Durante la última quincena de septiembre se realizará en Washington, en el auditorio del BID, un ciclo de cine Centroamericano. Se hará en alianza con el Festival de Cine Latinoamericano del Instituto Americano de Cine (AFI) 2018. El objetivo del ciclo es promover y visibilizar el gran talento y potencial de la industria del cine de la región.
La alianza del ciclo de cine con el BID y el AFI da realce al mismo. El AFI y sus festivales de cine son un instituto y eventos de fama mundial. Será una plataforma que permitirá una buena exhibición del cine centroamericano. El BID ubica el cine centroamericano en el contexto de lo que ellos llaman la economía naranja, que esta compuesta por las industrias culturales y creativas (ICC) de la región.
La economía naranja contribuyó al 10% del empleo en America Latina, unos 16 millones de trabajadores: para Guatemala representó el 3.3% de la economía, para Brasil el 2.7%. Dentro de las ICC, la industria audiovisual está compuesta por el cine, la televisión, los video juegos y la animación. Esta industria tiene un potencial enorme y podría aportar beneficios significativos para la región. Para America Latina, los ingresos fueron por US$ 124millones y 1.9 millones de empleos.
El sector audiovisual es uno en expansión en Centroamérica, cuyo valor agregado tiene potencial y debería ser relevante para las estrategias de desarrollo económico de sus países. La tecnología permite ahora desarrollar muchos de los componentes de esa industria audiovisual desde la región, para que luego los mismos sirvan de insumo a cadenas internacionales.
La industria audiovisual es la dimensión en la que interactúan ideas y modelos de negocio; emplea artistas, creativos individuales, emprendedores y empresas de todo tamaño. La industria audiovisual, incluyendo el cine, está formada a nivel mundial por cadenas en las cuales la región podría fácilmente entrar a diferentes niveles, ya que las tecnologías digitales han disminuido las barreras de entrada. Valores muy apreciados en la industria son la creatividad, la calidad y la eficiencia en la producción. Todos estos valores distinguen al trabajador centroamericano.
En los últimos años el cine centroamericano ha experimentado un despertar, una nueva era en la que este sector se ha desarrollado abriéndose lugar en los circuitos y festivales más importantes del mundo, permitiendo a la vez una recuperación de nuestra identidad y cultura. A través de producciones cinematográficas, no solo se han llevado historias y trasmitido culturas de nuestros países al mundo, si no que han demostrado tener un importante potencial para el desarrollo económico.
Entre 2013 y 2015 la región estrenó en salas de cine 113 películas nacionales, superando la producción de películas de todo el siglo XX. En 2015, en la taquilla los estrenos nacionales en Centroamérica generaron US$12 millones. Hace menos de 15 años no existía una presencia de la región en pantalla o festivales internacionales. Hoy eso ha cambiado significativamente.
La industria del cine en Centroamérica se ha desarrollado por la tenacidad, creatividad y espíritu emprendedor de sus artistas y empresarios, con poco apoyo del sector público. Sin embargo, el apoyo público es necesario para desarrollar el potencial de la industria. Los gobiernos deberían promover políticas que den el marco integral, aseguren las garantías legales, financieras y de derechos de propiedad que la industria necesita. Podrían los gobiernos facilitar el acceso a las redes internacionales, fomentar festivales, promover la cultura, cerrar brechas de percepciones y culturales, promover capacitación y asistencia técnica en los diferentes aspectos que componen la industria, etc. El papel del sector publico complementaría y facilitaría el del privado.
En el festival de cine centroamericano de Washington este mes se presentarán películas y darán fórums y diálogos con los directores de los filmes: Una noche de Calypso de Panamá, Guilas de Costa Rica, Hay un país en el mundo y Jeffrey de República Dominicana, Los Ofendidos de El Salvador, Yochi de Belice y Morazán de Honduras.
Los Ofendidos es una película dirigida por Marcela Zamora, la cual ha recibido varios reconocimientos a nivel internacional. Antes y durante la guerra civil salvadoreña, el padre de la directora, nuestro exembajador ante EUA y las Naciones Unidas, y miles de otras personas fueron capturadas y torturadas por el ejército. Este documental cuenta algunas de esas historias, la de Rubén en su voz.
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