Fotoilustración FACTUM/Salvador Meléndez

Médicas, enfermeros, laboratoristas y empleados de hospitales que estuvieron en la llamada primera línea para el tratamiento de pacientes con el coronavirus son los protagonistas de este 2020, según la deliberación de la redacción de Revista Factum, que cada año elige a una persona -o un grupo- que con sus acciones influencia de forma significativa en el país.

Durante el año, el personal sanitario resintió la falta de implementos de bioseguridad para hacer su trabajo durante los meses de mayor afectación de la pandemia en El Salvador. Decenas murieron.

En diciembre de 2020 y con las cifras de contagios nuevamente hacia arriba, el personal médico de El Salvador sigue resintiendo muertes de médicos, enfermeras y empleados que están tratando pacientes con la Covid-19.

Solo hasta septiembre pasado, cuando los contagios menguaron, las organizaciones salvadoreñas de trabajadores de la salud contaban los fallecimientos del personal de la salud en más de 130. De hecho, de las muertes en total por el virus hasta los primeros dos días de septiembre, que el gobierno contaba en 731, un 18 por ciento, es decir 132, era de personal sanitario de primera línea.

Los médicos, muchas veces atemorizados por represalias desde el gobierno, contaron en anonimato la negligencia del Ministerio de Salud en la distribución de equipo de bioseguridad, que llegaba tarde a los hospitales o no llegaba. Revista Factum constató una resolución de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia en la que ordenó a Salud que enlistara a todo el personal de salud de primera línea y que detallara cómo entregaba los equipos de prevención de contagios para el personal de medicina, de enfermería e incluso de conserjería en hospitales y centros de salud, incluidos los del Seguro Social.

La negligencia gubernamental fue evidente desde las denuncias de médicos y enfermeras y por los fallecimientos, que llevaron a El Salvador entre julio y agosto a ser el país centroamericano con más fallecimientos de personal de salud a causa de la Covid-19. En entrevistas con infectólogos publicadas en medios de comunicación e investigaciones periodísticas se pudo constatar que la principal causa de contagios y muertes en la primera línea contra la enfermedad se debía a la falta de equipos de seguridad.

Factum, en su programa de podcast Radio Encerrada, logró recopilar voces de personal médico que contaron las carencias en los hospitales y cómo la contención de la enfermedad fue superada por el número elevado de pacientes, pero a su vez por los golpes dentro del gremio tras la pérdida de colegas que fallecieron por haberse contagiado al tratar pacientes sin implementos adecuados.

Los médicos y los empleados de enfermería y áreas administrativas tampoco tuvieron a disposición pruebas periódicas para detectar el virus, por lo que hicieron su labor permanentemente bajo incertidumbre. Todas las cifras de fallecimientos fueron dadas a conocer por el gremio médico y sus sindicatos, pues el gobierno de Nayib Bukele se mantuvo en silencio sobre estas muertes y, en todo caso, como lo denunció el personal, sus reacciones fueron de amenaza a quienes denunciaran las negligencias dentro de los hospitales y otros centros de salud que atendieron la emergencia durante el año.

En los meses que duró la emergencia, hubo renuncias de personal médico ante las carencias y los riesgos de muerte por la enfermedad, aunque la mayoría se mantuvo en sus puestos, incluso sin los implementos que, a juicio del gremio de salud, hubieran evitado la muerte de decenas de colegas que trabajaron para salvar las vidas de los pacientes.