“El machismo ha sido gran parte del porqué paré en la música”

2425 Vistas |  1

La cantautora mexicana Carla Morrison cuenta con diferentes reconocimientos por su música, entre estos, tres Latin Grammy. Ha colaborado con una larga lista de artistas consagrados, desde Ricky Martín, Ángeles Azules y Julieta Venegas hasta J Balvin, Pericos y Enrique Bunbury. Sin embargo, en 2017 decidió poner una pausa a su discografía. Este año afirma que regresó renovada, con un nuevo sonido y nuevas temáticas. Ahora pone al centro de sus canciones la salud mental y lo femenino. De esto conversó con diferentes medios de la región, entre los cuales estuvo Revista Factum.

Fotos del videoclip de “Ansiedad”


Carla Morrison ahora vive en Francia, lejos de su natal México. Distante no solo en kilómetros; también en horas. Carla toma fotografías de esta nueva etapa de su vida en canciones. Haciendo uso de lecturas sin reposo podría decirse que está ahí para empezar de nuevo, lejos del amor pero también del bullying de sus connacionales y de otros tantos latinoamericanos. Pero no. Carla no está empezando de cero; está capitalizando su recorrido, certificando y afinando con la academia lo que aprendió de la música de forma empírica. Mientras disfruta de ese país, también da un golpe en la mesa y se revela incluso contra la misma imagen de ella que la hizo famosa: la de ‘la chica indie triste’. Ahora postula canciones de pop, así, sin apellidos, que ve mejor construidas que las del pasado. La más reciente lleva por nombre “No me llames”, y es el acto 2 de cuatro canciones que luego conformarán su próximo disco: “El Renacimiento”.

En otra época –incluso a inicios de este mismo año–, el hecho de que Carla esté en Francia y la agencia con la que trabaja en México hubiese dificultado una plática con una revista de El Salvador. Pero tras diversas cuarentenas a nivel mundial por la Covid-19, una conferencia de prensa a través de Zoom es parte del día a día. 

Y así responde Morrison a una pregunta sobre la importancia de la música en su salud mental:

“La música ha sido como mi salvación en este tiempo tan lleno de incertidumbre. En cuanto a la pandemia, en cuanto a qué es lo que nos espera en el futuro. Entonces, para mí ha sido mi salvación, porque si no fuera por estas canciones, de no haberlas sacado, no sé qué estaría haciendo. Creo que me estaría volviendo loca por completo. Por lo menos la gente está escuchando la música. Está sintiéndose visualizada”.

La cantautora nacida en Tecate, Baja California, lleva más de dos años viviendo en París, Francia. Y aunque la razón principal de su llegada a ese país fue estudiar música, su estadía ahí también le ha aclarado muchas ideas: “Creo que el machismo ha sido gran parte del porqué yo paré en la música, también. Porque me juzgaban mucho. No solo porque todo el tiempo me han querido negar mi identidad al compararme con mis colegas. Aparte de eso me hacían mucho bullying por mi peso, por cantarle al amor, por llorar en el escenario, por decir lo que pensaba, por ser independiente. Por todo. Y hubo un momento en la lejanía que tuve con la música que me di cuenta de que había sido víctima de un machismo muy cabrón. Y que no me había dado cuenta porque estaba tan dentro en un país como México que es extremadamente machista. Entonces, para mí, es súper valioso e importante que la motivación en mi música sea mucho más fuerte en lo femenino. Me parece importante pasarle ese mensaje a las mujeres del futuro, a las mujeres de ahora”, explica.

La nuevas canciones de la cantautora mexicana son “Ansiedad (Acto 1)” y “No me llames (Acto 2)”, dos temas con vocación pop bailable, hiladas por una intención de acompañamiento en momentos de ruptura, desamor, etc. Carla tiene claro que muchas personas escuchan más lo que dicen sobre salud mental los artistas que las mismas organizaciones o profesionales de la salud o del Estado. Califica esto como algo lamentable, pero a la vez asume esta realidad como una oportunidad para aportar: “Alguna gente me ha dicho: «yo no sabía que así se sentía la ansiedad, que así se vivía y así me he sentido toda mi vida» o «gracias por haber hecho esta canción. Desde que la hiciste me he sentido más acompañado, que puedo hablar de esto con mis amigos, con mi familia. Siento que ya no estoy loco o loca». Entonces creo que el crear conversaciones a partir de una canción, así como hablamos de las canciones del reggaetón —que a mí me encantan— que hablan de perrear y de irte a tomar y dices «ay, qué rico ahorita irnos a una fiesta, qué increíble sería», también si vas a estar cantando ‘Ansiedad’ te pones a platicar sobre esta. Creo que la música es un gran generador de conversaciones y me parece muy importante visibilizar eso”.

“Ansiedad (Acto I)” fue el primer sencillo del regreso musical de Carla Morrison.

Reconoce que en Latinoamérica la salud mental fue un lujo para la generación de sus padres, quienes no tenían tiempo para parar y pensarse. “Como para nosotros, para ellos (nuestros padres) también es nuevo hablar de la salud mental. Tenemos que empezar a tener estas conversaciones para los que tenemos ansiedad, depresión o pensamientos muy negativos normalicemos recibir ayuda”, agrega.

Si bien esta estructura de actos de su nuevo trabajo podría recordar a los discos “Lemonade”, de Beyoncé; o “El mal querer”, de Rosalía, Carla detalla que no fue algo planificado, sino una sugerencia del director de sus videos, Colin Solal Cardo.

“En realidad solo íbamos a sacar ‘Ansiedad’ y ya. Pero cuando le muestro las cuatro canciones que pensaba sacar este año —que al final no terminamos sacándolas porque todo tomó mucho tiempo—, se las mostré y me dijo: «¡Guau! Toda esta es la historia que me vienes contando de ti, todo lo que tuviste que dejar, cómo te viniste a París, cómo hiciste todo». Entonces son cuatro actos. Estos cuatro actos fue como una colaboración entre yo y Colin. Porque él comentó: «Es la historia que me dijiste cuando me buscaste para hace ‘Ansiedad’. Me dijiste: Me fui porque tenía un montón de ansiedad. Tuve que recuperarme a mí misma, porque tocaba recuperar mi valor. Te aprendiste a amar de nuevo y por ello te diste el chance de volver a la música, de volver a ti. Yo creo que eso es un mensaje súper poderoso, ¿por qué no hacemos esto?», rememora.

Morrison explica que el título de la obra proviene de la experiencia que ha acumulado en esta nueva etapa. “Lo llamé ‘El Renacimiento’ porque me vi muy reflejada cuando iba a los museos aquí en Paris, miraba el Renacimiento y decía «¡guau!». Me puse a estudiarlo y sentía que me estaba viendo a mí misma. Me sentía como en un espejo, porque después de la etapa medieval, con el Renacimiento, la gente decidió cambiar de perspectiva y cambiar la manera de ver su vida. Cuando [Colin] me comenta los actos, dije: «¡Güey, eso esta increíble! Es exactamente lo que yo quería». Y fue súper bello porque quería contar la particularidad de lo mío. A diferencia de Beyoncé o Rosalía —que no tengo ningún problema en la comparación, porque me parecen mujeres increíbles—. En realidad, para mí, es una historia que estoy contando del porqué ya no voy a sonar como antes, del porqué ya no voy a ser solo yo y mi guitarra. Ya tengo un sonido más global, ya quiero hacer mi música y mi arte y mis composiciones desde otra perspectiva. He crecido como mujer. He crecido como persona. He tenido que verme obligada a hacerme las preguntas más difíciles para poder renacer y ser la versión que más me gusta de mí. Digamos que lo de Beyoncé era más sobre el amor, porque lo de ella era una ruptura, le pusieron los cuernos, todo eso, ¿no? Y con Rosalía –según yo–, ‘El Mal Querer’ estaba basado en una novela como española de hace muchísimos años y era un proyecto de escuela. ‘El Renacimiento’ es el proyecto de mi vida”, agrega.

En el encuentro que Carla Morrison sostuvo con distintos periodistas habló sobre el bullying que sufrió en México en distintos momentos de su carrera artística.

Carla se detiene en este punto para ser más contundente: “Yo estoy renaciendo después del bullying que me hicieron en México, que fue horrible. Después de tanta fama que no sabía cómo entender, porque yo soy una chica de una ciudad tan pequeña. No sabía qué era el amor propio, la aceptación. No conocía mi voz de una manera distinta. No conocía mi manera de componer y de crear. Digamos que esta es la historia autobiográfica de cómo volví a mí en una crisis que me llegó a mis 33 años; que me sentía completamente perdida y que esto tenía que ver solo conmigo porque no tenía esa fortaleza mental y espiritual porque no había pasado tiempo conmigo misma. Porque me pasé los últimos 15 años dedicándome totalmente a la música y solo eso. No me dediqué tiempo a mí. Entonces ‘El Renacimiento’ es el relato de yo como mujer, yo como artista, yo como compositora o yo como Carla Morrison. Estoy renaciendo en una dimensión mucho mejor, porque me di el tiempo de cuidarme a mí misma”. 

Y aunque ahora tiene claridad sobre la responsabilidad que conlleva ser una artista, traza una frontera entre asumirla y ser un ejemplo de perfección: “Yo —obviamente— soy feminista y creo que tenemos responsabilidad como artistas. No creo que debamos ser como un ejemplo o estar como siendo perfectas todo el tiempo, porque no creo que eso sea verdadero. Pero creo que sí tenemos que ser conscientes como cantantes del mensaje que estamos poniendo ahí afuera. Por eso, para mí, es importante que mi música se hable desde un lugar donde, sí, a mí me duele que no me quieras, pero yo no me voy a morir por eso. Lo voy a sacar y me voy sentir mejor. Y sí, soy mujer y tengo ansiedad, ¿qué pedo? Que eso sea una manera de decir al mundo: «¿Sabes? Yo existo y tengo permiso de existir. Tengo permiso de sentir ansiedad, de decir ya no quiero más; tengo permiso de amarme a mí misma; tengo permiso de hacer lo que chingados yo quiera; y lo voy a cantar con mi música». Es difícil porque también hay muchas mentes machistas dentro de las mujeres que te dicen no y te descalifican. Pero uno sabe en el corazón qué es lo correcto. Uno sabe qué es lo humano y qué es lo vital para el ser humano”, explica.

Tags

#Música

Deja un comentario

Your email address will not be published.