Star Wars: The Last Jedi da continuidad a la historia que cumple ya cuatro décadas y que ha acompañado a múltiples generaciones en todo el mundo. La nueva película —estrenada este 14 de diciembre— continúa el relevo de personajes que ya comenzó en El Despertar de La Fuerza. Sin embargo, hay factores que llevan a tener expectativas bajas respecto a la saga que ahora le pertenece a Disney.
[Este artículo fue redactado previo al estreno del Episodio VIII y está pensado en quienes aún no han visto “The Last Jedi”]
Desde “El Despertar de La Fuerza” me parece que la redefinición que Disney está haciendo del universo creado por George Lucas —ayudándose de series como “Rebels”, por ejemplo— va en dos sentidos que no comparto en mi gusto personal: rehacer la trilogía original y estirar al máximo cualquier hilo argumental, incluso los ya cerrados en filmes anteriores. Eso no siempre es bueno. ¿Es un acierto comercial? Pues sí, rentable está probado que es, pero creo que también resulta arriesgado, porque de tanto estirarlo puede acabar rompiéndose.
El Disney Stars Wars ha procurado afirmar su “nuevo canon” por medio de diversos productos audiovisuales, libros y cómics para no depender argumentalmente de sus antecesoras. En consecuencia, este nuevo canon toca conceptos de la saga que son básicos en la mitología de Star Wars.
Tratare de explicarme:
Star Wars es, en esencia, “el camino del héroe”. A través de Luke y luego en los episodios I,II y III descubrimos que estamos al final del camino de un héroe más antiguo: Anakin. Y de ahí las precuelas. En ese camino del héroe los dos lados de La Fuerza son maniqueos y antagónicos: luz y oscuridad.
El villano, Vader, antes de que descubriéramos su identidad, es impersonal, sin rostro, implacable, oscuro, poderoso, artificial. A través de su respiración intuimos que es un ser humano atrofiado, deformado, consumido. No solo es malo, es la maldad.
En Disney, el villano es un niño caprichoso, cuyas expresiones de “poder”, aunque visualmente atractivas, son solo berrinches y a la hora de la verdad fue vencido en duelo por dos personajes que solo un poco antes han tocado un sable de luz por primera vez. Kylo Ren no transmite maldad, ni profundidad, ni conflicto real, por tanto, debieron hacerlo cometer un acto abominable para los fans: el parricidio, matar a Han Solo. De lo contrario no lo podés odiar. Es un villano wanna be más parecido a Pedro —el malo de Mickey Mouse— que a un villano de Star Wars. (Lo de matar Solo también debió ser por el contrato con Harrison Ford sin duda alguna).
Esto va en sintonía de nuevo canon: de repente los malos no son tan malos, son conflictuados, al mejor estilo millenial.
En este nuevo canon hasta revivieron a Darth Maul en Rebels.
Solo porque sí.
Dart Maul es un personaje visualmente atractivo y que caló profundo en los fans, pero que no dijo más que una línea y murió épicamente, partido en dos por Obi Wan Kenobi. Sin embargo, reaparece con piernas mecánicas, dejando de ser Sith… ¿WTF?… con un hermano y en conflicto por ¿redimirse? a través de su némesis Kenobi.
¿En serio?
Esto me lleva a mi más grande temor: que quieran afirmar en esta película el concepto de los Jedis Grises, que vendrían a ser un tipo de Jedi Millenial, para decirlo corto.
Por eso deben desfigurar el personaje de Luke y convertirlo en un hermitaño cobarde, indiferente y/o débil, pues no sintió ninguna perturbación en La Fuerza cuando la Estrella de Muerte 3.0 destruyó todo un sistema. Y si lo sintió, parece que no le importó.
[Por cierto: ¿en serio? Después de tres intentos, aún no le quitaron el “botón rojo” marca acme a las Estrellas de la Muerte?]
Ya sé que me van a decir que en el nuevo canon existen los caballeros de Ren y etc, etc. Pero ese es mi punto, el nuevo canon está hecho de cosas, elementos, que no tienen antecedente en la mitología de Star Wars; elementos que solo fuerzan la continuación de la historia. En mi opinión, el nuevo canon es como los midiclorians o Jar Jar Binks. Son adiciones inútiles para el sentido fundamental de la historia. Ahí es donde se fundamenta mi temor de que por tanto estirar la trama, la rompan.
La mitología de Star Wars es simple: lado luminoso/buenos; lado oscuro/malos. Asi de fácil. No hay grises, la mitología de Star Wars es un camino de redención. Un paso del mal al bien y viceversa, un conflicto en blanco y negro.
Para “The Last Jedi” temo que van a construir la trama basada en si Kylo sigue en su superficial drama personal; si Rey puede lidiar con la indolencia de Luke; y si esto no la empuja a buscar un mejor maestro (movilidad laboral le llaman en términos millenial). Y mientras Luke se auto anule, veremos a todos los nuevos Han Solo (Poe, Fyn, etc) viviendo las historias colaterales, para agregarle metraje al film.
Luego dirán que ni buenos ni malos, que La Fuerza es gris y todo lo que se vivió desde la Antigua República, la gran guerra Sith, Darth Plaeguis, el elegido, la profecía, Anakin-Vader, el emperador, etc. Pues formaban parte de un error en la interpretación de La Fuerza y seamos mitad y mitad y ya está. Ese es mi temor: la salida de guion barato que están perfilando. Espero de todo corazón, como fanático de la saga, estar equivocado.
El resto del escenario son reciclados: imperio, separatistas, nueva orden, etc. Son mas o menos lo mismo, solo que aún no entiendo cuál es el propósito político de la nueva orden. ¿Restablecer el imperio?
Y los rebeldes, pues olvidémonos de que ganaron y establecerían la nueva república. Ellos siguen siendo rebeldes y nada más.
Y en cuanto al personaje de Snoke, pues uy probablemente va resultar ser el primer sensible a La Fuerza, donde coexistían los dos lados de la misma.
Termino diciendo lo siguiente: espero tragarme cada una de mis palabras y estar a las víspera de una genial reinvención de la historia heroica que fue paradigma en mi infancia y la fantasía por excelencia que compartí con mi hijo. Realmente eso quiero, aunque no lo espero.
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