“No tengo miedo”

Shoaib Omari tiene 30 años, piel morena, pelo y ojos oscuros, y siempre viste casual. Jeans, camisa manga larga arremangada, suéter, colores sobrios como suele usarse en Francia. Es afgano, aspirante a doctor y profesor de francés en Afganistán. Cada año pasa seis meses en Francia para poder avanzar en su tesis. Es muy reservado, pero cordial; siempre está sentado al fondo del salón para estudiantes de doctorado. Trabaja en su computadora sin relacionarse mucho con sus compañeros de distintas nacionalidades y carreras. Esta sala es un cuarto dividido en dos por una falsa pared. Aquí conviven franceses, argentinos, chinos, afganos, y esta salvadoreña. Algunos estudiantes son geógrafos, otros informáticos, pero la mayoría somos profesores de francés. Aquí todos trabajamos en silencio y las conversaciones eventuales suelen ser sobre las dificultades de alguna investigación. Las pláticas se reservan para la hora del almuerzo. Pero hoy no es un día cualquiera. Los atentados sucedieron el fin de semana recién pasado, los estudiantes están inquietos y no pueden evitar comentar lo que pasó; algunos llegan incluso a juzgar la falta de eficacia de los terroristas que se hicieron explotar cerca del estadio. ¿Por qué hacerlo a solas, decía uno, pudiendo matar a tanta gente que estaba ahí en el estadio? Y el otro respondía, “porque la regó, simplemente la regaron, son inútiles”. Cualquiera diría que hablaban de una película y no de la realidad. Mientras tanto, Shoaib y yo conversábamos.


¡Qué terrible lo que pasó! ¿Dónde estabas?

En mi apartamento. Ese tipo de noticias lo dislocan a uno. Pensar que aún en Francia pasan cosas así. Uno no se lo espera. Yo soy afgano y ahí uno vive con eso. Son eventos normales de todos los días. Uno vive así. Ya no nos impresiona. Hace treinta años que vivimos así. Pero es cierto que cuando uno vive en Francia o realiza estudios aquí y de pronto se escucha que 129 personas murieron en una noche y que tres grupos de terroristas realizan ataques en distintos lugares de París, uno no lo cree. Cuando escuché eso pensé que era una broma. ¡Y no! Era real.

¿Y cómo te diste cuenta?

Como todo mundo, creo. Estaba en Facebook y de pronto empecé a ver la noticia. Puse la radio y la tele y empecé a ver qué pasaba.

¿Y tenías amigos en París?

Sí, los contacté inmediatamente para ver cómo estaban, pero afortunadamente estaban bien. Pero es triste que tanta gente haya muerto. Es demasiado triste.

¿Y crees que estos atentados cambien la manera en que vive la gente?

Creo que ya nadie va a confiar a nadie. Pero es el mundo el que ya no está seguro, porque si pasa en París que era una ciudad segura, donde uno creía que nada podía pasar, entonces puede pasar en cualquier lado. Es por eso que toda la gente tiene que unirse contra los terroristas para poder sacarlos de este mundo, porque si se quedan van llegar a otros lugares.

¿Crees que ahora la gente te va a ver diferente por ser extranjero?

No lo he notado aún, pero es cierto que va haber un cierto impacto. Claro que cuando uno es extranjero, sobre todo si tienes pelo negro, ojos negros, piel morena y vienes de otro lado, siempre te miran. Y eso es incómodo. Quizás nos miran normalmente, pero uno puede interpretar que no es así y que nos ven pensando cosas raras.

¿Nunca sentiste que te veían así antes?

No… eh… bueno ya habían pasado cosas así cuando sucedió lo de Charlie Hebdo. Pero bueno si empiezan a pasar esas cosas así seguido, cada año, por supuesto que eso va a afectar cómo miran a los extranjeros.

Fotos de Carla Álvarez.

Shoaib Omari, de Afganistán, profesor de francés y aspirante a doctor en la Universidad de Ruan, Francia. Fotos de Carla Álvarez.

 ¿Qué piensas de lo que circulaba justamente en las redes, donde decían que es consecuencia de que Francia haya intervenido en la guerra de Siria?

Es un hecho que cuando hay terroristas, fanáticos, se necesita que alguien los combata, si no van a invadir el mundo. Ahora están en Siria, mañana en Turquía, en Irán y hasta en Francia. Entonces no creo que el problema sea la intervención de Francia. Creo que los países que tienen el poder, que son fuertes, son necesarios. Pero se necesitan además políticas claras. Te doy el ejemplo de Afganistán. Hace algunos años los extranjeros y los americanos llegaron a Afganistán. Al principio sacaron a los talibanes. Estuvimos tres años sin talibanes. Pero poco a poco retomaron el poder y ahora son aún más fuertes. Así que la política contra los talibanes no fue quizá muy clara y estable, por eso ellos pudieron retomar el poder. De lo contrario sería fácil para, no sé… 48 países sacar a los talibanes de Afganistán. Pero sabemos que los países que tiene el poder no pueden concentrarse en algo que pasa en un punto del mundo. Detrás de eso la política juega.

¿Y los intereses económicos?

La política, los intereses económicos, no hay una decisión que sea por el bien de todos los países. Detrás de sus decisiones hay algo más. Yo espero que dejen esas políticas y que lleven a cabo un combate que permita que el mundo entero esté seguro. Pienso que lo que pasó en París tendrá efectos en la política, que se volverá más estricta para sacar a esta gente y olvidar otros intereses que están detrás.

¿Tienes miedo de lo que va a pasar?

No, no tengo miedo. Llevo años viviendo eso con los talibanes en Afganistán. Pero siento pena por esta gente que no está acostumbrada y que estaba aterrorizada con los acontecimientos en Francia.

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