No es su primer disco como solista y, así como pinta el crecimiento y madurez que ha alcanzado desde la individualidad, Alfonso André proyecta que publicará más en el futuro. Dicen que los artistas comienzan a florecer a partir de sus segundos discos y mucho de ello se cumple con “Mar rojo”, el álbum que hace un par de semanas atrás dio a conocer el baterista de Caifanes y que da continuidad a lo que ya nos había mostrado con “Cerro del aire”, publicado en 2011.
Buena parte de la gran calidad que “Mar rojo” posee obedece a la constelación de talento musical que rodea al caifán. Hay que entender, además, que un proyecto de Alfonso André sería muy extraño si no tuviera una conexión directa con la agrupación musical que lleva marcada como un amor clandestino: La Barranca, una banda de la cual formó parte en distintas etapas y de la que ahora se alimenta con el arte que pueda exprimirle a Federico Fong en el bajo y a Chema Arreola en la batería.
Sumado a ellos está el escuadrón de guitarras formado por Lari Ruiz Velazco –muy de escuela jazz, con el power trío LariFer–; y por el guitarrista y productor Javier Calderón –quien fungió como guitarrista de artistas renombrados como Aleks Syntek o la Gusana Ciega, pero además ha indagado en proyectos alternos como Los Valentinos y hasta ha sido productor de fenómenos del pop, como el grupo RBD, por ejemplo–.
Con semejantes escuderos, la confianza que Alfonso muestra a la hora de defender el disco es comprensible. Pero faltaba saber si también en vivo el disco se defendía, por eso Revista Factum acudió a la presentación en sociedad de “Mar Rojo”, que afortunadamente ocurrió en la intimidad de un foro pequeño, el Teatro Milán de la Ciudad de México.
El show
El concierto inició justamente con las dos primeras canciones del disco: “Ícaro” y “Mar rojo”.
Corrijo: el concierto inició con un transpirar y con un video de aproximación al trabajo de producción en estudio y las imágenes del arribo de una corriente plácida en la orilla de una playa… Aquello sirvió para darle la bienvenida a los músicos que, sin demasiada pompa, decidieron pasar a lo suyo. “Ícaro” es el mito griego que desafía al Rey Sol al sentirse alado. La simbología en la experiencia que Alfonso André vive actualmente como artista –cuando por fin se desprende de las tarolas, de ubicarse tras bambalinas en un gigante llamado Caifanes y se decide a domar el complejo instrumento del diafragma y las cuerdas vocales– resulta evidente. Tapar el sol no debería demandar un sacrificio, pero lo hace.
El problema de utilizar un símil como el de Ícaro es que éste termin por caer derribado… Ícaro falla, sus alas se desvanecen. Y su caída es recibida por el inclemente mar (¿rojo?).
La canción que da título al disco es una de las más exquisitas y en vivo es todavía mejor. La sutileza en producción de las guitarras cobra vida en directo y explota con un coro que le exige a André que demuestre sus avances en las lecciones de canto que ha estado tomando. Él no defraudó en el desafío, pese a que los nervios eran evidentes.
A continuación le siguió el tema “Penélope”, que fue una de las que más repercusión tuvo en su disco debut. Le siguió el tema “La Torre del olvido” y el cover de “Aeroplano” (original de La Barranca y que Alfonso decidió incluir también en su primer disco) y que dio continuidad a la constante idea del vuelo.
Un momento especial se vivió con la presentación del tema “Rayo”, en el cual Alfonso aprovechó para aclarar que esta canción nació gracias a una colaboración con Diego Herrera, su compañero en Caifanes, y quien se encontraba presente entre el público para apoyar a André.
Le siguió “Puedes dejarme atrás”, de la cual pudimos tomar un pequeño registro que compartimos a continuación:
El concierto tuvo varios invitados. El primero de ellos fue Julián André, el hijo de Alfonso, y quien desde la batería aprovechó la canción “Cúrame” para demostrar que los talentos percusivos son hereditarios.
Luego llegó el momento de mayor relajación en la noche, la guitarra acústica de Lari Ruiz para dar vida a dos de las mejores canciones que “Mar rojo” propone: los temas “Brisa”, quizás una de las mejores canciones del nuevo disco, y que además le exige mucho a Alfonso como cantante; y “Flores rotas”, que hizo que extrañáramos un poco el piano que recubre los arreglos que posee.
En la parte más densa del show sonaron canciones como “La mitad de la verdad” (del primer disco), “Ese lugar” (que es el que da cierre al nuevo material), “Tormenta” (que es la canción más dance de todo el repertorio de Alfonso), “Todo temor esconde siempre un deseo” (la canción que más fue difundida del primer disco) y “El sol saldrá”, para la cual presentó al segundo invitado de la noche, el talentoso cantautor panameño Javier Medina Bernal, compositor original de esa canción.
Para el cierre llegaron las felicitaciones y cantos de parte del público. Se estaba a punto de llegar a la madrugada y muchos sabían que Alfonso estaba cumpliendo 53 años en ese 22 de Agosto. Sonaron “las mañanitas” y Alfonso brindó con un mezcal. Lo agradeció cantando las canciones “Suelta” –de la cual ya se ha publicado un videoclip oficial–”; y una sorpresa especial: el cover de “Hasta que dejes de respirar”, original de Caifanes, cuyo audio compartimos a continuación:
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