“Mi idea es regresar en caballo blanco y decir: «acá traigo lo que hice»”

Seis años atrás, la salvadoreña Cynthya Orellana tomó la decisión de mudarse a Argentina para dedicarse a la música. Actualmente vive en Buenos Aires y crea canciones bajo el nombre de Big Pony.

Fotos cortesía de Big Pony


Su instrucción musical inició tarde, a los 18 años, con largos intermedios. Uno de esos intermedios fueron sus estudios superiores. La profesión de Cynthya se desarrolla en el diseño gráfico, pero al terminar la carrera notó que no había podido aplacar su lado artístico y decidió probar suerte fuera de El Salvador.

Cuenta que los espacios en Argentina son más abiertos a las nuevas propuestas y que incluso existe rechazo a la cultura del cover.

Big Pony liberó su primer EP, titulado “Boleto de ida”. Revista Factum habló con su creadora acerca de este impulso, de su historia, su música y sus proyectos.

¿Qué es Big Pony? ¿Alter-ego o nombre artístico?

Big Pony tiene que ver con que no tuve una instrucción musical muy de escuela. Sí la tuve, pero fue básica. No soy una persona que estudió cuatro años y tiene una carrera. Yo creo que tengo buenas ideas y tengo potencial. Y con eso poco que tengo, puedo hacer mucho.

¿Cuál es el plan con tu música?

Yo tengo un plan trazado. Yo quiero vivir de esto. Por más que ahora tenga que vivir de otra cosa. Para mí, no hay plan b. Tengo que poder vivir de esto, porque me ha costado un montón y, la verdad, es lo que quiero hacer. Yo quiero disfrutar de mi vida. Mi idea es vivir de esto. Me gusta el hecho de poder componer, de poder plasmar –no sé si se puede decir eso en cuanto a sonido– y mostrar mis ideas. Creo que otra cosa que se vuelve muy atractiva es poder ser un caso vivo de que las cosas se pueden hacer y poder inspirar a otras mujeres a que lo puedan hacer. Porque veo que hay más hombres en la música que mujeres y me gusta poder representar ese lado, también.

Cinthya Orellana es una salvadoreña que, bajo el nombre de Big Pony, intenta –desde Argentina– vivir de lo que más le gusta: la música.

Tu proyecto es como solista. ¿Pensás hacer una banda o continuar en solitario?

Tengo banda ahora. La fui creando de a poco. Tengo guitarrista y baterista. Ando buscando a alguien para los sintetizadores. Nada… Es como que ya se va  formando la banda y la idea es tocar en formato banda, pero todavía estoy en una etapa en la que quiero que este proyecto siga siendo mío y componer las canciones yo, porque es muy personal. Quizá en algún momento quiera tener la experiencia de querer componer con otras personas. Eso sería en otro proyecto totalmente diferente.

¿A quiénes identificás como tus paradigmas musicales?

Siento que tengo mucha influencia de Tori Amos, Fiona Apple, Regina Spektor, Joni Mitchell, por un lado. Por otro lado tengo influencia del trip hop, de Portishead, Massive Attack, por ahí. Es como la mezcla de ambas líneas. Salvando las distancias. Ja, ja.

¿Cómo te etiquetarías musicalmente?

Me cuesta mucho. ¿Un rock alternativo? ¿Un poco alternativo? Me pongo a pensar que es indie pop, pero luego lo escucho y no me suena del todo a indie pop. Si vos me querés poner una etiqueta me ayudarías mucho. Ja, ja.

Solo hay una canción en español en tu EP. ¿Cómo elegís en qué idioma van los temas?

Es una decisión sonora en el momento. Yo no escribo la canción y luego busco ponerle acordes. No. Hago lo contrario. Empiezo a tocar acordes y digo: «¡Ah! Esto va así». La misma canción me va dictando si eso va a salir en español o en inglés. Me suele pasar que es más en inglés por el tema de que escucho más música en inglés que en español. Esa es la verdad. Tengo otros temas que no están en el disco y que son en español. No es que no me guste el español, nada que ver.

¿Qué elemento creés que da identidad a tu música?

¡Qué pregunta! Porque no te puedo decir que mis canciones tienen una marimba salvadoreña, porque no la tienen. ¡Qué fea pregunta! Ja, ja… No sé qué decirte. Creo que lo que tiene mi música por ahí es que las canciones son muy diferentes entre sí. En cuanto a estilos, no me voy por una sola línea. Por ejemplo, vivir acá me impregnó algo del folklore argentino y una de las canciones (“Battle”) es una milonga, prácticamente. Irónicamente, la canción habla de desamor. Entonces es muy raro, porque es como un tango en inglés. De ahí tengo una canción muy roquera, que no sé cómo salió eso, pero terminó así. Tengo una canción que es más un pop en español. Siento que tengo diferentes caras. Creo que esa diversidad de géneros es mi característica.

El nombre de tu EP, “Boleto de ida”, parece anecdótico. ¿Es así?

Esta es la carátula del EP de Big Pony.

No he regresado a El Salvador en seis años. No he podido. Hubiera podido el año que pasó, pero en ese momento mi prioridad era el EP. Le puse todo. [Se llama] “Boleto de ida” porque tiene que ver, en parte, con que tomé un boleto de ida, me vine [a Argentina] y no regresé nunca. Y segundo, fue una decisión que tomé para no volver atrás.

¿Cuál es la temática en este EP?

¿Te miento o no? Ja, ja. No es conceptual, son las canciones que tenés en una primera instancia y que tienen que ver con las vivencias del momento. Si hay un segundo disco, no vendría desde ese mismo lugar. Lo pensaría más como una obra y a partir de ese concepto empezaría a hacer las canciones. Eso le pasa casi que a todos los artistas. En primera instancia tienen ese compilado de canciones de vivencias o formas de pensar en ese momento.

¿Cómo vas a mover este EP?

Es muy gracioso porque me ha tocado todo a mí. No es como que una persona lo va a promocionar. La promoción de este EP la he pensado como que tengo que llegar a mucha gente y no sé si esa es una estrategia, la verdad. Ja, ja.

Big pony.

¿Cómo te ha recibido el público argentino?

Yo siento que aquí la gente apoya mucho. Siento que aprecian cuando algo es diferente. Cuando se dan cuenta de que no soy argentina, se preguntan: «¿está de dónde es?», porque no saben si soy colombiana, mexicana o de dónde.  Cuando toco y canto, siento que me lo reconocen mucho, se acercan y me felicitan. Y acá hay público para todo. Para mí, acá es genial para eso. Es una de las cosas que más me hace querer quedarme, porque hay apoyo a los músicos. La gente va a los bares a escuchar no a buscar covers sino a escuchar propuestas. Al menos la aceptación que han tenido conmigo ha sido genial. También con los músicos. He hecho los mejores amigos tocando.  Por ejemplo, ahorita estoy con otra banda que se llama Isla de Man, donde soy tecladista y llegamos al acuerdo de que ellos iban a ser mis tecladista y guitarrista. Entonces se crean estos vínculos para poder hacer los sueños realidad de cada uno. Mi idea es seguirme metiendo a más proyectos y vivir de esto.

¿El resultado final del EP era lo que esperabas?

Es lo más parecido a lo que quería sonar. Igual no lo tenía muy claro al principio. Igual vas dándote cuenta de qué cosas te gustan y cuáles no. Igual te das cuenta de que hay muchas cosas por mejorar. Y sí, estoy bastante contenta con los resultados.

¿Cuál es el siguiente paso como Big Pony?

Difundir el disco y que esa difusión me sirva para poder hacer una gira. Y quisiera empezar por Centroamérica. Mi idea es regresar en caballo blanco y decir: «Acá traigo lo que hice». O «acá se los vengo a dejar». Porque no lo veo solo como un mérito propio. Al final sos representante de tu país y regresar algo es como un tipo de ofrenda.

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