Mejor película animada: una elección entre las deudas de la Academia

Durante seis años consecutivos, la estatuilla a mejor película animada de los Premios Óscar ha sido otorgada a producciones de Disney, ya sea para su estudio de animación o para su filial, Pixar. Está categoría ha sido monopolizada por la compañía del ratón, que este año ya cuenta con dos producciones nominadas. Sin embargo, pueda que la tendencia cambie, ya que hay altas posibilidades de que en 2019 el premio sea para otro tipo de cine animado.

[Spoiler Alert: el siguiente texto expone algunos detalles del argumento de las cinco películas nominadas al Óscar en la categoría de mejor película animada]


Mejor película animada es una categoría que tiene dieciocho años de existir y que ha entregado una tercera parte de los premios a Disney o a su filial, Pixar. Durante todo ese tiempo, diversos estudios han luchado por la estatuilla y muchos de ellos han tenido que conformarse con las meras nominaciones.

No puede negarse que Disney es la maquinaria industrial de animación más grande del mundo. Sus películas suelen marcar un antes y un después en la relevancia del cine de animación. Su peso está cimentado por años y años de producciones de alta calidad, verdaderas joyas de la nostalgia y del entretenimiento universal.

Desde su incursión en el cine, Disney ha sido un referente en cuanto a innovación y calidad, tal y como ocurrió cuando a mediados de lo años noventa apareció también Pixar Animation Studios. A partir de ese momento se revolucionó la categoría de cine de animación gracias al primer largometraje animado por computadora: “Toy Story”, que se alzaría con una estatuilla ‘honorífica’, ya que la categoría que premiaba a la animación aún no existía en aquel entonces. Una nueva tendencia había comenzado. Otros estudios comenzarían a producir sus propias historias con imágenes generadas por computadora (CGI, por sus siglas en inglés). Otras técnicas fueron relegas. Fue así como en 2006, Disney decidió absorber a Pixar. Desde entonces, ya no sería raro ver al emporio de Walt compitiendo contra sí mismo por el premio Óscar.

La  Academia continuará retando a la crítica especializada si vuelve a premiar a Disney, aunque sus películas no necesariamente sean siempre las que más merezcan el reconocimiento.

Este año, vemos nominadas a dos producciones de la casa del ratón. Ellas son “Wifi Ralph” (de Disney animation studios) y “Los Increíbles 2” (de Pixar). Ambas son secuelas de franquicias bien establecidas y que lograron recaudaciones millonarias en las taquillas alrededor del mundo, aunque, que de alguna forma, no lograron superar a sus predecesoras.

Pero hay otras opciones, además de Disney. Conviene dar un vistazo a las  cinco nominadas de este año. Más de una merece la estatuilla pero es sabido que solo una será la ganadora. Como cada año, se plantea una serie de dilemas para el comité seleccionador de los premios. El más importante de ellos: ¿se saldará una deuda prolongada con otras opciones que van más allá de Disney?

“Wifi Ralph”

La historia de esta película se centra en la vida de Ralph y sus compañeros en el mundo de Internet, donde se dirigen para intentar salvar al videojuego ‘Sugar Rush’, hogar de Vanellope von Schweetz. Allí se encontrarán con lo más temido de la red: los pop ups, es decir, los anuncios, los memes y el spam; pero también con personajes tan míticos como las princesas Disney, y toda una suerte de cameos de personajes de la cultura popular.

Sobre ella, debo decir que esta película no pudo ser peor. Es una historia cliché sobre la amistad de los protagonistas que solo funciona como fondo para la verdadera intención de esta producción: ser un comercial largo y plagado de marcas de internet. Es algo así como la fracasada “Emoji movie” de Sony Pictures, pero esta vez producida por Disney. El resultado final es una experiencia melosa y nada innovadora. Aunque está bien hecha –en cuando lo técnico–, no representa para nada relevante. Consiste en un spot que obtuvo una nominación que fácilmente se le debió haber dado a otras producciones mejor elaboradas.

“Los Increíbles 2”

En 2018 llegó la secuela esperada de la película estrenada en 2004 y que, si bien se siente conocida y familiar, no presenta una evolución argumental. La familia de superhéroes de Pixar Studios, formada por Míster Increíble y Elastigirl junto a sus tres hijos (Violet, Dash y Jack-Jack) volvieron para una nueva aventura. Esta vez es Helen, la madre del clan, es quien debe hacerse cargo del rol de justiciera, ya que cuenta con una mejor imagen pública que su esposo. A Bob no le quedará otra opción más que criar y lidiar con sus hijos, pero a la vez comenzará a descubrir superpoderes emergentes. Cuando surja un nuevo villano, Los Increíbles tendrán que aprender a luchar como familia y combinar sus habilidades para salvar al mundo.

Parte como una de las favoritas, pero los personajes de la segunda entrega de Los Increíbles parecen haber retrocedido en comparación a los logros obtenidos en la primera película. La historia es entretenida y causa cierta empatía con el público. Sin embargo, sale al mercado cuando el género de superhéroes está en su auge y cuando los cómics son la fuente primordial de películas de Hollywood. Por ende, su dejo de nostalgia y originalidad queda completamente descartado.

El claymotion será reconocido y se saldará la deuda de los Óscar con esta técnica.

Muchas veces, la Academia adquiere deudas que debería reparar. Algunas veces lo ha hecho; otras, seguimos esperando. En este caso, una de las deudas más grandes es de corte más artístico. Se trata de la falta de reconocimiento al claymotion, un estilo cinematográfico que rara vez obtiene el crédito merecido. Este cine requiere horas y horas de trabajo fino (quizá más que otras técnicas de animación). A lo largo de la historia ha tenido grandes títulos como “The nightmare before christmas”, “The incredible Mr. Fox” y “Kubo and the two strings”, por mencionar algunos. Hollywood pareciera creer que ha saldado la deuda con esta técnica cuando en el 2005 entregó el premio Oscar a la película “Wallace y Gromit: la batalla de los vegetales” y, desde entonces, se ha conformado con nominar una cinta de este subgénero por cada gala.

Sin embargo, este año se les presenta una decisión complicada. Wes Anderson –ganador en el 2014 de las categorías de mejor director y mejor película, por “El gran hotel Budapest”– regresó a sus orígenes y presentó “Isle of dogs”, una cinta animada por claymotion que es aclamada como en una candidata de peso para destronar a Disney.

La historia es la siguiente: luego de que una extraña enfermedad se desate en Megasaki City, todos los perros son exiliados a una isla donde luchan por sobrevivir. Todo cambiará cuando un niño llegue a escondidas para encontrar a su mascota extraviada.

“Isle of dogs” cuenta con una estética única. El dominio de la paleta cromática no es al azar. Al contrario, impregna el aura de desolación que buscan transmitir al espectador. Además, la película cuenta con un cast de lujo y que incluye a estrellas como Bryan Cranston, Edward Norton, Bill Murray, Scarlet Johanson o Ken Watanabe.

Esta película es una verdadera contendiente para obtener el Óscar este año. Si llegase a ser seleccionada, sería un premio muy bien merecido.

“Mirai” y la propuesta del anime

En general, 2001 fue un año histórico para el anime. Por primera vez, una película de habla no inglesa y animada en Japón se haría con el Óscar a mejor película animada en la edición de ese año. Aquello abrió la puerta para que la nación asiática mostrara al mundo un cine que venía haciendo desde años atrás y que desde entonces no volvería a ser reconocido con otra estatuilla.

El exilio del anime terminará de una buena vez y se alzará, de nuevo, con una estatuilla.

La nominación es para “Mirai”, la nueva película de Mamoru Hosoda. Este hecho parece una especie de compensación por la exclusión de la gala del año pasado que sufrió “The Beast and the Boy”, una película que también tenía todos los merecimientos.

La historia de “Mirai” es la siguiente: Kun, un niño de cuatro años, está a punto de conocer a su nueva hermanita, quien está por nacer. Él no está a gusto con la idea de tener que compartir a sus padres con alguien más, así que huye de casa. De pronto, Kun entra en una puerta que le permite viajar en el tiempo. Conocerá, entonces, a su madre en la época en la que ella era chica. Es entonces que Kun logrará una nueva perspectiva de la vida.

La animación de esta película es fluida. Nos recuerda que el anime posee un espíritu propio. La historia es tierna y mágica, algo que ni en sueños se podría haber gestado desde un punto de vista occidental. Sin embargo, se antoja difícil que Hosoda sea el ganador de este año. Para su mala fortuna, el anime tendrá que esperar un año más para ser un verdadero candidato a la presea. Y es que hay que admitir que esta no es su cinta más fuerte. Si bien es una historia preciosa, no superará a sus contrincantes.

“Spider-Man into the Spiderverse”

Esta película nos tomó por sorpresa a todos. Producida por Sony Pictures, esta cinta es, sin duda, la mejor del 2018. Su historia nos sumerge en el redescubrimiento de un personaje que creíamos conocer: el Hombre Araña.

Nos encontraremos con un multiverso que, hasta esta película, era exclusivo para los amantes de los cómics. Con “Spider-Man into de Spiderverse” reconocemos a las diferentes versiones del superhéroe de Marvel que luchan por regresar, cada cual, a su realidad.

Se premiará la producción que objetivamente ha presentado una nueva forma de hacer cine animado y que es, por mucho, lo mejor de este género para este año.

Su historia es la siguiente: el joven Miles Morales recién acaba de obtener los poderes que le permiten ser Spider-Man, lo que complica su vida de estudiante y su rol como superhéroe amateur. Cuando Wilson “Kingpin” Fisk utiliza un súper colisionador, un Spider-Man de otra dimensión, Peter Parker, termina arribando por accidente en la dimensión de Miles. A regañadientes, Peter entrenará a Miles en cómo convertirse en un mejor Hombre Araña. Pero no serán los únicos. Pronto se unirán otros cuatro Spider-Man de todo el Spider-verse –que incluyen a  Gwen Stacy, Spider-Man Noir, Peni Parker y Spider-Ham–. Este choque dimensional comenzará a hacer estragos en la realidad del protagonista, por lo que tendrán que luchar juntos para volver, cada quien, a su propia dimensión.

Lo interesante de esta cinta es la combinación de técnicas. Se trata de una amalgama entre el CGI al estilo tradicional y la ilustración para cómics. Además nos narran una historia muy entretenida, divertida y dueña de un espíritu propio. Esta es, sin duda, la candidata más fuerte para ganar el Óscar a mejor animación. Si llegara a ocurrir así,  sería el primer galardón para una película de Marvel, lo que le daría una nueva dimensión al género de superhéroes, que también compite –aunque con muy bajas aspiraciones– a mejor película del año con “Black Panther”.

Algo está claro: en esta edición de los Óscar veremos cómo el monopolio Disney/Pixar llegará a su fin. Con la oferta de este año, parece obvio que la Academia debe mirar con mayor atención a los demás competidores. Quizás podamos, al menos en este año, estar complacidos con la elección del jurado.

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