“Living with yourself”: una serie que duplica sus virtudes

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“Living with yourself” es una serie para pasar el tiempo. Es televisión hecha para la época del ‘binge watching’. Se trata de ocho episodios de treinta minutos que no son la mejor comedia ni el mejor drama del mundo, pero que sí se pueden disfrutar. Además, si te gusta Paul Rudd, lo más seguro es que esta serie te guste el doble.


¿Alguna vez se han preguntado si pudieran clonarse? ¿Si pudieran salir de fiesta un domingo y descansar el lunes, mientras su doble sufre por ustedes en el trabajo? ¿Alguna vez ese pensamiento los ha llevado a pensar qué pasara cuando ya no quieran usar ese clon o que pasaría si ese clon hace las cosas diferentes a las suyas? ¿Es un clon o un esclavo?

Así me siento cuando comienzo a pensar en un futuro lleno de androides y clones.  Como si fuera  Asimov, durante varios momentos de la serie de Netflix, “Living with yoruself”, me puse a imaginar las tres leyes de la clonación para llegar a la conclusión que, en realidad, me puse a pensar demasiado en una serie que solo está hecha para disfrutar y no tanto para reflexionar. 

En esta historia conoceremos a Rudd, un tipo dos veces encantador en este drama de comedia de clonación con el que Netflix nos hace reflexionar acerca de la identidad, el autosabotaje y las vidas que desearíamos tener.

Timothy Greenberg, el creador de la serie, nos plantea cuestiones existenciales que nos llevan a cuestionarnos sobre las cualidades que conforman un individuo y nos hacen distinguibles y dignos de separarnos unos de otros. 

Esta es una serie cuyo diálogo es fácil y cuyas actuaciones –por más encantadoras que sean– siguen estando al nivel de una comedia romántica.  Sin embargo, cabe decir que es una serie que me gustó bastante, ya que no era muy larga. La concebí como un producto hecho más para relajarme; una serie que me hizo pensar en que las noches tenía sueños extraños con otro Alfonso que escribía reseñas en la cuales hablaba bien de películas que yo odiaba. Es decir, la opción de crear una realidad alterna donde mi clon y yo tuviéramos un talk show de polos opuestos. 

¿En que estaba? Ah si, las miniseries y Netflix. Las pseudo-llamadas streaming wars se acercan cada vez más. Esto va a generar que tengamos más contenido, menos tiempo y, posiblemente, menor calidad. Esto es un pensamiento que me asusta bastante, pero confío en que de vez en cuanto aparezca un “Living with yourself”.

Esta es una serie que no consume demasiado tiempo; una serie que te hace pasar un buen rato y que se disfruta con facilidad. Dos Paul Rudds no resultan mejores que uno y “Living with yourself” será una serie modelo en el futuro por cómo parece que va evolucionar el modelo de negocio del streaming. 

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