes uno habla lo que quiera! Pero nosotros, desde adentro, sabemos que ganamos. Ellos querían a alguien de Argentina. Pasó Abbey Road, quedamos en segundo lugar y, para nosotros, fue como una puerta al mundo», explica convencido.

Pedro no rehuye a opinar sobre la música local con honestidad. Ante mi comentario de no tener la intención de ponerlo en una posición incómoda al hablar sobre esto responde: «No, no es una posición incómoda. Creo que hay críticas constructivas y críticas destructivas. Yo intento que mis críticas sean constructivas», explica Guardado, quien además añade que su objetivo es transmitir a El Salvador todo lo que aprendió fuera del país allá. «Mi objetivo no fue irme y decir: ‘¡El Salvador ahí que vea qué hace’. Tengo amistades que hubiesen sido los mejores músicos del planeta y no lo son porque no tienen la preparación y no tiene la motivación que yo alcancé al irme allá. Más que el conocimiento, me interesa transmitir la motivación; decir: ‘ey, viejo, yo estoy trabajando en música a tiempo completo. ¡Se puede!», comenta Pedro, a manera de exhortación para los músicos locales.

A la hora de profundizar en el análisis de los problemas que dificultan el desarrollo de la escena salvadoreña, el percusionista y productor de Pujahca demuestra que no es alguien que se guarde las críticas constructivas que dice poseer.  «Soy muy crítico de lo que se hace acá, incluso de lo mío. Acá hay mucho talento. Y muchas otras personas de allá de Argentina te lo van a decir. En El Salvador la gente es muy talentosa, ¿pero qué le falta? Disciplina. Le falta también responsabilidad. A los músicos con los que he tocado acá los requiero. Son amistades. Tienen excelente técnica, excelente groove, excelente puesta en escena, pero son indisciplinados, irresponsables. Afuera te pasan las canciones tres semanas antes, el día del ensayo llegamos y ensamblamos. Media hora, salió el show. Ya está. No es que vamos a aprender canciones. Y acá vos vas a las salas de ensayo y… ‘¿qué tono era, cómo era tal acorde?’…  O pasa que llegamos tarde a todos los lugares, a los ensayos. Sí, vos podés decir que la trabazón, que el trabajo, etc., pero no es excusa. En Buenos Aires son millones y millones de personas y hay más trabazón, pero la gente llega temprano igual. La gente se lo toma con responsabilidad. ¿Qué le falta al músico salvadoreño? Más que capacitaciones, falta disciplina», explica.

Al profundizar sobre este tema, Guardado mencionó también que ni la industria ni la prensa va a apoyar a gente a la que le interesa hacer covers. Mencionó que es importante la paciencia y aprender del proceso. «Si nosotros dijéramos: ‘vamos a hacer nuestra música nacional y a morir con nuestra música; y vamos a los bares y por más que la gente no lo conozca, vamos a tocar nuestra música’; entonces la gente se da cuenta, comienza a conocer, a pedirlo en la radio y empezás a cambiar una cultura. Es un círculo. Si vos empezaste una banda pensando que ibas a hacer covers para que la gente conozca y luego meterle originales: no funciona. Porque la gente ya te conoce como la banda de covers», comenta al respecto.

En la actualidad, la banda está promocionando un tema llamado «Tal para cual», una canción que incluye un feat con El Pana, vocalista de la banda nacional Los Tachos. Pujahca tiene también el objetivo de participar en el Festival Patria Grande, que posee una larga tradición en Cuba, pues incluye a algunos de los mejores exponentes de la música latinoamericana y caribeña.

«Pujahca es multiglobal. Pujahca es inclusiva, pues incluye al talento del país que visitamos. Si Pujahca se va para arriba, va también el resto que está con nosotros. Ese es el objetivo», manifiesta Guardado.

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