El Ático renace y evoluciona

Hace aproximadamente dos meses me enteré de que El Ático —la banda de rock experimental que apareció en la música salvadoreña a comienzos del nuevo siglo — tenía preparado un regreso a los escenarios. Y vaya que no me imaginaba el conciertazo que la banda nos daría a las más de 500 personas que asistimos el 2 de julio a Scenarium, en el centro comercial Multiplaza. Quienes crecimos con esta banda sabemos que siempre se caracterizó por sus buenos músicos. Ellos son: Argolath Larios (quien ha decidido cambiar su nombre, así que ya no lo llamaremos “Neto”) en guitarra; Nelson Maldonado en batería; y Juan Carlos “Titi” Erquicia en el bajo.


Buena música y buen show. Esa era la promesa y eso recibimos. Debo confesar que escucho a la banda desde sus inicios. Podría mencionar una larga lista de bares y otros lugares donde El Ático comenzó sus toques, pero no terminaría esta nota, porque tal y como me dijo Argolath:

“Tocábamos si era posible todos los fines de semana, donde se pudiera”.

Pero esa frase quedó en el pasado.

Esta vez, en Scenarium, sentí que viajé diez años atrás, tarareando los riffs de la guitarra y el bajo, ocupando mis dedos como baquetas y viviendo esa sensación de felicidad que otorga el placer de reencontrarse con una banda que volvió después de dos años de ausencia.

Su show fue tremendo. No solo se trató de una propuesta sonora; también incluyó audiovisuales que ambientaban perfectamente a los temas. Cuando la banda apenas entraba al escenario, un público ansioso los recibió con gritos, aplausos y también con un coro que se hacía notar: “¡Yisus, Yisus!” (Jesus, en inglés), haciendo referencia a Argolath.

El trío mostró de nuevo una sintonía y sincronización de lujo, con un repertorio de temas con una selección inclusiva: la agradable interacción con el público (fans). El repertorio musical del 2 de Julio incluyó temas como “Magma volcánico”, “Encuentros paradójicos” y “Tren Abeja”. Además, canciones como “Amanecer en el bosque de Eucalipto”, “Hombre en trance” y “Romance Biomecánico” contaron con la participación del tecladista Pedro Hércules. Y al final del concierto también se contó con la intervención del saxofonista Gerardo Álvarado, quien participó en la aclamada canción “Fuga”.

En fin, el viaje a esa magia de los inicios de la banda estaba en mi mente, pero la calidad de la producción, la puesta en escena y el talento de los músicos mostró que diez años no pasan de balde. También dejó constancia de que los dos años de ausencia les hizo regresar con un show que pone en alto el estándar de las presentaciones que son capaces de proponer las bandas nacionales.

El regreso de El Ático marca un punto importante para la banda y para la música en El Salvador, ya que la calidad del show y de los músicos coloca en un peldaño arriba al nivel de espectáculo que puede disfrutar el público con una banda salvadoreña.

El Ático volvió a demostrar todo su talento en el concierto que ofrecieron para volver oficialmente, después de dos años de ausencia. Foto de Miguel R. Lemus.

El Ático volvió a demostrar todo su talento en el concierto que ofrecieron para volver oficialmente, después de dos años de ausencia. Foto de Miguel R. Lemus.


Aprovechando el concierto, pude aprovechar la oportunidad para hablar con Argolath Larios, guitarrista de El Ático, luego del regreso:

Después de dos años de ausencia en los escenarios, ¿cómo se prepararon para este evento?

Nos preparamos ensayando…(ríe) por supuesto. Y no solo eso, sino que, siendo una banda independiente, la logística tiene mucho que ver. Hubo mucha logística en cuanto a publicidad y visitar medios de comunicación. La preparación de los visuales también fue muy importante para nosotros, ya que es un elemento que siempre hemos procurado incorporar en nuestras presentaciones. Y bueno, ensayando… definitivamente; compenetrándonos otra vez como banda. Ya teníamos casi dos años de no tocar juntos, a pesar de que siempre hemos sido amigos y hemos hablado. Pero dejar de ensayar todas esas canciones durante casi dos años… en realidad es algo complicado, porque no son canciones fáciles. Es la verdad… Y tuvimos que ensayar bastante para lograr el nivel que teníamos cuando dejamos de tocar. De hecho, humildemente creo que superamos ese nivel, incluso. Cada quien ha mejorado en su instrumento en estos dos años y espero que eso se haya visto en el concierto. Así que la preparación fue de ensayo y mucha logística. Cuando es un evento de este calibre, se requiere mucha logística también. 

Argolath Larios, guitarrista de El Ático, en pleno concierto. Foto de Miguel R. Lemus.

Argolath Larios, guitarrista de El Ático, en pleno concierto. Foto de Miguel R. Lemus.

 ¿Cómo decidieron el repertorio de este concierto?

Desde que decidimos hacer el concierto, estuvimos seguros de que íbamos a tocar todo lo que teníamos. Y, de hecho, incluimos dos canciones: “Amanecer en el bosque de Eucalipto” y “Romance biomecánico”, que teníamos quizás unos seis años de no tocar. Fueron canciones que dejamos atrás hace mucho tiempo, pero para este concierto decidimos revivirlas. No solo porque la gente las pedía anteriormente, sino porque también hubo una necesidad de retomar esas canciones, por alguna razón. Y son todas las canciones de El Ático que…. pues… Es bastante música. Si no me equivoco, tocamos casi tres horas. Entonces estábamos seguros de que íbamos a tocar todo lo que teníamos y más. Entonces eso fue lo que hicimos.

¿Qué sintieron al escuchar al público pidiendo las canciones y esa recepción?

La sensación es maravillosa siempre, por supuesto. Todo este tiempo que estuvimos fuera de los escenarios la gente seguía preguntándonos cuándo íbamos a tocar. Siempre mencionando cómo nos extrañaban, cómo extrañaban al Ático, que regresáramos… Todas esas cosas que uno siempre agradece muchísimo, porque no es solo un trabajo de esfuerzo físico y mental, sino que también es un trabajo desde el corazón. Entonces, energéticamente, es muy relevante la música que hacemos nosotros y también la que hacen los artistas que trabajan de una forma honesta, ¿verdad? Así, como con certeza, puedo decir que lo hacemos nosotros. Entones salir al escenario y obtener de inmediato esa gran respuesta de la gente fue algo increíble, sentir que cualquier duda, cualquier ansiedad, cualquier tensión, que haya habido —incluso minutos antes de subir al escenario—, una vez a uno lo reciben de esa forma, ya se disipa todo eso y uno se puede entregar con naturalidad y disfrutar plenamente el concierto. Un enorme agradecimiento a todas las personas que fueron, a cada uno de los aplausos, cada uno de los gritos… Fue algo maravilloso y es una calidad energética que no se compara a nada en realidad.

¿Este concierto significa un antes y un después para la banda?

Definitivamente es un antes y un después. Este concierto marca un renacer de El Ático, marca una nueva etapa, marca una evolución, marca muchísimas cosas que tienen que ver con renovación. Y de ahora en adelante las cosas van a ser diferentes en muchos sentidos, pero en sentidos positivos, por supuesto. Para empezar, nosotros tres somos personas diferentes desde la última vez que estuvimos juntos y todo esto se va a ver plasmado. Y acepto que ya se vio plasmado en esta primera presentación. Se va a ver todavía más en lo siguiente que vamos a hacer, en las próximas presentaciones, en la nueva música que vendrá pronto. Es una etapa gloriosa para El Ático, porque hemos encontrado la plenitud  en muchos aspectos, personalmente. Y eso no puede tener otro resultado más que algo inmensamente positivo y trascendental en el arte que uno hace con entrega y entusiasmo.

Vista desde la parte trasera del escenario que albergó el concierto de El Ático. Foto de Miguel R. Lemus.

Vista desde la parte trasera del escenario que albergó el concierto de El Ático. Foto de Miguel R. Lemus.

La participación del tecladista, Pedro Hércules, le dio un toque diferente al concierto. ¿Han considerado incluir teclado en sus canciones?

Pues… ¿Qué te puedo decir? Pedrito, Pedro Hércules, el tecladista que nos acompañó esa noche, es un músico excepcional, un talento maravilloso, y una gran persona. Todo eso se ve a la hora de estar juntos en el escenario. Creo que tenemos muy buena química. La verdad a mí me encantaría colaborar más con él. Ya hemos tenido otros músicos invitados anteriormente, pero creo que con Pedro se dio rápido esa chispa que se necesita para que se vea esa sinergia en el escenario con los músicos. Estamos encantados con su participación en este concierto y acepto que vamos a trabajar más veces con él, definitivamente. No sé todavía cómo, de qué forma ni cuándo, pero estoy seguro de que sí se incorporará. No solo con el teclado, sino que con otros instrumentos… Y otras cosas, pues la idea es hacer más expansiva a la banda. Así que habrá sorpresas, definitivamente.

¿Qué tiene preparado El Ático luego de este concierto?

De ahora en adelante vamos a seguir trabajando. Nos vamos a enfocar en hacer música nueva y vamos a tener más presentaciones, sin embargo no lo haremos tan seguido. No vamos a hacerlo pronto, porque queremos que cada espectáculo sea diferente. Queremos que cada espectáculo sea de calidad y que la gente también quiera y tenga ganas de ir otra vez a un concierto de El Ático, ¿verdad? Que no sea como en algún momento lo hicimos en nuestra carrera, de estar tocando lo más posible. Si era posible, todos los fines de semana, donde se pudiera. Ahora cada presentación va a llevar más esfuerzo, más dedicación y esperamos que el resultado cada vez sea mejor. Así que esperen mucho más de El Ático, no solo conciertos sino que nueva música, nuevos proyectos, muchas sorpresas definitivamente. Creo que la gente ni siquiera se imagina el verdadero potencial que tiene El Ático y pensamos explotarlo al 100 por ciento.


*Todas las fotos son obra de Miguel R. Lemus. La galería completa puede verse en el siguiente enlace.

 

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#Música