¿Cuál es y cómo funciona la prueba para detectar el Covid-19?

El Salvador tiene por ahora 9,400 pruebas de PCR para Covid-19. La prueba para detectar el nuevo coronavirus en el organismo, en El Salvador, solo es aplicada a las personas que tienen síntomas de la enfermedad: tos, fiebre y dificultad para respirar. Las precariedades del sistema de salud y las finanzas públicas no permiten tener pruebas para todos. Para tomar las muestras, por ejemplo, los médicos evalúan el historial de viajes de los pacientes.

Foto FACTUM/Salvador Meléndez


La prueba para identificar el nuevo coronavirus Covid-19 en el organismo se efectúa a través de un proceso denominado reacción en cadena de polimerasa (PCR, por sus siglas en inglés) para la que los médicos toman muestras de la garganta y nariz del paciente con un hisopo. Los médicos también pueden tomar muestras de esputo, específicamente de las secreciones de la garganta o bronquios al toser. Después, los laboratoristas ocupan un método especializado para ampliar las hebras del ADN del paciente para verificar la carga viral que posee en su organismo.

En El Salvador, la PCR solo se le aplica a las personas que presentan síntomas del Covid-19: tos, fiebre y dificultad para respirar. Médicos infectólogos consultados por Revista Factum coinciden en que no se pueden hacer pruebas a todas las personas que están aisladas en cuarentena en los albergues que no tienen síntomas, porque, primero, no hay garantía de no contagiarse después de resultar negativo. Además, tomar muestras en grandes cantidades a personas asintomáticas tendría un alto costo y saturaría el único laboratorio del país (el laboratorio central Dr. Max Bloch) con capacidad para procesar las muestras.

“Hoy por hoy, las pruebas se están haciendo a pacientes que presentan sintomatología. No podemos realizarle la prueba a toda la población. Sin embargo, estamos haciendo una vigilancia centinela para identificar que los pacientes que pudieran tener un proceso respiratorio no se deba a causa del coronavirus”, explicó el viceministro de Salud, Francisco Alabí, horas antes de fuera notificado el primer caso en El Salvador, el miércoles pasado. 

El infectólogo pediatra Mario Gamero explicó en el Consultorio Médico de Revista Factum, transmitido por Facebook Live el martes anterior, que la PCR es cien por ciento certera ya que busca el genoma del virus. “Puede haber algunos casos en los cuales la enfermedad está iniciando. El paciente tiene la enfermedad, (pero) podría salir negativo. Pero en el transcurso de los días se vuelve positivo”, dijo Gamero. 

El gobierno salvadoreño tiene disponibles, por el momento, 9,400 pruebas para detectar el nuevo coronavirus. De ese total, 7,000 fueron proporcionadas por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la división en América de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Hasta la mañana del pasado 20 de febrero, al menos 177 pruebas de Covid-19 habían sido tomadas en el país bajo dos criterios: por riesgo de contacto, es decir, personas que llegaron desde países con una gran cantidad de casos y por sospechas del virus, que son pacientes con síntomas.

A cuentagotas, en la escasa información que ha dado el Ministerio de Salud (Minsal) sobre la prueba, la institución confirmó que cada PCR está valorada en 130 dólares. En México, el costo del examen ronda los 100 dólares. 

Según el protocolo de atención, no es factible hacer el examen de PCR a las más de 2,200 personas que están en cuarentena en los 47 albergues habilitados por el gobierno salvadoreño, pues se agotarían antes que se reporte una gran cantidad de casos positivos, es decir, un brote. 

“No debería hacérsele la prueba a todo el mundo. Los países de primer mundo no han podido darles a todos sus pacientes la oportunidad de hacerles una prueba, sino que debe realizarse a aquel paciente que es sintomático y que tiene probabilidades de entrar al hospital. Si no, cuando ya sea necesaria, ya no hay, como el alcohol gel que se agotó”, recalcó el doctor Gamero. 

En este momento de emergencia nacional, que ha provocado el cierre de centros comerciales, suspensión de clases y actividades públicas para evitar un brote de la pandemia, una de las principales inquietudes de la población es cómo se diferencia el Covid-19 de una influenza o una gripe. Para el doctor Gustavo Antonio Molina, infectólogo internista de adultos, quien también despejó las dudas de nuestra audiencia en el Facebook Live sobre el Covid-19,  diferenciar el nuevo coronavirus de otras enfermedades respiratorias es fácil para un médico. El Covid se manifiesta con fiebre, tos seca y dificultad para respirar. Si se reportan otros síntomas, a criterio del médico, existe la posibilidad de que se trate de otra enfermedad. 

¿Qué debe saber sobre el Covid 19? El Facebook live de Revista Factum con dos médicos infectólogos. 

Los especialistas recomiendan a las personas que tienen gripe en este momento que guarden reposo y que no salgan de sus casas, pues la debilidad en que se encuentran sus pulmones las expone a tener más riesgo de sufrir complicaciones en caso de que se contagien del nuevo coronavirus. 

La presentación del Covid-19 actualizada el pasado 6 de marzo por la OPS consigna que los países latinoamericanos están llamados a identificar de forma temprana los casos sospechosos de Covid-19 y las enfermedades respiratorias que aumentan en esta temporada. 

Las pruebas, según las instrucciones de la OPS, deben hacerse luego de que los médicos evalúen los siguientes criterios: 

  1. Síntomas de tos, gripe, fiebre y dificultad para respirar tras haber estado de viaje recientemente o residentes en en un país, área o territorio que reporte casos del nuevo coronavirus durante los 14 días anteriores al inicio de los síntomas. 
  2. Personas con alguna enfermedad respiratoria que durante 14 días antes del inicio de la enfermedad haya tenido contacto con un caso confirmado o probable de infección de Covid-19. O en otros casos, que trabajó o asistió a un centro de salud donde pacientes confirmados o que probablemente estén infectados por coronavirus fueron atendidos. 
  3. Persona con una infección respiratoria grave que requiera hospitalización, cuyo caso haya sido estudiado por los médicos y que se haya comprobado que no tiene como causa otra enfermedad. 

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