Cincuenta Sombras de Grey es pornografía barata

Seré honesta, desde que leí los libros juré no volver a escribir nada de esto; pero aquí me tienen, porque resulta que hicieron la película. Puesí, vende y qué le vamos a hacer. Escribamos, pues.
Al fin me pude deshacer de los libros. Nadie los quería. Al fin se fueron de mi vida y los he borrado de mi lista de libros leídos. Tuve que ir por relatos realmente eróticos que lograran borrar el registro. Luego viene la propuesta: “Purísima, escribí de la película. Mirá que todo mundo anda en este rollo”.

Ahí va aquella a ver la película.

Madonna dijo que es para vírgenes y antes leí un artículo sobre que los actores no tuvieron química alguna en ninguna escena. La tipa (la misma protagonista) ni siquiera quiere verla. No te culpo, mijita. Pero lo que me resultó revelador es que una mi amiga por ahí me dice:

“Fijate que le escuché a una tipa decir: Eso es pornografía barata”.

Vaya, quizás así le agarramos a la onda. Me aventuré a comparar.

Claro que consumo pornografía, ¿para qué les voy a dar paja? Lo hago bastante amateur, sinceramente. Sólo un día de calentura y falta de quién pudiera acompañarme me bastó para lanzarme a buscar alguna página en línea que me diera, sin tanta premisa, el acceso a la acción. Sin dar tantas vueltas la encontré.
Al grano, sin diálogos, sin química, sin argumento, sin música, sin nada. Nada, mis lectores, nada. Se puede ver desfilar actos coitales uno tras otro. Mujeres de todos los tamaños, las medidas. Hombres bien formados, otros que… se les agradece el esfuerzo. Pero ahí están cogiendo.

También busqué algún material que pudiera respaldar la billonaria industria pornográfica y me topé con puras páginas de católicos, evangélicos y cristianos machacando con argumentos que van desde “Te puede convertir en un degenerado sexual” hasta “Seguro que hervirás en el infierno con sólo mencionarlo”. Nada científico, nada sostenible. Aborté la idea para mejor darle una perspectiva menos moralista.

Ahora bien, voy y veo “50 sombras de Grey”. No bien habían pasado 22 minutos y lo único atractivo era la música. De verdad, estaba pensando en quiénes son parte del soundtrack. Me da en el alma darme cuenta que algunas piezas de Chopin, Bach, Rachmaninoff, Frank Sinatra están involucradas y contemporáneamente: Beyónce, Annie Lennox, The Rolling Stones, Sia y por ahí va. Sonaba bien. Eso sí le falta a la pornografía: música de peso. Punto a favor de E.L James. Sí, dice que escribe con música, la elección es gusto personal.

La iluminación es pobre en las 50 Sombras; en la pornografía, ni existe. Un punto más a favor de James. ¿Fotografía? ¿Qué eso eso en ambas? Un punto a cada uno.

Las actuaciones. Veamos, usted pone “Eduardo manospajeras”, “Abierta hasta el amanecer”, “Mujeres al borde de un ataque de miembros” (Títulos reales, basados en títulos serios) y sabrá que a nadie le está doliendo la penetración. Las actuaciones rayan en la falsedad y los límites de la inteligencia de un consumidor, pero en 50 Sombras de Grey es exactamente lo mismo. No creí nada. Ni Dakota Johnson, ni Jamie Dornan lograron que los gemidos subieran ni una pizca el libido. El mío, por supuesto. No es posible que el de la audiencia de esta película sea tan sensible que sólo escuchar el aliento de la susodicha les provoque algo. Sí que les falta coger, amiguitas y amiguitos.

Hasta el momento llevaríamos 4 para Grey, 2 para la pornografía.

Para finalizar, veamos si es tan “barata” la pornografía. Ni siquiera es pobre en historia, la primera película “pornográfica” que se conoce es la francesa Le Coucher de la Mariée, dirigida por Albert Kirchner en 1896, apenas un año después de la invención de los hermanos Lumière. Se trata de una de esas películas investidas de un particular misterio: de los 7 minutos que tardaba la cabaretera Louis Willy en despojarse de sus hábitos ante la cámara, apenas han sobrevivido dos, ocultando para siempre la desnudez de la actriz.

En cuestiones de negocios y cifras, sólo la famosa empresa del conejito: Playboy está valorada en 407 millones de dólares. La película lleva recaudados 158 millones y sólo 4 años en la vista pública. Hasta ahí llegará, lo garantizo. 2 puntos para la pornografía (en cuestión de dinero e historia).

Esto nos lleva a un empate. Desempatemos entonces: ¿arquetipos? Ambos son un desfile de meros arquetipos. Sujetos que serán “reales” en la historia y nada más. Es decir, en los dos lados se adolece de crear imágenes mentales que sólo son eso: imágenes. Ninguno se podrá calcar exactamente igual en la vida real. No podremos, simples mortales, recrearlos tal cual. No nos engañemos. Entonces, seguimos igual.

Pues, no voy a discutirte nada, amiga: 50 Sombras de Grey es pornografía barata.

*La Purísima escribe esporádicamente en CincoCeroSex.com

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