‘Pacific Rim 2’: Hollywood muestra su entusiasmo por el anime

Pacific Rim Uprising es una película que nos sirve para entender el auge que el anime está teniendo en el cine hollywoodense contemporáneo. La segunda entrega de esta historia en la pantalla gigante nos obliga a pensar en la influencia de los orígenes del Anime Mecha.


Pareciera que Hollywood recién va descubriendo al anime, a sus narrativas, su estética y, sobre todo, su espíritu narrativo; pero no es la primera vez que esto sucede. Ya en el pasado tuvimos adaptaciones de Ghost in the Shell, por ejemplo, y también una primera parte de Pacific Rim, dirigida en este caso por el recien ganador del Oscar, Guillermo del Toro.

Pero, ¿qué hace a la secuela de Pacific Rim tan especial? Uprising, la cinta dirigida por Steven S. DeKnight y producida por Del Toro, tiene algo singular en comparación a la primera: en ella no hay filtros, es un anime del género Mecha convertido en live action.

El anime Mecha es un subgénero de la animación japonesa en donde el centro de la historia está compuesto por robots, ya sea pilotados, controlados o bien que los protagonistas sean en sí mismos robots. Mecha es una abreviación del termino anglosajón Mechanic, de ahí su nombre.

Algunos de los máximos exponentes de este género son Iron Man 28, Transformers, Kotetsu Jeeg y, por supuesto, Mazinger Z.

De este último, ya les he mencionado que es el primer anime que impuso el estilo de un robot pilotado. Esto es algo que ha sido retomado por la historia de Pacific Rim 2: Uprising.

Una historia de robots gigantes carecería de sentido si no tuvieran algo contra qué luchar, lo que valida su existencia. Son, sin duda, los Kaiju —monstruos de igual (o mayor tamaño) que el de los Mecha— quienes atentan contra la humanidad. Kaijus famosos hay muchos, pero sin duda el más reconocido es Godzilla.

Hay otra serie que le da un gran empujón a esta saga de películas, ya que luego de ver esta secuela queda muy claro que se planean seguir sacando más. Se trata de Neon Genesis Evangelion, que si bien es mucho más profunda, reflexiva y uno de los mejores anime jamás creados, otorga muchos elementos visuales a esta historia.

Al retomar elementos del Anime Mecha también se le debe mucho al género Tokusatsu, que significa, literalmente, “producción especial”. A este género pertenecen otros grandes, como el caso de Ultraman o Kamen Raider.

La película

Sentadas las bases de la historia comienza entonces la aventura. Pacific Rim 2 coge más elementos del anime incluso que su predecesora. Nuevamente tenemos un grupo de elegidos para pilotear a los Jeager, los robots gigantes de esta historia. También encontramos a un renegado prodigioso que decide regresar a proteger a la tierra, manejando a su fiel y virtuoso robot. La historia plantea también una amenaza extradimensional que intimida a la vida del planeta entero.

Estos elementos vuelven entretenida a la película, la convierten en una propuesta refrescante y, sobre todo, divertida. Se trata de una historia que fácilmente podría adaptarse a un anime, para extender ese universo narrativo, que a pesar de ser el producto de varias historias, tiene espiritu y vida propia.

Uprising nos cuenta que en un futuro cercano —después de la primera invasión que sufrió la humanidad— la lucha aún no ha terminado. El planeta tierra vuelve a ser asediado por los Kaiju, una raza de alienijenas colosales que emergen de un portal interdimencional con el objetivo de destruir a la raza humana.

Los humanos no están preparados para esta nueva amenaza. Ya no están a la altura de lo que se les viene encima. Surgen entonces los Jaegers, robots gigantes de guerra pilotados por dos personas que deberán sobrellevar la inmensa carga neuronal que conlleva manipularlos. Será entonces cuando los supervivientes de la primera invasión —además de nuevos personajes, como el hijo de Pentecost (John Boyega)— tendrán que idear la manera de sorprender al enorme enemigo, apostando por nuevas estrategias defensivas y de ataque. Con la Tierra en ruinas e intentando reconstruirse, esta nueva batalla puede ser decisiva para el futuro.

La cinta es rápida, sin mayores saltos argumentales, y no pretende ser tampoco un estatuto filosófico sobre la lucha de la humanidad y su perseverancia por existir. No es nada de eso. Es simplemente una historia de robots gigantes contra monstruos gigantes. Ese control de los límites y de las aspiraciones hace de Pacific Rim 2 una película extremadamente genial.

El guion presenta algunos agujeros argumentales respecto a la primera entrega, pero eso queda supeditado al desenlace, cuando nos damos cuenta de que la película deja abierta una posibilidad a una tercera entrega.

Pacific Rim 2 o “Titanes del Pacífico 2: La insurrección” nos regala escenas de peleas magníficas en escenarios impresionantes, como Sidney, Australia; o en el mismísimo monte Fuji, en Japón.

John Boyega (un actor que nunca ha sido de mi completo agrado) logra quizá uno de sus papeles más convincentes de su carrera, luego de interpretar a Jake Pentescost, el hijo de Stacker Pentecost, personaje de la primera película, quien fuera interpretado entonces por Idris Elba. Jake es un muchacho malcriado que huye de la responsabilidad de ser hijo de uno de los héroes más grandes de la humanidad y que busca forjar su propio camino por el mundo, un mundo que está destruido por la guerra entre Kaijus y humanos.

También encontramos la actuación de Scott Eastwood, quien interpreta a Nate Lambert, ex compañero de Jake y que logra convencer a su amigo de pilotar junto con él nuevamente a su Jaeger  para salvar a la humanidad de una nueva amenaza. Luego aparecerá un nuevo grupo de cadetes jóvenes, quienes en su momento tendrán que entrar de lleno en la batalla, convirtiéndose en la nueva generación de héroes en esta historia.

Pacific Rim 2 es una película para ver sin mayores lecturas. Es una cinta para entregarse de lleno al ocio y a la historia, dejándonos llevar por las impresionantes escenas de las batallas, los escenarios y los diseños de los personajes.

Si esta película se ve de esta forma, encontraremos una verdadera joya que merece su lugar junto a las grandes producciones japonesas y que, si bien Pacific Rim 2: Uprising es una producción de Hollywood, nos demuestra que –cuando de verdad se lo propone– occidente también puede hacer honores a la influencia de la narrativa japonesa.

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