Arranco con esa aclaración. No es el alcohol lo que me hace escribir estas líneas. Tampoco es un arrebato de ‘hipsterismo’, un deseo por contradecir lo ‘incontradecible’.
Yo confieso ante Dios todopoderoso, y ante ustedes hermanos, que es solamente un ejercicio de congruencia cuando afirmo que Ricardo Arjona no es el Anticristo, como algunos creen que es. Vaya, hasta pienso que ha tenido repetidos chispazos de artista tolerable, aceptable, agradable. Y quizás, ya si me sonsacan y me arranco algunos pocos tragos, hasta podría decir –sin arrepentimientos– que, a veces, Arjona ha sido un artista… Un buen artista.
Esa es mi “blasfemia”. Y no es una blasfemia posser, una blasfemia falsa que busca simplemente provocar. De verdad es lo que pienso.
Aceptado “el santo pecado”, lo que ahora me corresponde es defender la blasfemia contra-golpeando, al estilo Mourinho , al estilo Eminem en “Eight Mile”. Toca adelantarme al inevitable ataque del ejército de detractores de Arjona y, por ende, ofendidos por mi blasfemia. Sin culpas ni temores, debo criticar a los que critican a Arjona. Diré que los he conocido bien. Se mueven en mis concurridas arenas movedizas. Los que agarran a Arjona como piñata de sus frustraciones suelen cumplir algunos de los patrones y características que a continuación paso a detallar. Es posible que usted odie a Arjona y no cumpla ninguno de los puntos que a continuación intentaré desarrollar. Es improbable, pero es posible. Y si es así, si usted no se siente retratado en los siguiente párrafos, entonces usted tiene todo el derecho de aborrecer a Arjona. Pero si no, si es honesto consigo mismo, y sí cumple alguno de los perfiles que a continuación describo… igual, usted también es libre de aborrecer a Arjona. Porque sé que la libertad de lapidar lo que no nos gusta es una sensación muy placentera. Y mi intención no es robarle eso.
Aclarado eso, arranco:
- El típico detractor de Ricardo Arjona realmente no ha escuchado bien a Arjona. Cree que lo ha escuchado, quizás porque viajando en la coaster oyó alguna canción del chapín y se sintió indignado con alguna metáfora desafortunada. Quizás vio –y se divirtió con– algún video de burla en Youtube. Quizás leyó en twitter algún comentario despectivo de parte de alguna figura pública que sí admire. Quizás se fue envolviendo en un movimiento donde, para demostrar inteligencia, sapiencia, intelectualidad… ¡Había que crucificar de cabeza al Serrat de Walmart! Así lo exigen los dementores de la erudición.
Pero fíjese que no. Hágase un examen de conciencia y pregúntese: ¿usted de verdad escuchó las grabaciones previas a “Animal Nocturno”? Hago referencia a aquellas canciones que Arjona venía a promocionar a El Salvador en Domingo para Todos o en Súper Stereo varios vientos de octubre atrás. ¿Ubica aquel origen? ¿Usted ha escuchado un disco completo de Arjona? ¿Al menos uno? Cualquiera, el que sea… ¿Completo? ¿O es que realmente no está tan loco, como para invertir una hora de su sagrado tiempo (aunque luego sí le parezca correcto vapulear al guatemalteco con su desprecio)?
¿Usted le ha puesto atención a los créditos de discos como “Galería Caribe” (principalmente), “Sin daños a terceros” o “Historias”, por mencionar algunos? ¿Usted reconoce las percusiones de Giovanni Hidalgo, la trompeta de Arturo Sandoval, las producciones de Benny Faccone? ¿Ya vio la calidad de esos músicos? ¿Sabe usted quiénes son? ¿Sus credenciales? ¿O qué? ¿Usted es de los que sí considera políticamente correcto decir que está bien cantar Timbiriche en un karaoke fresa, pero está muy mal ponerle atención a los músicos que Sony Music le paga a Arjona? Solo porque lo rechaza…
¿Siente usted que es suficiente con tomar una pequeña muestra de medición –es decir, dos, tres, cinco, diez canciones de Arjona que ha escuchado en su vida– para llegar a la conclusión de que es una absoluta basura? Perfecto. Me parece que usted tiene un gran futuro como investigador cuantitativo en períodos pre-electorales en El Salvador.
- El típico detractor de Ricardo Arjona va a la música como va a un libro. El problema no es que usted lea; el problema es que usted no escucha.
Su crítica se enfoca 100% en la letra de la canción. A la melodía apenas la entiende. Y de la armonía y la métrica, mejor ni hablemos. Juzga a la música (popular) a través de la letra, del verso, de la prosa y de qué tan inspirados, transgresores y creativos sean los sonetos y tercetos que acompañen a la instrumentación. Encuentra en esta medición elementos para resaltar su (¿anhelada?) intelectualidad. Afirma que es un valor predominante el texto sobre los sonidos. Y habiendo decidido eso, confirma que Ricardo Arjona –con su oda a la menstruación– es un complestísimo y reverendo pelmazo.
Afirma que sus letras son bobas y repetitivas, pero indulta a The Beatles cuando cantan “She loves you… yeah, yeah, yeah”. Porque claro… ¡Son los Beatles! No importa que usted quizás tampoco haya escuchado bien a The Beatles. ¡Todo el mundo dice que son buenos! Así que deben serlo… Y así el borrego vuelve al corral.
Y no voy a contradecirlos. No voy a refutar lo irrefutable. Si su ataque se basa en una crítica a las letras de Ricardo Arjona, déjeme decirle que usted tiene razón.
Sí, las letras del ex basquetbolista son bobas y repetitivas. Pero a mí, la verdad, eso me causa poca molestia. Más molestia me causa que se busque aplicar un alfabeto a la lectura de un pentagrama en clave de Fa (por aquello de los golpes… bajos). Y que esto se haga buscando hablar con propiedad sobre lo que se desconoce.
Pienso que las letras tienen poco valor en mi escala de medición de la música popular. A la música la mido más por los sonidos que por los versos. Para medir versos como prioridad están los poemarios. Y sí, sé que las palabras poseen su propia sonoridad, pero el típico detractor de Arjona ni siquiera detecta eso. Él hace semiótica del texto en una estructura de sonidos. Pocas veces repara en ese momento incómodo, allá en la soledad de sus culpas, cuando esperando que la cola infinita para pagar el recibo en el banco llegue por fin a su fin… y se encuentra a sí mismo, tarareando una melodía de… ¡Ajá! De él…
Jamás va a reconocer –y menos en público– que quizás aquella melodía no es tan mala. La parió el diablo. Y el diablo es malo. No vale la pena hacer el tonto ante el Sanedrín.
- El típico detractor de Arjona hace mofa y le critica que utilice metáforas obvias, referencias fáciles, comparaciones baratas y elementos literarios de aspirante a escritor de primaria. Y sin embargo, cuando el típico detractor necesita desenvainar un ejemplo de “artista malo”, va a lo fácil, a lo obvio, a la referencia fácil y barata. Va a Ricardo Arjona…
Habiendo muchos artistas de corte disque’intelectual a los que –con propiedad y sin ser obvios ni predecibles– también se les podría contar sus costillas truculentas (ejem… ejem… Manu Chao, Nicho Hinojosa, Miguel Bosé, etc), van a lo fácil, al ejemplo barato… ¡Vos dale! ¡Agarrá a Arjona y dale duro a la piñata!
¿En serio no se ha aburrido aún de utilizar siempre a Arjona como su única referencia del “artista malo”? ¿Hasta ahí llega su imaginación? ¿O es que lo hace solo porque la masa del vox populli así se lo demanda, aunque usted cometa el mismo pecado? OK. Entonces usted tiene futuro como diputado de la Asamblea Legislativa salvadoreña. Postúlece la próxima vez que deban interpelar a un ex presidente acusado de cometer actos de corrupción.
Finalizo con la reiteración de lo que afirmé al principio: Ricardo Arjona no es el Antichrist. Hasta tiene canciones que me gustan bastante –la melodía de “Lo poco que queda de mí” y su arreglo de vientos; el arreglo de piano para “Tarde”; casi todo el disco “Animal Nocturno”, etc.
También reitero: realmente no estoy tan bolo, ni tan loco, ni tan sordo… por decir esto.
¿Tan solo? Quizás… Últimamente pienso que sí.
*Para leer la respuesta a esta “blasfemia”, lee la siguiente opinión escrita por Otto Meza.
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18 Responses to “Realmente no estoy tan bolo”
Orus, yo quiero ver un “mano a mano” con Paolo Lüers, jajajaja…
Muchas gracias por sus comentarios, María.
Saludos.
Le sigo la pista a esta revista y está muy buena hay historia, noticias ,cultura, música etc. , buenos hoy si se quiénes son los periodistas , felicidades a estos excelentes profesionales así se hacen las cosas BIEN, MUY BIEN .
Creo que un poco escribí esta onda de Arjona porque dejé pasar mucho tiempo sin volver a escuchar los discos que sí me gustaron.
Como que lo tenía olvidado (como me pasa con muchos artistas más de todo tipo de música).
Y de pronto volví a escuchar alguna canción de aquella época, y me puse a pensar en cómo han cambiado las percepciones de mucha gente, incluso la mía, al respecto.
Cuando estaba más joven yo era un reaccionario talibán, parecido a los que acuso en mi blasfemia.
Pero cambié, y empecé a medir las cosas de acuerdo al grado de emoción que me provocan.
Por eso es que le tengo tan poca estima a la gente con poca imaginación y que, pese a ello, se coloca en un pedestal para criticar y vapulear a lo que no entienden.
Saludos Monica.
😉
Saludos Juan.
Fuerte abrazo.
(y)
Pueda que sí… pueda que no.
Al menos me divierto un poco.
No sé si la culpa sea del marketing.
“Animal nocturno” fue un disco en el que Arjona estaba compretidísimo con Televisa y la industria mexicana de aquel momento.
Y tiene buenas canciones.
Lo mismo “Sin daños a terceros”, “Galería caribe”.
Creo que los artistas a veces como que pierden el toque, y en especial gente como Arjona, cuyas composiciones son bastante sencillas y necesitan de grandes músicos para los arreglos.
Yo también dejé de seguirlo hace bastante y poco (o nada) de lo que ha hecho sede hace mucho me ha emocionado.
Aunque mi punto no iba tanto en destacarlo a él como a un artista en la misma categoría de Serrat, Sabina, Silvio, Filio, Delgadillo, etc. (eso sería un disparate).
Mi punto es que pienso que los que lo atacan terminan pecando de lo mismo que les disgusta de él: de falta de imaginación, de repetirse, y hasta de ignorancia.
Saludos, Óscar.
Me gusta todo lo que has escrito, recuerdo tener 7 años y cantar “el Taxi”, “señora de las cuatro decadas” (que apuesto lo leen con el tono de la canción jajaja) y la verdad pese a esos suceso crecí y no me traume… es mas me gustan… no puedo decir lo mismo de la influencia del reggaetonl en la niñez actual… en fin, creo que la gente asume que si es “popular” es malo y lo exclusivo “bueno”, por eso hoy en día el booom de los “hipsterianos” y las bandas “indie” , pero la verdad la música es ARTE y el arte no debe gustar, debe hacerte sentir algo… si Arjona te produce ganas de salir corriendo, es algo… pues bueno quizas su “arte” no sea para ti, a mi NO me produce nada, asi que no lo considero “arte”.
Hace poco un amigo de Canada (que habla 10% español) me pidió que le recomendara música en español, pensé en Arjona… Primero porque mi amigo buscaba algo que sea fácil de entender y pronunciar (y a mi sus canciones me parecen narradas), ademas buscaba algo que sonara agradable y aunque todos lo nieguen sus canciones suenas bien, en fin, estoy de acuerdo en que si se critica un artista como “malo” por un parámetro, se mida igual a los demás…si se juzga a Ricardo por las Letras, que se le juzguen a todos por lo mismo, ahi quedan fusilados variooooooooooooos “grandes” “artistas”.
Aceptable tu forma de ver a Arjona, no puedo negar que mas de alguno de sus temas me han calado alguna vez, Aun que mis influencias son otras no se le quita el merito a sus producciones que siempre cuentan con grandes musicos. Saludos
Estoy con vos, Gabriela.
El punto central de mi columna va más por ese lado: que a veces me irritan más los que utilizan el ejemplo facilón de Arjona como el único ejemplo de algo malo que ocurra en la música. Me irrita incluso más que los discos malos de Arjona (que los tiene, y son varios).
Se me hace muy poca imaginación. No sé, es como usar siempre las mismas muletillas o metáforas a la hora de escribir.
Signo de que a algo no se le ha puesto mucha mente.
Saludos.
Esperamos tus próximas entregas, las apologías a Paulo Coelho, Isabel Allende, Corín Tellado, Cartas a María, el horóscopo, y por ahí un poco más bolo terminás defendiendo hasta las misivas a la carta de Paolo Luers.
Ay sí, me van a caer los ataques de los detractores, jajajaja
Ah! Pobrecito compositor incomprendido que era Arjona hasta este día en que le llegó la redención.
Yo puedo decir que durante un tiempo escuché a Arjona, y más de las “5 canciones conocidas” que pueda tener, hasta fuí al concierto…todo por una mujer… ¿qué te puedo decir? pero esa es harina de otro costal…
Con él, no es que la música sea la mala… porque la música (no las letras) es muy buena en muchos de sus discos, el tema como menciona Otto en su respuesta, es que se quedó en lo mismo musicalmente hablando, asi como el reguetton con su “pu pum pum pum, pu pum pum pum”. Yo me autoproclamo fan de Sabina y Serrat, y es chocante ver lo descarado de la imitación de estilos… pero para no parecer tan “hater” no voy a mencionar eso, para mí Arjona es para la música lo que el Real Madrid/Barcelona son para el fútbol: mucha “estrella” que de vez en cuando meten gol… de lo contrario nada más es un producto que te han metido por los ojos jurándo que es bueno…
El marketing hace lo que le toca, agarra a un fulano y le hace una carrera… con música buena o no.
Saludos
Por ahí va parte de mi argumento: la sensación de que me cause más molestia que lo agarren de piñata por pura moda o por seguir lo que dicen los demás. En muchos de esos casos, sin cuestionarse siquiera si se tiene una posición auténtica.
Tengo años de no escuchar una canción de Ricardo Arjona y no es por decisión personal. Es porque escucho otras cosas. Por eso no escribo nada de él. La mayoría de los que lo odian tampoco lo hacen, como la mayoría de los que escriben sobre Paulo Coelho nunca han leído un libro de él. Es moda odiarlos.
Te pelaste orkus saludos
Paulo*
Es mi autocorrector.
Nunca me ha gustado Arjona, pero creo que tiene absoluta razón. Arjona no es basura. Lo que siempre he dicho es que no me complace la manera en que escribe, pero no por esto voy a dedicarle horas de mi tiempo en línea para hablar mal de él o de Pablo Coelho (la otra piñata, la de niñas).
Lo que me enoja de la mayoría de los detractores de Arjona es que no tienen solvencia moral para criticarlo. Algunos escuchan reggaetón.