La mejor profesión de mundo

Según el escritor y periodista colombiano, Gabriel García Márquez, “el periodismo es la mejor profesión del mundo”. Y retomo esa frase debido a que ayer, 31 de julio, se celebró (por decreto legislativo) El Día del Periodista en El Salvador.

¿Pero qué implica ser periodista?

¿Será acaso salir en televisión, ser famoso y tener muchos seguidores en las diferentes redes sociales que existen? ¿O será, como piensan algunos, que es “dejar a un lado el conocimiento o asignaturas que son conocidas como ‘difíciles’ al estudiar, como las matemáticas y la física”? Pues no… Ser periodista implica mucha dedicación, entrega y objetividad.

Lamentablemente, hoy en día, esa finalidad ha desaparecido. En muchos casos no se cumple con la misión de esta labor, que es la de informar con objetividad y sin ataduras. Al contrario, “el cuarto poder” le da seguimiento a una línea editorial específica, o peor aún, ideológica. Es por eso que es necesario aclarar que ser periodista no solo implica tomar un micrófono, una libreta o una grabadora. Ser periodista implica profesionalismo. Y no me refiero a cursar los cinco años de una carrera universitaria, sino a aspirar como posible una correcta difusión de la verdad.

Un periodista no solo debe formarse con la universidad. No digo que esta no es importante, sino que sostengo que el periodismo implica ejercer la práctica, salir a la calle a buscar la información a esos lugares donde pocos quieren llegar, pero muchos quieren saber sobre lo que sucede ahí; lugares donde comer y descansar no son prioridades; asumir que un periodista puede tener hora de entrada pero no de salida, y que para este oficio, en muchas ocasiones, no existen días festivos ni vacaciones.

A un periodista no le debe importar exponer su vida (emocional o físicamente) al acudir a las calles, cárceles u hospitales. Incluso en situaciones de guerra, la responsabilidad es transmitir la información que se genere a nivel nacional e internacional.

Sin embargo, esta maravillosa profesión no solo implica felicidad. En algunas ocasiones genera enemigos que, si bien pueden ser personas, también pueden provenir de medios de comunicación e incluso de quienes ostentan el poder. Muchas veces ellos harán hasta lo último por callar la voz del periodista. Por eso es importante el compromiso del periodismo con su labor de informar y demostrar la ética profesional ante cualquier circunstancia que le atormente.

En ocasión del Día del Periodista, no queda más que felicitar a esas personas que muchos catalogan como “chambrosos-metidos”, pero que lo que buscan es informar de manera responsable. Felicidades a toda esa cadena de personas que no solo buscan la exposición mediática de una cámara, sino a aquellos que se encargan de la edición, redacción y producción de la información responsable y que llega a las pantallas de sus casas, radio, periódicos o  internet.

Feliz día periodista.


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