Para combatir la peligrosa amnesia

El Salvador tiene una relación tóxica con la amnesia histórica.

Cualquiera pensaría que las décadas de abusos, vejámenes, violencia y autoritarismo que este país ha experimentado, por las que ha sufrido y sangrado, y que ha combatido con valentía, harían que estuviera inmune a nuevos experimentos de concentración del poder.

Cualquiera pensaría que un país que ha sido pisoteado tantas veces por la bota del militarismo y que ha experimentado tantos intentos de crear “verdades oficiales” y “voces únicas” estaría ya vacunado contra intentos de silenciar la disidencia y la crítica.

Cualquiera pensaría que un país al que tantos políticos han traicionado y saqueado estaría menos vulnerable a abrirles la puerta a nuevos aprendices de tiranos, populistas mesiánicos, adictos a torcer la verdad.

El Salvador tiene corta memoria, le falla, no la ejercita. Y esto le ha salido caro cada vez que vuelve a confiar en quien da todas las señales de que lo traicionará y lo apuñalará por la espalda.

Por ello, la miniserie documental “9F: El retorno de los fusiles” es un intento por combatir esta peligrosa costumbre de olvidar lo que nos ha conducido con regularidad a la violencia, la polarización y el horrible subdesarrollo.

Ese 9 de febrero de 2020 volvimos a ver fotografías propias de hace cinco décadas, cuando la democracia era un oasis inalcanzable dentro del desierto de los abusos de poder. La propaganda pagada con nuestros impuestos quiso hacernos creer que no, que esto es parte de una cruzada contra “los mismos de siempre”, pero la realidad es mucho más cruel: El Salvador, tan violentado y sangrado, vuelve a tener frente a sí a quien pretende endiosarse y abusar de su mandato. Y ese día, frente al congreso, sacó las garras. Este documental se hizo para nunca olvidar esto.


*Ricardo Avelar es editor de Política de El Diario de Hoy

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