Una propuesta para transferencias monetarias en la emergencia del Covid-19

El gobierno ha creado una situación delicada con los problemas del esquema para transferir 300 dólares a hogares que se han visto afectados por las medidas para combatir el Covid-19. Para muchos hogares, sobre todo aquellos que dependen del empleo informal, la situación es extrema. Paso a presentar una propuesta de esquema simplificado que puede solucionar algunos de los problemas de la metodología actual.

El esquema creado por el gobierno tiene un problema conceptual. Su objetivo es direccionar la transferencia a hogares y no a personas. Se debe entender que esta transferencia es de emergencia y, como tal, la metodología de focalización debe basarse en información que esté fácilmente disponible en registros administrativos de instituciones públicas. Por ello, tratar de identificar hogares es un despropósito en estos momentos. La definición económica de hogar se basa en el concepto de “olla común”, es decir, un hogar es un grupo de personas al interior de una vivienda que comparten un presupuesto.

Para identificar un hogar y sus miembros, tiene que existir algún tipo de censo que permita conocer el número de personas, sexo, edades y otra información socioeconómica básica. El último censo de población y vivienda fue realizado en 2007. Es decir, no tenemos información actualizada que permita conocer a ciencia cierta las características socioeconómicas de los hogares salvadoreños. Por ello, centrarse en focalización a hogares es simplemente inviable. Sin embargo, sí se tiene información socioeconómica básica del subgrupo de hogares que han sido registrados como parte del Registro Único de Participantes (RUP). Este registro contiene información de contacto y socioeconómica de los hogares participantes en los programas sociales implementados desde mediados de los años 2000, es decir, contiene información de los hogares con mayores privaciones del país.

En este contexto, presento una propuesta de esquema simplificado teniendo como objetivo de focalización personas para la población en general (fácilmente identificables a través de número de dui) y hogares para las personas y hogares registrados en el RUP. La propuesta implica una transferencia de 122 dólares por persona para la población en general y 300 dólares para hogares en el RUP. Según la EHPM de 2017, el promedio de personas mayores de 18 años en los hogares del país fue de 2.45. Al multiplicar 2.45 por 122 dólares, los hogares fuera del RUP estarían recibiendo, en promedio, un aproximado de 300 dólares. Así, el gobierno puede decir que de cierta forma “cumplió” con su promesa de hacer llegar los 300 dólares para cada hogar. Abajo coloco el ejemplo de focalización que se podría implementar (cuadro 1). Algunas de las cifras pueden necesitar actualización o refinamiento de cálculo, pero más bien, el objetivo del cuadro es presentar un ejemplo de esquema simplificado. El gobierno tiene toda la información y personal necesario para hacer los cálculos exactos.

Focalización

La focalización a personas empieza con la base de datos de duis del Registro Nacional de las Personas Naturales (RNPN). Se toman los duis vigentes y duis vencidos entre 2018 y 2019 que no han sido renovados. A partir de esta base, se excluyen subgrupos de población que, en teoría, tienen recursos para afrontar la crisis actual. Al restar todos los subgrupos poblacionales, se tiene que la transferencia debería ser recibida por alrededor de 3.3 millones de salvadoreños y salvadoreñas mayores de 18 años. Al transferir 122 dólares a cada una de estas personas, el gobierno estaría erogando alrededor de 406 millones de dólares. A este monto se le suman 300 dólares para cada uno de los hogares participantes en el RUP, representando un total de 48 millones  de dólares en transferencias. Al sumar los dos componentes se tiene un total de 454.9 millones de dólares.

Cuadro 1. Esquema simplificado de transferencia

Nota: Se puede excluir también a personas naturales que no cotizan a ISSS y sí a AFP y personas que no cotizan a ISSS y AFP, pero que declaran impuesto sobre la renta. Fuente: registros administrativos de diferentes instituciones públicas.

Una vez se ha determinado el monto total de la transferencia, el siguiente paso es hacerla llegar a los beneficiarios. Para ello, propongo un esquema mixto entre “dinero electrónico” y efectivo.

Medios de pago

Para la transferencia a personas se crea una cuenta “madre” en el Banco Central de Reserva con el monto total a transferir a personas (406 millones de dólares) y a partir de esta cuenta madre se crean subcuentas identificadas con el número de dui para las 3.3 millones de personas beneficiarias. Esta base se comparte con las entidades financieras autorizadas por la Superintendencia del Sistema Financiero (SFF) para captar depósitos y estas entidades enlazan la base con sus terminales electrónicas en supermercados, farmacias y demás establecimientos autorizados para funcionar en el contexto actual. Así, las personas beneficiarias podrán adquirir bienes en estos establecimientos presentando su dui (el cual funcionaria como un tipo de tarjeta de débito), los cajeros tendrían que digitar el número de dui y como medida de seguridad adicional el sistema puede pedir, de forma aleatoria, la fecha de nacimiento o el tipo de sangre. Cada vez que las personas compren, el monto gastado se reduce de su cuenta personal. Para las tiendas de barrio, el esquema podría operar con el sistema de recargas de saldo que ya usan las telefónicas. Así, una persona que va a la tienda de su barrio a comprar debe dar su número de dui al dependiente para que sea introducido en el sistema de recargas y lo comprado se resta de su cuenta particular. Los supermercados, farmacias, tiendas de barrio y demás establecimientos podrán acercarse a los bancos y financieras a retirar en efectivo el dinero de las ventas realizadas, o lo podrán acreditar a sus cuentas en dichas instituciones si así lo desean. De esta forma, se evitan aglomeraciones afuera de bancos y las personas podrían hacer uso de su “dinero electrónico” en el corto plazo.

Para los hogares del RUP, propongo que la transferencia sea en efectivo y que se utilice el mecanismo utilizado para transferencias de Comunidades Solidarias y Pensión Básica Universal. Personal del FISDL y de otras instituciones de gobierno tienen la experiencia suficiente para hacer llegar estas transferencias en el corto plazo.

El gobierno debe publicitar en televisión, radio, periódicos, redes sociales y demás los criterios de selección de los beneficiarios. Los subgrupos identificados en el cuadro 1 son lo suficientemente claros para que las personas sepan si son acreedoras de la transferencia. Un esquema de este tipo reduciría en buena medida los errores de inclusión y de exclusión presentados por el esquema propuesto por el gobierno. Para aquellas personas que consideran que han sido excluidas erróneamente o que por diversos motivos no tienen dui se habilita una línea telefónica para presentar su reclamo. Sin embargo, el número de personas excluidas no debería ser demasiado grande, siendo manejable por los Cenades.

Consideraciones finales

Se entiende la dificultad de hacer llegar transferencias a esta cantidad de personas y hogares. Sin embargo, considero que con el trabajo interinstitucional de diferentes profesionales dentro y fuera del gobierno y la colaboración de bancos, entidades financieras y telefónicas, el esquema podría estar listo en pocos días. Toda la información requerida está disponible en registros gubernamentales de fácil acceso.

Esta columna ha surgido de un hilo que publiqué en Twitter hace un par de horas. Como tal, seguro hay aspectos que no he considerado y otros que he tratado con suma ligereza (incluso conceptos); mi intención, más bien, es tratar de contribuir con algo, aunque sea con este esbozo general. No es fácil estar lejos del país y ver con impotencia lo que está pasando. Muchas gracias por leer.


*Werner Peña es economista salvadoreño, con grados de Licenciatura en Ciencias Económicas de la Universidad Centroamericana en El Salvador, Maestría en Desarrollo Económico por la Universidad de Manchester y actualmente es candidato al Doctorado en Economía por la Universidad de Kent.

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