Gritos, insultos, golpes… Un 29 % de 1,816 estudiantes de 29 centros educativos —ubicados en 29 municipios de El Salvador— ha sido víctima de violencia física, sexual, psicológica y verbal. Y de ellos, un 32 % confiesa que “ha causado algún tipo de violencia”. Estos y otros hallazgos forman parte del estudio: “Prácticas violentas generadas por y hacia los adolescentes entre 12 y 18 años de los centros educativos representados en el nivel intermedio de las Academias Sabatinas Experimentales en Comunicación en el año 2016”.
Para 2016, los estudiantes del Módulo No. 8: Ejecución de Proyectos de Investigación (EPI), del nivel intermedio, emprendieron la ardua tarea de investigar qué tan violentos son y qué tanto legitiman el uso de la violencia en sus prácticas cotidianas las personas entre los 12 y los 18 años en El Salvador. Fue todo un reto. La idea de la investigación surgió de una publicación de la BBC del 4 de julio de 2016. El artículo: “Las insólitas razones con las que las adolescentes justifican que un hombre le pegue a su pareja” está basado en un informe de 2014, realizado por el Fondo para la Infancia de las Naciones Unidas (Unicef). Para empaparse del tema, los estudiantes leyeron ese artículo y el resumen ejecutivo, titulado “Ocultos a plena luz, un análisis estadístico de la violencia contra los niños”, publicado por Unicef. Asimismo, revisaron la matriz de congruencia de la investigación de cátedra “Perfil de estudiantes de bachillerato de El Salvador respecto a sus prácticas sexuales, drogas y violencia 2011”, realizada por estudiantes de la carrera de comunicaciones de la Universidad Dr. José Matías Delgado y coordinada por mí; y el apéndice de “Actitud frente a la violencia doméstica” de la Encuesta Nacional de Salud de indicadores múltiples por conglomerados (MICS 2014), de la Dirección General de Estadística y Censos (Digestyc) y del Ministerio de Salud (Minsal).
Estas lecturas tuvieron varios propósitos:
- Identificar un tema de investigación novedoso.
- Aprender la importancia de la revisión de la literatura para plantear un problema de investigación.
- Definir la metodología de la investigación.
- Elaborar la batería de preguntas de una encuesta (instrumento para la recolección de datos.
- Diseñar una matriz de congruencia, entre otros.
Definir la batería de preguntas para la prueba piloto significó una pequeña catarsis colectiva. Al principio no fue fácil que compartieran los tipos de violencia a las que están expuestos. Nadie lo hacía. Tuve que contarles cómo mi mamá nos corregía a nosotros; cómo un profesor corregía a mi hermano en el colegio; cómo la madre de mi sobrino lo ha castigado por dejar materias; y cómo otra vecina corregía a su hijo de crianza. Eso permitió que nos conociéramos mejor y que se soltarán.
En sus casas y centros educativos les gritan, los golpean, los ofenden y los insultan. Fue interesante que algunas estudiantes compartieran, entre risas, sus experiencias:
- “Me mandan a hacer limpieza”.
- “Me obligan a lavar los baños”.
- “Me golpean con un metro, un libro, con la mano u otro objeto”.
- “Me mandan a acarrear agua”.
- “Me mandan a rezar”.
- “Me mandan a correr o me ponen a hacer sentadillas”.
Esos, según relataron, son los castigos que reciben en los centros educativos. En sus hogares, la autoridad familiar los golpea, les grita, los insulta, los echa de casa, los deja sin comer o los ignora. De hecho, varias opciones de respuesta provienen de las prácticas violentas a las que los estudiantes de las ASEX están expuestos en sus hogares y sus centros educativos.
Los resultados de la encuesta indican que:
- El 48.46 % de las personas entre 12 y 18 años está más expuesto a la violencia en su comunidad.
- El 30.56 % está más expuesto a la violencia en su centro educativo.
- El 10.41 % está más expuesto a la violencia en la calle.
- El 8.98 % está más expuesto a la violencia en su casa.
- Y el 1.60 % está más expuesto a la violencia en la iglesia.
La otra cara de esta realidad es la que revela dónde ejercen ellos más violencia:
- El 28.58 % causa más violencia en la escuela.
- El 9.91 % genera más violencia en la comunidad.
- El 8.81 % causa más violencia en su casa.
- El 1.16 % genera más violencia en en la calle.
- Y el 0.99 % ocasiona más violencia en en la iglesia.
Para esta investigación se trabajó con una muestra de 2,100 encuestas; y se utilizó la fórmula infinita, ya que los estudiantes de los 29 centros educativos sumaban más de 10 mil. El intervalo o porcentaje de confianza es de 95 %; y el margen de error, +/- 2.2 %. Cada estudiante de las ASEX realizó 59 encuestas en su centro educativo y respetó cuotas por sexo, edad y grado académico. Al revisar la base de datos y el vaciado de la información, tuve que eliminar 284 encuestas porque tenían errores. La base de datos con la que se graficó corresponde a 1,816 encuestas: 942 (51.87 %) respondidas por estudiantes del sexo femenino; y 874 (48.13 %), por estudiantes del sexo masculino.
A los estudiantes se les preguntó: «Cuando tus padres te corrigen gritándote, insultándote o golpeándote, ¿por qué crees que lo hacen?». Y se les dieron siete opciones de respuesta para que escogieran una. El 19.11 % seleccionó la opción “corregirme”; el 18.18 % eligió la opción “porque te quieren”; el 16.96 % optó por la respuesta “porque así los corregían a ellos”; al 14.65 % no lo corrigen así; el 13.60 % eligió la opción “porque no conocen otra manera”; el 8.20 % decidió responder “porque lo merezco”; el
6.50 % escogió la opción “porque es la mejor manera”; y solo un 2.15 % optó por la respuesta “porque no me quieren”. Estas respuestas contrastan con las de la pregunta 14, en la que 91.1 % no cree que la violencia (gritos, insultos, golpes) es la forma correcta de castigar.
También se les pidió que escogieran una respuesta para la siguiente pregunta:«Cuando tus maestros te corrigen gritándote, insultándote o golpeándote, ¿por qué crees que lo hacen?». El 37.60 % seleccionó “porque no tienen paciencia”; al 21.9% no lo corrigen así; el 19.50 % seleccionó “por tu bien”; el 10.0 %, “porque así los corregían a ellos”; el 5.1% eligió la opción “es la mejor manera”; y, finalmente, igual porcentaje (5.10 %) dijo que “porque lo merezco”.
Lo interesante de este ejercicio fue que los estudiantes trabajaron de forma individual y colectiva en la realización de la investigación, que permitió cuantificar sus experiencias y las de sus compañeros de estudio en relación con la violencia, así como reflexionaron acerca de lo inadecuado e ilegal de algunas prácticas, como la violencia física y sexual, que no son explicadas en este artículo. Para ello, los estudiantes revisaron la legislación nacional e internacional que les permitiera identificar el marco normativo de su tema y aprendieron cuáles son sus deberes y derechos respecto a este tema.
El nuevo reto será divulgar los resultados de este estudio para que las autoridades de educación y seguridad pública que están a cargo del tema de niñez, adolescencia y juventud presten atención a lo que está sucediendo en las comunidades, al interior de los centros educativos y de los hogares, incluso en las iglesias.
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