Fátima Cuéllar: “Creo que lo enriquecedor de la fotografía de modas es que es multidisciplinaria”

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Fátima Cuellar tiene 21 años de edad y cuatro de dedicarse de forma profesional a la fotografía. Posee, además, estudios en diseño gráfico. Su especialidad es la fotografía de moda y a través de ella busca que cada imagen cuente una historia que se construye con múltiples universos de locaciones, maquillaje, modelos y preproducción.

Foto y video FACTUM/Gerson Nájera


¿Cómo iniciaste en la fotografía?

Justo ayer estaba hablando con unos amigos de esto. Básicamente, todos habíamos empezado en carreras humanistas. Yo, actualmente, estudio diseño y cursé en primer año la materia de fotografía. Entonces, tuve mi primera cámara semiprofesional y empecé a explorar los distintos tipos de fotografías: fotografía de comida, fotodocumentalista, etc. Creo que me llamó mucho más la atención la fotografía de moda porque podía crear distintos universos con esa preproducción con maquillaje, modelos. Y luego ya empecé como haciéndolo todo por mí misma, como haciendo la dirección de arte y todo. Ya con el tiempo que fui trabajando, tuve mayor legitimidad como profesional y pude trabajar con equipos. Creo que lo enriquecedor de la fotografía de modas es que es multidisciplinaria, porque trabajas con equipos, porque trabajás con un estilista, con un maquillista, con una directora de arte. Entonces, no es que estés solo en la producción, sino que sos una pieza de todo en engranaje. Trabajé haciendo fotografía de bodas por un momento, porque –aunque no me gusta mucho la fotografía documentalista– tenía este lado de moda al final en las bodas, que me llamaba la atención. Me dediqué un tiempo a eso, pero ya encontré mi camino en la fotografía de modas.

¿Qué significa para vos la fotografía?

Básicamente es una forma de contar historias. 

¿Cómo explicarías el enfoque de tu trabajo?

Mi trabajo –a pesar de que creo que me gusta bastante la estética y que todo se vea lindo y limpio–, me gusta también bastante llevar un mensaje por medio de una preproducción, de un concepto. O sea, que el hecho que mi color, el hecho de la modelo que escogemos para una producción, todos estos elementos que son ornamentos que abonan a la fotografía, digan algo y no sean simples actores que solo suman a la estética superflua a una fotografía al final. 

¿Tenés algún fotógrafo o fotógrafa de referencia para el trabajo que realizás?

Tim Walker es mi referente de fotografía de modas, porque además de que es un storyteller increíble, creo que su concepto, su dirección, su color, los trabajos que ha hecho, me parecen impresionantes. 

¿Por qué ser fotógrafa en esta época que cualquiera con un celular con cámara puede autodenominarse así?

Lo hice por egoísmo, hasta cierto punto. Empecé a pintar desde los nueve años. Me desarrollé en un campo artístico por medio de la pintura, que es un canal para expresar mis ideas; la fotografía solo cayó como otro canal donde me podía expresar. Básicamente, lo hago por un tema de que me gusta, me alimenta y me gusta en el camino poder aprender de otras personas.

¿Existe una oferta de trabajo sostenible en El Salvador para este oficio?

Totalmente. Creo que solo es saber tener la herramientas correctas y no tener este tabú de que el artista no puede monetizar su trabajo. Creo que es un tabú que nos limita bastante y poder tener las herramientas, no tenerle miedo a herramientas más de venta, poder crear tu marca-persona y saber ocupar los nuevos medios para monetizar tus servicios. Creo que es muy importante.  Y sí hay un mercado.

Para vos, ¿el trabajo de producción fotográfico es individual o grupal?

Puede ser ambas, pero por el hecho de que me dedico más a la fotografía de moda, sí creo que es un trabajo en equipo. Incluso, si me dedicara a la fotografía documentalista, es tomar mi cámara pero estar en constante cocreación con un entorno.

¿Cómo ves el respeto a los créditos de las fotografías en el país?

Siento que el tema de propiedad intelectual aquí en el país es como bien ambiguo por el hecho de que no hay muchas leyes. No hay conocimiento por parte del consumidor y de las personas que contratan nuestros servicios y de los mismos fotógrafos. La comunidad a veces es bien dispersa y no tenemos una comunicación constante entre nosotros. Eso hace que hayan fuerzas jalando por distintos lados. Creo que es un tema que está bien reciente y que a veces hay muchas faltas de respeto. Es un tema en que el fotógrafo tiene que llegar a tener un acuerdo con una persona que está comprando el material.

¿Creés que hay un auge de mujeres fotógrafas con propuestas distintas?

Claro que sí. En el campo en el que más me dedico, la fotografía de moda, sí hay como un auge de mujeres que están dando su opinión y se ha consolidado más por el hecho de que estamos creando una comunidad. O sea, si iniciás, sabés que hay mujeres –y te lo digo por mi experiencia– que están detrás de mi trabajo y que me han podido llevar hasta allá. Trabajar con mujeres me ha permitido lograr la experiencia que tengo actualmente y me ha alimentado como profesional. Me han enseñado de los errores que ellas han aprendido. El auge es y será gracias a que hay una comunidad. 

Partiendo de esto, ¿considerás que es necesario que entre mujeres fotógrafas se identifiquen o te parece indiferente ese aspecto?

Totalmente importante, por el hecho de que creo, personalmente, que el humano trabaja por referentes. Es importante dentro de la comunidad de mujeres empoderarnos y ser estos referentes que las nuevas generaciones puedan tener y digan: «ey, sí se puede vivir en el medio audiovisual. Las mujeres sí están creando cosas interesantes».

En el trabajo que vos hacés, ¿tiene peso el enfoque de género?

Bastante, porque ha habido producciones en las que me han contratado incluso solo por ser mujer. Por el hecho de que trabajo fotografía de modas, la modelo se siente más cómoda cuando solo hay mujeres. La energía es distinta cuando hay un hombre. Y a veces, por otro lado, hay modelos que no han trabajado conmigo, por el hecho de ser mujer. 

¿Qué tipo de cuerpos te interesa fotografiar?

Me interesan todos, pero no he explorado tanto en las texturas o en la diversidad corporal. Sí, más que todo el espectro que he tenido de exploración ha sido como en tonalidades de piel, distintos tipos de cabello, pero me quedo un poco carente en la exploración de peso, volúmenes. Me interesan todos porque creo que cada uno guarda su esencia y belleza peculiar.

¿Qué pensás del desnudo en las fotografías?

Es un tema bastante sensible, porque puede ser malinterpretado. Pero más allá de qué creo, el desnudo ha estado presente en toda la historia del arte y me parece que el cuerpo humano es, de por sí, bastante artístico, por el hecho de que es bastante apreciable. Le podés encontrar su estética, como tal. Creo que ha habido bastante sensibilidad alrededor del desnudo y eso es así por la manera en que se hacen estos desnudos. Creo que es súper importante que sean acuerdos consensuados entre la persona fotografiada y quien va a fotografiar.

¿Cómo te interesa retratar a otras mujeres en tus fotografías?

Me interesa contar una historia. No me cierro a retratarlas solo estéticamente u objetivizarlas como musas; tampoco como súper crudas. O sea, el concepto de belleza en cada foto puede ir cambiando según la modelo y el lugar. Sí me importa que la modelo cuente una historia y sea el centro para contar la historia que queremos con todo el equipo de producción.


Estas son algunas de las fotografías de Fátima Cuéllar:

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