Luego de ganarse al público guatemalteco, Bad Bunny logró nuevos adeptos en El Salvador la noche del pasado sábado 17 de febrero. “La nueva religión” es el nombre del tour que hizo escala en nuestro país y que también lo llevará a Nicaragua, Estados Unidos y España, entre otros. Su show fue una muestra de la popularidad que el trap latino ha alcanzado en la actualidad.
Fotos FACTUM/Gerson Nájera
El reloj marcaba las 9:51 de la noche. La multitud coreaba el tema: “Soy Peor”, en un intento desesperado y ansioso para que su ídolo, Bad Bunny, entregara su alma en la tarima. Y el clamor fue escuchado. Comenzó el conteo regresivo. Un juego intermitente de sub bajos mantenían los corazones al ritmo del suspenso. En medio de un ambiente nebuloso, con una tonada épica y oscura —muy propia de la estética del trap— se escuchó el famoso: “yeh, yeh, yeh, yeh”, la inconfundible firma de voz del intérprete.
Brotó de entre las columnas de humo y fuego, como una aparición infernal. Lucía un vistoso traje verde que contrastaba bien con un escenario literalmente en llamas. Sus seguidores enardecidos identificaron rápidamente la primera pista en sonar: “Tú no mete cabra”, éxito que lo hizo pegar en el verano de 2017.
Era Bad Bunny, por primera vez en El Salvador.
No pasó mucho tiempo para que la maldad se apoderara de los fanáticos. “Ya me acostumbré” fue la siguiente canción en sonar. Este era el inicio de un viaje de breves minutos al mundo de drogas, peligro y rivalidad del que habla este éxito. A donde quiera que la vista apuntara, las personas estaban estimuladas con el sonido psicodélico y lento de este tema. La gente, apoderada por esta sensación, alzaba las manos hacia el cielo, como si fuese la respuesta corporal a una alabanza cristiana. Pero en el trap las cosas funcionan de una manera distinta. El entrecruce de los dedos formaban señas de rap, mientras de forma eufórica los fans se regocijaban al gritar expresiones como:
“Clavarse a estas putas de tres en tres”.
“Diles que yo me sé tu pose favorita”.
La oferta para la noche fue prometedora. Otras canciones como la oda a la marihuana (“Krippy Kush”) o el himno del nuevo amor (“Mayores”, con la voz de Becky G en backing track) fueron de las más gustadas.
“Estoy agradecido por estar aquí por primera vez y poder cantar a mi gente linda de El Salvador. [Estoy] agradecido con todos los que apoyan al ‘Conejo Malo’, agradecido con todos los que apoyan al movimiento y a la ‘Nueva Religión’. Aquí vinimos a cantar, a gritar, a brincar, a joder, a pasarla cabrón”, dijo el artista.
El recibimiento brindado por el público salvadoreño al joven cantante de 23 años fue brutal. Habría que cuestionarse el porqué de este fenómeno, porque no se trata de la personalidad del artista, puesto que él no es carismático, ni cálido, ni tampoco tan efusivo con la gente. Para salir de la duda, había que preguntárselo a alguien más: “Me encanta demasiado Bad Bunny. Es porque me identifico con sus canciones. Querés que te digan las cosas así como son”, me respondió Astrid Quijada.
Fue así como Benito Antonio Martínez Ocasio, mejor conocido como Bad Bunny, condujo por el inframundo del trap al público salvadoreño y acreditó otro exitoso show a su reciente, pero hasta hoy, satisfactoria carrera.
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2 Responses to “Acceso al inframundo del trap con Bad Bunny”
Muy buen artículo con una fantástica información sobre Bad Bunny, uno de los hombres del momento, y su concierto por primera vez en el salvador. Gracias por la información. Un saludo.
hola bad bunny como estas quiero conocerte soy su segidora